martes, 3 de mayo de 2016

El AMG desperdicia 1,200 mdp de agua de primera



La ciudad está lejos de ser eficiente y de estarse adaptando a un futuro de calentamiento y sequías, pero tiene grandes oportunidades si aprende a gestionar mejor su agua.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

En el tema de la buscada “gestión integral del agua”, Guadalajara reprueba ampliamente: al menos cuatro de cada diez litros de agua “de primera”, es decir, potabilizada para el contacto y consumo de las personas, se va a usos que con aguas grises o tratadas podría satisfacerse, lo que significa un desperdicio anual de agua de buena calidad por más de 1,200 millones de pesos.

Es información aportada por el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) para la elaboración del informe preliminar del Programa de medidas preventivas y de mitigación de la sequía que encargó el Consejo de Cuenca del Río Santiago, que fue entregado en 2015.

El dato financiero se obtiene de una fórmula que calcula el citado documento, al dividir el costo total del sistema (de 2,997.5 millones de pesos al año) entre el volumen producido anualmente (300.4 millones de metros cúbicos), lo que da como resultado 9.75 pesos por cada m3. Si se dejara de usar la totalidad de esta “agua de primera” en tareas como el vertido de excusados, irrigación de áreas verdes, lavado de autos, enfriamiento en procesos industriales y un largo listado de actividades, se podría recuperar entre tres mil y cuatro mil litros por segundo para el uso sustantivo para el que existe el SIAPA, que es dotar de agua potable a más de cuatro millones de usuarios domésticos, lo cual matiza fuertemente la noción de crisis de abastecimiento que se maneja actualmente.

El objetivo de ese documento es “proponer medidas preventivas y de mitigación de la sequía de modo que se incremente la seguridad hídrica en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, lo cual pasa con una serie de mejores manejos del agua con que se cuenta. Es decir, hacer frente al desafío del cambio climático y la consecuente alteración de las precipitaciones, que es otro camino –por la vía del apremio que generan los hechos- para alcanzar lo que los grupos sociales han llamado en sus recientes comunicaciones – en el pasado Día Mundial del Agua- como la búsqueda de la “resiliencia hídrica”, o lo que señala la propia Ley de Aguas Nacionales como “gestión integral del agua”, esto es, que la ciudad aproveche mejor sus recursos y que camine a una gestión lo más autónoma posible a nivel de las cuencas.

Ante el retraso en infraestructura de reuso y saneamiento, las oportunidades son grandes, y obligan a replantear el tema de las fuentes de abastecimiento nuevas, situación que las entidades gubernamentales ven como impostergable ante la necesidad de que el desarrollo económico de la conurbación se garantice; mientras grupos de usuarios, científicos y académicos, así como organizaciones ecologistas, lo señalan como innecesario y hasta peligroso, si se considera que traer el agua de más lejos hace más dependiente a la ciudad de las fluctuaciones climáticas relativamente azarosas y los conflictos sociales ineludibles en toda exportación de aguas.

“Los impactos de la sequía son no estructurales-advierte el texto- y se extienden sobre un área geográfica más grande que los daños y perjuicios que son resultado de otros desastres naturales. La sequía rara vez produce daño estructural. Por estos motivos, la cuantificación de impactos y la provisión de apoyos son tareas mucho más difíciles para la sequía que para otros desastres naturales. Estas características han dificultado el desarrollo de estimaciones exactas y, en última instancia, la formulación de planes de emergencia ante sequías por la mayor parte de gobiernos”.

Y “aunque la sequía es un riesgo natural, el término gestión de la sequía implica que la intervención humana puede reducir la vulnerabilidad e impactos. Para tener éxito en este esfuerzo, muchas disciplinas deben trabajar juntas en el estudio y seguimiento de las complejas cuestiones asociadas con el descubrimiento, respuesta, y preparación para afrontar los inevitables eventos futuros. La gestión de desastres, de la cual la gestión de la sequía es un subconjunto, requiere que los científicos y tomadores de decisiones se enfoquen tanto en la porción de la protección, así como en la de recuperación/rehabilitación del ciclo” del agua.

El sistema de abastecimiento de agua potable y saneamiento de las ciudades “está estrechamente vinculado al medio ambiente que lo rodea. Del medio ambiente provienen las fuentes de abastecimiento y al medio ambiente se regresan también las aguas residuales. De este modo, el ciclo urbano del agua es sólo una parte menor del ciclo mayor hidrológico del agua en la naturaleza. Por ello, la sequía impacta directamente en la disponibilidad de agua para las ciudades. Sin embargo, existen diferencias fundamentales entre las ciudades dependiendo del tipo de fuente de abasto que utilizan para abastecerse de agua; mientras que unas ciudades se abastecen de aguas superficiales y pueden observar directamente el volumen de los embalses y almacenamientos y su vinculación con el ciclo hidrológico es más directa, otras se abastecen de fuentes subterráneas donde su volumen y dinámica es más incierta y más distante del ciclo hidrológico estacional”.

Conforme las localidades crecen, “el agua se vuelve relativamente más escasa y costosa, pues debe ser transportada desde lugares más lejanos o extraída del subsuelo mediante sistemas de bombeo eléctrico. Por otra parte, a pesar del crecimiento poblacional y la escasez de recursos hídricos, casi la mitad del agua producida se pierde en los sistemas de distribución debido a las deficiencias de la infraestructura del sistema, o no bien es contabilizada ni se factura adecuadamente. Las pérdidas de agua implican otros problemas, tales como la insolvencia financiera […] riesgos a la salud por la contaminación del agua potable a través de las fugas, y el deterioro ambiental asociado con la sobreexplotación de los recursos hídricos. Un asunto que empeora esta situación es la baja proporción de recaudación de tarifas, la cual desincentiva su conservación…”.

En Guadalajara, como en otras ciudades, “el déficit de agua que padecen las ciudades durante una sequía no debe ser enfrentado sólo con aumento en la extracción de agua subterránea o superficial, sobre todo cuando ya los acuíferos están sobreexplotados; sino que por el contrario, se debe adoptar primeramente estrategias de control y reducción de la demanda. Entre las principales medidas están la reducción de pérdidas y el incremento de la eficiencia en el manejo del agua”.

Entre estas medidas de gestión, usar el agua de primera para exclusivamente el contacto directo con las personas o con procesos de insumos de consumo humano, y no para otro tipo de procesos, es un primer paso. Incrementar el reciclado, tratar aguas y generar un mercado local, abre grandes oportunidades no aprovechadas, pues de 8,500 litros por segundo de aguas negras y grises, menos de 500 litros se reutilizan. Sin olvidar que de 300 millones de m3 que se extraen de las fuentes de abastecimiento por año, sólo alrededor de 215 millones de m3 llegan a los usuarios, lo que habla de 85 millones de m3 que se pierden en fugas.

Guadalajara que previene y se adapta a las sequías y el cambio climático, la que incorpora la gestión integral del agua, Guadalajara que alcanza la “resiliencia hídrica”. Como se le quiera denominar, el camino es largo pero como dicen los tapatíos, tampoco se trata de inventar “el agua tibia”. Informe completo enhttp://www.pronacose.gob.mx.

Factores

Industria: plantas generadoras de energía eléctrica, refinerías, limpieza, torres de enfriamiento, agua de proceso, industria química, manufactura de pulpa, manufactura de papel y cartón, industria textil, industria de la construcción

Usos urbanos: lavado de autos, lavado de camiones de basura, lavado de calles y banquetas, bomberos-cisternas para control de incendios, baños públicos, WC y mingitorios, fuentes ornamentales, mantenimiento de caminos (base hidráulica), elementos precolados de concreto, supresión de polvo

Medio ambiente y uso recreativo: mantenimiento de humedales, gasto ecológico en ríos de bajo flujo, lagos, lagunas, estanques, nieve artificial, riego de parques y jardines, camellones, campos de golf y cementerios

Uso subterráneo: reducir, parar o revertir la declinación de mantos freáticos que actualmente están sobre explotados; protección de agua subterránea en acuíferos costeros, contra intrusión de agua salada; almacenamiento en lagunas, mezclada o con agua de lluvia

Uso indirecto para agua potable: vertido a ríos, lagunas, lagos, presas y cuerpos receptores diversos; mezcla con aguas superficiales; reuso directo para abastecimiento de agua potable

Beneficios ambientales: sustituir volúmenes de agua potable por agua residual en actividades que así lo permitan

Beneficios económicos: agua de bajo costo, que representa mayores ingresos para organismo operador, y dejar libre agua potable para el desarrollo de las comunidades humanas

NÚMEROS

1 millón 118,969 usuarios tenía registrados el SIAPA a comienzos del 2015, de los cuales, aproximadamente 95% son usuarios domésticos

542 km de Colectores mixtos, 7,600 km de redes de alcantarillado mixto, 16,000 Bocas de tormenta y 120,000 pozos de visita son la red de drenaje o desalojo de las aguas residuales

300 millones de m3 es la producción anual de agua que hace el SIAPA, de los que alrededor de 215 millones de m3 se entregan a los diferentes usuarios

22.9 millones de m3 gasta el sector comercial del área metropolitana, 7.5 millones los industriales conectados (que no son todos) y 12.5 millones de m3 los edificios públicos, lo que deja en 170 millones de m3 al uso doméstico

2,997.5 millones de pesos fue el costo anual del SIAPA en 2014, lo que incluye desde gastos de personal, mantenimiento de infraestructura, potabilización, gestión de trámites y cobros, lo que deriva en un costo por m3 de 9.75 pesos

1 de cada 4litros de consumo doméstico de agua se usa en los excusados

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