jueves, 12 de mayo de 2016
Acuíferos metropolitanos, sobreexplotados en 100 millones de m3
La extracción anual, superior a la capacidad de recarga natural de Atemajac-Tesistán, Cajititlán y Toluquilla, ocasiona niveles más bajos del manto y peor calidad del agua.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
El acuífero metropolitano, es decir, el agua que yace en el subsuelo de la ciudad, tiene a la baja su capacidad de producir agua potabilizable para la comunidad humana, debido a la sobreexplotación, calculada en casi 100 millones de metros cúbicos (m3) anuales, es decir: se le extrae considerablemente más agua de la que recarga.
Esto significa que año con año, los más de 1,500 pozos, entre los cuales destacan casi 400 para abastecimiento urbano, descienden su nivel entre uno y 45 metros. El promedio ronda tres metros, según los datos de la Gerencia de Aguas Subterráneas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicados en el Diario Oficial de la Federación (última actualización, en la edición del 20 de abril de 2015)
Aparejados hay dos expedientes que agravan el problema: el manto subterráneo tanto para Atemajac-Tesistán como para Toluquilla, registra una pérdida creciente de permeabilidad, es decir, la urbanización expansiva está “devorando” la zona de alta recarga, que se ubica hacia el poniente, en la colindancia con la sierra de La Primavera (MILENIO JALISCO, 24 de enero de 2011). En el caso de Cajititlán, el impacto de la urbanización es incipiente, pero su déficit es superior al de los pozos del asiento histórico de Guadalajara (lo que ha llevado, en una decisión sin precedentes en la historia de la ciudad, a la suspensión de permisos de urbanización por parte del Ayuntamiento de Tlajomulco). El segundo asunto es consecuencia: al bajar los niveles, el gasto en bombeo se incrementa, y también en potabilización, dado que el agua pierde calidad por la presencia masiva de metales y sustancias tóxicas para la salud.
Esta situación refleja la ausencia de una política de manejo y conservación, pese a que el agua subterránea es “el tesoro escondido de las ciudades y la reserva fundamental para su futuro”, según el consultor, experto en el tema, Arturo Gleason Espíndola.
De acuerdo al SIAPA, el acuífero metropolitano aporta 27 por ciento de los 300 millones de m3 que se introducen al sistema. Sin embargo, el dato es parcial, dado que los sistemas autónomos de diversas colonias también se abastecen de pozos, y en general, aplica en cinco de los nueve municipios del área metropolitana: El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos, Zapotlanejo y Tlajomulco, consumen fundamentalmente agua subterránea.
El caso Tlajomulco, asentado en el valle de la Misericordia o Toluquilla, es el más grave, porque la calidad natural de su acuífero presenta fuerte presencia de sustancias como el arsénico o el fierro, y porque desde 2000 registras la más alta tasa de crecimiento urbano en Jalisco, y una de las más elevadas del país.
“Si se consideran las etapas del ciclo hidrológico, el desarrollo urbano poblacional ejerce una fuerte presión sobre el agua subterránea. Por una parte, todas las zonas poblacionales se asientan en las áreas que presentan con posibilidades altas, y se reducen las posibilidades de recarga de los mantos freáticos y acuíferos. Por otro lado, se contamina el agua de escorrentía que, al pasar por las poblaciones, se mezcla con aguas residuales y todo tipo de residuos, producto de la presencia poblacional, industrial y de servicios; este fenómeno de contaminación de aguas subterráneas por lixiviación de contaminantes todavía no se ha determinado, aunque hay recurrentes alusiones documentales al problema”, señala el investigador del Iteso, Heliodoro Ochoa García, en su artículo Gestión del agua en la periferia urbana: Tlajomulco de Zúñiga.
La Comisión Estatal del Agua (CEA) ha estudiado el problema del arsénico del manto subterráneo, sus tres acuíferos presentan niveles de arsénico, fierro y manganeso que son riesgosos para la salud humana.
De los pozos muestreados, en 2013 se encontraron 17 “fuera de norma” por arsénico; ocho, excedidos de fierro; otros ocho, por manganeso; 24 pozos con exceso de fluor y más de un centenar con presencia de coliformes.
“La presencia de los compuestos contaminantes no es privativa de estos acuíferos; la diferencia estriba en que las aguas son distribuidas por la red prácticamente con la misma calidad con la que se extraen. No hay aguas regulares, son aguas doblemente malas pues no cumplen con la norma y aparte se distribuyen a las casas sin un proceso adecuado de potabilización”, establece en ese informe la agencia gubernamental.
El costoso desafío de hacer esa agua en un producto potable, lo establece la planta potabilizadora número cuatro del SIAPA, con capacidad de 400 litros por segundo [en realidad, puede potabilizar hasta mil], la cual cumple con la norma 127 y realiza pruebas diarias para coliformes, arsénico, fierro y manganeso. Se calcula que el costo por cada litro potabilizado en Toluquilla es el mismo de cuatro litros provenientes del lago de Chapala.
La Conagua establece para Toluquilla un déficit anual de 72 millones 318,106 m3 de agua de su subsuelo, aunque estudios señalan que podría ser inferior porque las concesiones no se usan al tope. El déficit de Atemajac-Tesistán es de 11 millones 091,327 m3, y el de Cajititlán, de 16 millones 293,549 m3. Este elemento debería condicionar fuertemente la urbanización, pero no sucede así: la zona con mayor escasez y agua de peor calidad, que es Tlajomulco, creció más de 250 por ciento entre 2000 y 2015.
“El uso del suelo se ha modificado y con ello los parámetros de infiltración, evaporación y escurrimientos. Las variaciones climáticas han modificado la precipitación”, resumen Laura E. Peña García, Roberto Maciel Flores, José Rosas Elguera y Miguel Ángel Alatorre Zamora, investigadores de la UdeG, en un diagnóstico del agua subterránea de Jalisco.
Sobreexplotar los mantos subterráneos y urbanizar las zonas de recarga traen un problema añadido, muy grave: el agua que escurre en las tormentas intensas deja de infiltrarse, y rueda sobre la superficie. 300 puntos de inundación de la metrópolis, con mil millones de pesos en daños por año, son evidencia del pésimo manejo de las aguas, y del largo camino que queda hacia una verdadera gestión integral del recurso.
Desbordamiento urbano
El 60 por ciento de la superficie del acuífero Atemajac-Tesistán y 25 por ciento de la que guarda el acuífero de Toluquilla están invadidos por la mancha urbana, lo que ocasiona fuertes alteraciones en su capacidad de recarga, al estar impermeabilizados por cemento y pavimento. En el caso de Cajititlán, al oriente de la conurbación, el fenómeno es incipiente pero ya registra una sobreexplotación severa.
Según la Conagua, la cuenca de Atemajac-Tesistán cubre 739 km2, con 1,220 extracciones de agua, de las cuales, 357 son industriales, 277 son de uso público-urbano (SIAPA y sistemas locales de agua) y 213 agrícolas. De 147 millones de m3 de recarga, y 127 millones de m3 concesionados, 84.3 millones de m3 van al sistema intermunicipal de agua de la ciudad, La cuenca de Toluquilla cubre 632 km2, con 1,226 extracciones de agua de las cuales, 815 son de riego agrícola y 174 de sistemas de agua locales o del SIAPA. Los decretos de veda para ambas cuencas datan del 3 de febrero de 1951 y el 7 de abril de 1976, respectivamente.
12 acuíferos en riesgo en Jalisco
1 Atemajac
Descensos de 1 a 2 m
Aprovechamientos con niveles de plomo, nitritos, fluoruro y boro, arriba de los límites permisibles
2 Toluquilla
Descensos de 4 a 45 m
Pozos que rebasan los límites permisibles para fluoruro, plomo y nitratos. Existe una zona anómala en donde se tienen altas concentraciones de sólidos totales disueltos hasta de 2,000 mg/l, que se ubica en la parte central del Valle, entre las poblaciones de Toluquilla, San Sebastián y Santa Anita
3 Cajititlán
Descensos de 5 a 8 m
Se afirma que los niveles de Fe y Mn sobrepasan, en muchos casos,los límites permisibles para agua potable. Se observaron niveles altos de cadmio en las 3 regiones geohidrológicas, desde el sur de Guadalajara hasta los límites entre las zonas geohidrológicasde Poncitlán y Ocotlán. Se reporta aprovechamientos con valores altos de nitratos
4 Poncitlán
Descensos de 3 a 8 m
Se reportaron 6 aprovechamientos con valores de nitritos arriba de la norma
5 Ocotlán
Descensos de 4 a 7 m
Presenta varios aprovechamientos con valores de fluoruros por encima de la norma de la SS, según reportan análisis del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA
6 Ciudad Guzmán
Descensos de 1 a 3 m
7 La Barca
Descensos de 6 a 13 m
8 Ameca
Descensos de 0.9 a 3.5 m
9 Lagos de Moreno
Descensos de 1 a 2 m
10 Puerto Vallarta
Descensos de 2 y 7 m
11 Lago de Chapala
Descensos de 1.0 a 1.6 m
12 Zacoalco
Descensos de 1 a 4 m
Fuente: Las aguas subterráneas en Jalisco, una aproximación a su situación actual, CUCBA, CuValles, Cucei; UdeG
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