Crisis, grave riesgo para los bosques

Análisis del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible: urge a reactivar el sector para evitar cambios de uso de suelo desastrosos para el equilibriuo ecológico


Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 30 de septiembre de 2009. Tendencias

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Muchos celebran el descenso de la actividad económica como la gran oportunidad de que se reduzca la presión sobre los bosques y selvas del país, pero puede ser arma de dos filos: el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible dice que podría desatar una dinámica destructora de esos ecosistemas, ante el bajo estímulo de mantenerlos en pie.

"Contrario a lo que en ocasiones se cree, la oportunidad de aprovechar los recursos maderables y no maderables para generar ingresos, constituye un poderoso incentivo para que los dueños de terrenos forestales conserven sus bosques, por lo que la disminución en la demanda de madera y productos forestales derivada de la recesión mundial podría derivar en un impulso al cambio de uso de suelo, con la consecuente degradación de los ecosistemas forestales, la biodiversidad y los servicios ambientales que prestan", señala la agrupación en el documento Impactos de la crisis económica en el sector forestal mexicano, emitido este mes.

De hecho, "hoy más que nunca es necesario implementar acciones de política económica y fiscal que reactiven el sector y contengan el riesgo creciente de degradación que corren los bosques del país".

Esta organización, formada por expertos de todo el país "impulsa y promueve la conservación de los ecosistemas boscosos a partir de esquemas de manejo forestal comunitario" (ver http://www.ccmss.org.mx/index.php).

El texto destaca que México ocupa el 14 lugar mundial por la extensión de su territorio forestal, pero "el producto interno bruto del sector silvícola ha descendido desde el año 2006 como resultado de la caída de la producción, de la competitividad y de la participación de los productores nacionales en el mercado mexicano".

Para saber lo que viene, el CCMSS aplicó encuestas a ocho empresas silvícolas de diversos tamaños. Los resultados no son alentadores.

"El sondeo reveló una fuerte tendencia a la caída de la producción maderable […] en el rubro de ventas, seis de las ocho empresas consultadas estimaron caídas con respecto a 2008 que van de 10 a 60 por ciento […] resulta relevante que siete de las ocho empresas han reducido su personal en 2009 hasta en 50 por ciento y que estiman continuar con la disminución de personal para los siguientes seis meses. Esto parece indicar que la crisis económica y la disminución de ventas están golpeando fuertemente el empleo entre las empresas forestales".

El análisis subraya el escaso optimismo para el futuro inmediato, entre los encuestados.

"Hasta hoy, los programas y acciones gubernamentales llevadas a cabo para desarrollar al sector forestal han estado basadas en una estrategia doble: la mejora en la producción y competitividad de los productores, y el apoyo a la conservación de las coberturas forestales"; sin embargo, las tres categorías de ProÁrbol destinadas a ello reciben sólo 34 por ciento del presupuesto total. "Que 64 por ciento del presupuesto se haya destinado durante estos años a trabajos de conservación y restauración, muestra una fuerte tendencia a minimizar la dimensión productiva de los bosques y la necesidad de materias primas forestales que tiene el país actualmente".

También es crítico del impulso casi exclusivista a plantaciones comerciales, para sustituir la producción de bosques naturales, pues "la pérdida de valor comercial de los bosques generará incentivos para que los dueños […] opten por cambiar los usos de suelo para actividades más rentables como la fruticultura, la producción de bioenergéticos o la ganadería". La tasa anual de deforestación en México es, según cifras oficiales, de 235 mil hectáreas anuales.

Así, puntualiza: "la combinación de esta situación con una reducción de la capacidad institucional para impulsar el manejo forestal sustentable por reducciones presupuestales, representa un serio riesgo de repunte de la explotación ilegal de madera, el cambio de uso de suelo hacia actividades más rentables y la degradación de los bosques".