jueves, 23 de julio de 2009

Bicentenario, previsto “a tontas y locas”


Juan José Doñán critica mala planeación de los festejos patrios. ¿Restaurar la Catedral? Sí, “pero no por la Independencia o la Revolución”


Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO


Juan José Doñán, uno de los críticos más respetados y temidos por el establishment tapatío, le parece que la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicana se ha hecho “a tontas y locas”, y que sería más útil generar foros y discusiones que permitan contemplar de forma madura estos complejos fenómenos históricos, en vez de andar lavando reputaciones y colgando obras dudosamente justificadas por la historia.

“Se trata de momentos fundacionales del país; el problema es qué hacer, qué incluir en ese programa, qué es importante […] Creo que ahí está la cuestión, tanto a escala nacional como local. En Jalisco nos toca algo muy importante porque el arranque de la Independencia, el proyecto, fracasa en estas tierras, en el puente de Calderón, cerca de la barranca; y está además la relación de las fuerzas vivas empezando por la Iglesia católica, especialmente el alto clero, que tiene una relación conflictiva con el movimiento”, refiere en conversación telefónica.

Por eso “brinca” que se pretenda restaurar la Catedral de Guadalajara con el pretexto de ese acontecimiento. “El alto clero mexicano, tanto en 1810 como en 1910, tiene cartas credenciales que no son muy de presumir. Para comenzar, el obispo de Guadalajara, Juan Ruiz de Cabañas y Crespo, excomulgó a Hidalgo y a quienes lo seguían por ‘protervos’, que significa que se obstinan en la maldad y en la perversidad…”.

El papel de clérigos como el propio Hidalgo y Morelos fue decisivo, pero se trata de curas ilustrados y socialmente inquietos que no formaban parte de la elite, “fueron curas rebeldes muy raspados en su relación con el alto clero”.

—¿Tiene justificación dar dinero a la catedral para su restauración, porque allí se le ofreció un Te Deum a Hidalgo?

—La verdad es que, cuando Hidalgo llega al centro de Guadalajara, dice con ironía y sorna: “Ya llegó el hereje”, pero seguía siendo un creyente y además, fue a la Catedral y fue bien recibido, entre otras cosas, porque tal vez no les quedaba de otra…

No obstante, “si la pregunta es si la Catedral de Guadalajara debe ser restaurada, por supuesto que sí, pero es una cosa distinta, así como debe ser restaurados muchos bienes patrimoniales y simbólicos, sin excusas de fechas, de celebración”.

Juan José Doñán, cronista no oficial de esta ciudad, lamenta lo “mal zurcido” de las conmemoraciones, donde muchas ocurrencias tienen lugar y, pensando mal, hasta parece propiciarse un ajuste de cuentas histórico. “Creo que en la Iglesia hay gente inteligente que sabe las cosas que se tienen que asumir en esta reflexión, qué tanto hubo de equivocación, por qué la Iglesia tenía que estar con la autoridad, y en contra de un grupo de rebeldes”.

Opina que debería darse un programa de conferencias, reeditarse El Despertador Americano, abrir la discusión de las obras de arte y monumento donde realmente hubo cuestiones relevantes, como la abolición de la esclavitud o el mural de Orozco en Palacio de Gobierno, con ese Hidalgo justiciero que amenaza con las llamas a caciques explotadores, ideólogos demonizados… y obispos protervos.

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