jueves, 14 de julio de 2016
Barranca, megadiversa y súper contaminada
Recibe ingentes volúmenes de contaminación sobre todo de las cuencas del oriente de la ciudad. Los basureros clandestinos pululan.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
La futura reserva de las barrancas de los ríos Santiago y Verde, al norte de Guadalajara, no sólo guarda una gran diversidad biológica y una riqueza en especies endémicas (exclusivas) que distingue a los ecosistemas de selva seca. Como reverso, es una de las demarcaciones más contaminadas del país, debido a la existencia de tiraderos clandestinos, vertido no controlado de desechos agrícolas desde las cuencas altas, y sobre todo, la ingente polución que le aporta desde hace medio siglo el área metropolitana.
"Pese a la construcción y operación de dos plantas de tratamiento de aguas residuales, la contaminación vertida a lo largo de la historia de Guadalajara, requerirá varios años para ser revertida, incluso en el caso de metales pesados provenientes de las industrias del El Salto quizás nunca se logren eliminar del todo", señala el diagnóstico del estudio técnico justificativo (página 170).
"Hasta hace escasos tres años, el tratamiento de agua residual de la segunda ciudad más importante de México era inexistente, la entrada en operación de El Ahogado y Agua Prieta pretende ser la solución a este problema, sin embargo, aún faltan obras complementarias para canalizar todas las aguas residuales a estas plantas por lo que llegar a 100 por ciento requerirá aun algunos años más", añade.
"De acuerdo al estudio realizado al río Verde en 2006 para CEAS Jalisco por la empresa AyMA Ingeniería y Consultoría, SA de CV, el río y sus afluentes muestran un deterioro en la calidad del agua que va en aumento con el tiempo, además se señala como uno de sus principales problemas la gran cantidad de materia orgánica aportada por las aguas de desecho sin tratamiento de las actividades porcícolas principalmente así como de centros de población que no cuentan aun, con este tipo de infraestructura", pone en relieve.
Hay controversia sobre la contaminación residual del agua tratada en El Ahogado y en Aguaprieta. Sobre todo en la segunda, que solamente deriva agua con tratamientos secundarios, considerado un volumen de más de seis mil m3 por segundo, los grupos ambientalistas descartan sea la solución que demanda la corriente pluvial.
Pero el caso de las cuencas del oriente de la ciudad es más grave, dado que se vierten totalmente crudos cerca de 3 mil litros por segundo. "Las descargas combinadas de los arroyos San Gaspar, Osorio y San Andrés en la zona oriente de Guadalajara presentan la siguiente concentración de contaminantes básicos: Demanda bioquímica de oxígeno (DBO): 308 mg/L; sólidos suspendidos totales (SST): 287 mg/L; Nitrógeno Total Kjeldahl (NTK): 58 mg/L; Fosfatos: 13.5 mg/L. Los valores anteriores la clasifican como agua residual moderadamente fuerte en términos de carga contaminante (AyMA Ingeniería y Consultoría, 2003). En este sector el agua del río Santiago es turbia y maloliente, con abundantes sedimentos y claras muestras de eutrofización".
Y está la basura. "Además de los depósitos controlados, como es el caso del vertedero de San Gaspar en Tonalá, la acumulación de residuos en tiraderos no autorizados se puede constatar fácilmente recorriendo la barranca. Al no estar confinados, los desechos son dispersados por el viento o por los animales propiciando una contaminación difusa".
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