jueves, 30 de julio de 2009

Nahuas intimidados resolvían asunto interno


Colima invadió conflicto interno de Ayotitlán, advierte la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas, de la UdeG; ejidatarios sólo buscaban evitar un despojo al interior de sus tierras. Foto: Alejandro Carrillo


Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO

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Ni siquiera pretendían los ejidatarios nahuas de Ayotitlán recuperar sus tierras de la dotación, aclara César Díaz, de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas de la Universidad de Guadalajara (UdeG). La irrupción policiaca colimense en la zona de Las Pesadas, el pasado 27 de julio, violentó un procedimiento agrario interno, en que se protegían los derechos de ejidatarios que estaban siendo despojados por otro campesino.

“No se trata de terrenos involucrados en el juicio de la complementaria; el hecho es en terrenos reconocidos plenamente de Ayotitlán. El acto de autoridad realizado por el comisariado a mandato de la asamblea es sobre la ejecución de una sentencia en contra de un ejidatario de Ayotitlán que está despojando de un predio de agostadero común a los habitantes de Las Pesadas, ya que este ejidatario, de nombre Elidio Monroy, tiene pactado una compra-venta con posesionarios de Minatitlán”.

Es decir, la autoridad colimense se excedió en sus atribuciones pues no puede violentar la vida interna de las comunidades agrarias. El lugar donde se realizó el acto de autoridad, que “consistía en poner en posesión a la comunidad del agostadero común removiendo un lienzo que había instalado Eligio, no involucra terrenos de la zona en conflicto, es totalmente en el interior del ejido reconocido en el plano del INEGI y no tenía por qué ser obstaculizado por la policía de Colima ya que se desarrollaba plenamente en Jalisco”, subrayó el asesor.

La asamblea que acordó la acción se realizó un día antes, sustentada en la sentencia definitiva del expediente 52/95, por el magistrado del Tribunal Unitario Agrario número 13. El juzgador le reconoció al ejido el derecho sobre 40 hectáreas que los Monroy pretendían privatizar y vender. La situación se enrareció a partir de la presencia de la policía de Cuautitlán que atrajo a la de Minatitlán. No cedieron pese a que se les explicó “que los trabajos que se están realizando son de jurisdicción del ejido y no tienen que ver con los límites de los estados”, e incluso, dos policías de la patrulla 089 del estado de Colima irrumpieron con violencia y cortaron cartucho para intimidar a los campesinos. Llegaría, según el acta circunstanciada, incluso la secretaria de Gobierno de ese estado, Yolanda Verduzco Guzmán, pero los nahuas dejaron sus mojoneras y se fueron tranquilos a sus casas, haciendo caso omiso de la histeria de un conflicto que esta vez les era ajeno.

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