lunes, 23 de mayo de 2016

Boff pide buscar en EU la causa del “golpe” a Rousseff



El famoso ex sacerdote franciscano, teólogo de la liberación y ecologista, considera una injusticia la suspensión de la mandataria brasileña y pide mirar hacia la Casa Blanca.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Leonardo Boff, el célebre teólogo de la liberación y una de las cabezas más visibles del movimiento ecologista mundial, señaló este fin de semana que la clave de la crisis política en Brasil podría estar en la Casa Blanca y los funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, en su afán de restar fuerzas a la creciente influencia política de Rusia, y sobre todo, de China, países ligados al gigante sudamericano.

De visita en Guadalajara, a donde acudió al lanzamiento público de la Campaña Nacional por la Defensa de la Madre Tierra y el Territorio en la región Occidente, invitado por el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, que cumple 52 años, el ex sacerdote de formación franciscana consideró que las imputaciones de los congresistas brasileños a la presidente Dilma Rousseff, que motivaron su destitución al menos por 180 días, constituye una “enorme injusticia” porque se le achacan manejos administrativos supuestamente irregulares, pero que en realidad, todos los mandatarios han realizado con el afán de equilibrar sus finanzas.

Destacó que las élites de su país son “profundamente egoístas” y son recelosas de los logros de dos gobiernos sucesivos de izquierda, que han sacado de la pobreza extrema a 35 millones de pobres, por lo que en su argumento, estarían dispuestas cualquier argucia legal con el afán de interrumpir los cambios “de fondo” que ha realizado el régimen que primero encabezó Lula da Silva y hoy continúa la mandataria también emanada del Partido del Trabajo.

El golpe estadounidense, dijo, está bien calculado. “¿Cuál es el derecho?, la macroeconomía capitalista, que impone eso a Brasil, porque sabe que difícilmente los demás países que cuentan con el apoyo de Brasil pueden sustentarse solamente en ellos; prácticamente todos están alineados a la política externa de Estados Unidos, entonces no se acepta esa autonomía que Brasil ha intentado, y ya muchos analistas exteriores, alemanes, y especialmente americanos, lo han declarado: el golpe contra Dilma es monitoreado por los Servicios de Seguridad de Estados Unidos, por más que periódicos como el New York Times y otros defiendan a Dilma, y digan que ella es víctima de una banda de ladrones”.

El conflicto interno es política, “pero lo otro es el servicio de seguridad del imperio, que no le importa la política, y quiere que ese país continental, importante, de América del Sur, sea alineado a la política americana; hay más de mil jóvenes [estadunidenses] que se dicen democráticos, que vienen con mucha plata, penetrando Brasil; además, los dos más importantes jefes de los órganos de seguridad de Estados Unidos fueron identificados en mi país hablando con ministros, hablando con políticos, armando el golpe para que resulte; es un golpe injusto porque la presidente no ha cometido ningún crimen, el problema es sencillamente administrativo, que todos los hacen, cubrir una cuenta con otra, pero sin violar las leyes fundamentales de la economía…”.

Insistió: “Lo que no quieren y no aceptan ese tipo de política de raíz popular, de una democracia más participativa, y con relativa autonomía a Estados Unidos; entonces tienen que impedir que eso triunfe”; a su juicio, una prueba es que el gobierno que sucedió al de la mandataria suspendida “es un gobierno solamente de hombres y de blancos; han eliminado a todas las mujeres, a los representantes de las minorías negras, a los indígenas, el Ministerio de Cultura, a los Derechos Humanos; es decir, tenemos un Estado predictatorial, que ha dado dos golpes: un golpe parlamentario, y ahora un golpe judicial, con una represión tremenda de la policía a todos los movimientos sociales que protestan a favor de la presidente”.

El sacerdote que fue suspendido por el papa Juan Pablo II, renunció al sacerdocio en 1992, y tiene simpatías con el actual pontífice, Francisco, invita a leer la realidad de la gran nación de lengua portuguesa “en un sistema no se puede pensar solo a partir de Brasil; hay que pensarlo dentro de un equilibrio, de geopolíticas mundiales, especialmente para el Atlántico sur”.

China y Brasil son dos de los cuatro miembros del BRIT, potencias emergentes que a juicio del ecologista ponen en riesgo el predominio americano, junto con Rusia e India. La nación sudamericana es el eslabón más débil, y recibió el año pasado “más de 40 mil millones de dólares” de inversión china. Una vez depuesto un régimen “popular” en la vecina Argentina, es difícil que otras naciones sudamericanas puedan afrontar el reto frente al poder estadunidense, subrayó Boff.

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