sábado, 7 de octubre de 2017

Solución a aguas negras de El Bajío ronda $40 millones



Un proyectista experimentado señala que al menos en el tema de contaminación, no tienen por qué ser dolor de cabeza las villas en operación.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Las inversiones que se han hecho en la zona de El Bajío, en particular, las villas panamericanas, que "muerden" el polígono del área natural protegida Bosque La Primavera, no deberían darse por perdidas, al menos en relación al problema de residuos que generarían si se les permitiera habitarse para vivienda u oficinas. El proyectista de ingeniería Porfirio Ruvalcaba Barajas, un veterano en el tema del manejo de agua y alcantarillado, propone una solución "definitiva" cuyos costos rondarían en 40 millones de pesos.

En conversación con MILENIO JALISCO, el ingeniero se pone al margen del debate sobre la legalidad o ilegalidad del inmueble construido en la administración de Emilio González Márquez. Señala que una vez que se concluya ese enfrentamiento entre grupos ciudadanos y autoridades estatales y de Zapopan, es deseable ir a los problemas objetivos, de infraestructura, que no se han resuelto.

Y en ese sentido, desde antes de los juegos de 2011 salió uno de los problemas más evidentes de ese complejo multidepartamental: no tiene manera de sacar sus residuos de alcantarillado. El caso puso en relieve el problema que entraña todo proyecto constructivo en El Bajío, el cual, por enclavarse en una parte baja en relación al resto de la ciudad, necesitaría presuntamente proyectos costosos de ingeniería, incluido bombeo con consumo eléctrico permanente, para resolver el riesgo de contaminación no solo en el área superficial, sino hacia el subsuelo, pues El Bajío es una zona de recarga de agua.

La cuenca de El Bajío tiene 2,650 hectáreas con un potencial de generación de agua de hasta 22 millones 260 mil metros cúbicos (aproximadamente 12 por ciento de los que la ciudad le extrae anualmente al lago de Chapala), de los cuales, probablemente la mitad se pueda inyectar al subsuelo, y sirven para una dotación diaria de 280 litros por persona para 108 mil habitantes, aproximadamente la población que tiene Ciudad Guzmán. La parte más baja de la cuenca ronda 300 hectáreas.

"Estos datos demuestran que esta zona hay que protegerla sacando la aguas residuales. Necesitamos desalojar de forma simple los residuos del estado Chivas, las villas y las universidades que están en el borde pegado al bosque, por eso estoy proponiendo que de cada uno de esos tres conjuntos saquemos líneas de alcantarillado"; la expresión en gasto de agua por minuto es la siguiente: una tubería para conducir 108 litros por segundo desde las villas, 67 lps desde la zona de las universidades y para el estadio, un gasto aproximado de 54 lps (considerando que su uso es sólo a tiempo parcial).

Esas tres tuberías convergirían en un punto al norte de El Bajío, colindante con la avenida prolongación Las Torres, para de ahí convertirse en una sola línea. "Como es alto el terreno, ahí hay que hincarlo, hincar es meter una lumbrera, meter el equipo y se empuja con tubos metálicos, se lleva el material y siguen una dirección y una pendiente y pueden trabajar hasta 250 metros, llegan a la otra lumbrera y de ahí se van pasando", refiere. Esta técnica permite librar sin costo de bombeo en el periférico y mantener una ruta al nororiente para pasar por debajo de las avenidas Vallarta e Inglaterra (hay dos opciones de trazo). El tubo llegará a una zona de barrancas donde se seguirá conduciendo (pues no contaminará nada) para ascender hacia los colectores de la zona Naciones Unidas o Patria, y allí vincularse con el resto de la red urbana.

"Si se hace toda la infraestructura interior de las líneas, desde estadio, villas y universidades, yo estimo un costo de alrededor de 40 millones; que cada uno haga una planta no solo es más costoso, sino que no hay la garantía, lo importante es sacar esos residuos", añade.

Nada de este esquema alterará las capacidades de recarga de la zona, pero no mezclará agua residual con pluvial. El experto señala que vale la pena profundizar los estudios sobre el funcionamiento de la recarga en El Bajío, y aunque sostiene que puede recibir más personas sin alterarlo, considera que la sociedad debe determinar si permitir funcionar lo que ya existe a cambio de dejar como un gran área verde lo que resta de superficie libre del valle, es una solución justa, que además, hará que no se pierda la considerable inversión de las villas.


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