Nació como una condición de mitigación en el extinto proyecto de la presa de Arcediano. Tiene una muestra de la extraordinaria diversidad de Jalisco, con una cuarta parte de la riqueza nacional, ya tiene más de 6 mdp, pero requiere más fondos y espacio
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
Jalisco a escala, México en pequeño, es lo que el visitante se encuentra en el Jardín Botánico, el primero que se hace en dos siglos en Guadalajara, a la orilla de la barranca de Huentitán.
Se trata de un predio de apenas 27 hectáreas (ha) cuya posesión por parte de la Comisión Estatal del Agua (CEA) continúa endeble, pues el Ayuntamiento de Guadalajara, inmerso en las veleidades de la política, se ha negado a otorgar formal comodato del terreno. Así, una inversión superior a seis millones de pesos se mantiene en riesgo e imposibilitada de crecer, aunque en realidad se trata de un patrimonio que vale más de lo que ha costado: la representación de flora jalisciense, mexicana e incluso mundial supera 270 especies, muchas de ellas endémicas (exclusivas) de la región, otras en peligro de extinción; el trabajo de recolección para crear bancos de germoplasma es una de las actividades sustantivas; el otro, reproducir estos ejemplares valiosos que ningún vivero comercial genera.
En un futuro no muy lejano, la superficie se podrá incrementar sustancialmente con los predios que bajan hasta el río Santiago, para pasar de una variación de 80 metros de altitud a una de 560 metros, algo que no posee ningún jardín en el mundo. La oportunidad se da porque el gobierno del estado adquirió todos esos terrenos adyacentes en el proceso del proyecto de la presa Arcediano, hoy frustrado, al menos como originalmente se concibió. De este modo, se tendrá la oportunidad de establecer uno de los grandes “museos vivos”, y llevar flora de todos sus ecosistemas, experimentar su reproducción, recuperar sus valores culturales, culinarios y medicinales, generar un banco de especies y ensayar la interacción con ambientes diversos. Una vez que se garanticen las inversiones necesarias y que se resuelvan los trámites para otorgarle el espacio que ocupa, el Jardín Botánico podría estar abierto al público en un periodo de un año.
“Jalisco, como dijo el doctor Enrique Estrada Faudón, es la síntesis geográfica de México, y por lo tanto del mundo, porque tenemos de todo: tenemos montañas, mares, costas, valles, desiertos; Jalisco es muy afortunado en ese sentido [...] podemos hacer el mejor jardín botánico del país”, señala entusiasmado el responsable del proyecto, Raúl López Velázquez.
Esto nació como parte de la compensación a que se veía obligada la Comisión Estatal del Agua (CEA) ante los daños que ocasionaría una gran presa sobre el río Santiago. “Hace cinco años, como una premisa desde el punto de vista no sólo ambiental, sino educativo: un jardín botánico es lo más interesante para posicionar un lugar en la sociedad civil, generar una puerta de entrada a la barranca y, sobre todo, hacer ensayos de métodos de restauración”, añade.
Arrancó con cuatro personas. Ahora hay catorce. Todos los días se dedican al mantenimiento de los ejemplares en vivero, la recolección de semillas —muchos andan fuera, en otros sitios de la entidad, en esa labor— y el cuidado de los individuos que ya están plantados. El ingreso, por el predio El Disparate, ofrece primero un paraje de pinos propio de la montaña y, en la medida en que se desciende, se pasa por vegetación del mesófilo, por encinares, por el semidesierto, por matorrales, por el bosque de galería y la selva seca, nativa de estas laderas del norte de la ciudad. Ya hay 90 por ciento de las 17 especies de pino que existen en Jalisco y 70 por ciento de las 40 de encino o roble. Algunas no se han podido adaptar; por ejemplo, el Pinus hartwegii, que sobrevive en climas muy fríos, arriba de 3,500 metros en el Nevado de Colima, “porque viene de condiciones muy distintas”, señala López Velázquez. Pero son excepciones dentro del proceso, abrumadoramente exitoso en términos de aclimatación.
Se excedieron
Héctor Castañeda Náñez, director de cuencas y sustentabilidad de la CEA, dice que las condicionantes de impacto ambiental no obligaban a un jardín botánico, sino a un vivero con especies de la barranca que serían desplazadas por el vaso artificial.
“César Coll, director de la CEA, dijo que con los viveros se cumple, pero había que meterle más […] primero, para asegurar a 100 por ciento las acciones de restauración y, segundo, para poder lograr un lugar diferente, con capacitación extra-aula para la gente y que además pudiera ser un punto de referencia para la educación ambiental en todos los sentidos, con toda la diversidad que tenemos, aprovechando este sitio, con un microclima que es una maravilla. Presentamos un proyecto de cómo podríamos ir distribuyendo en las 27 ha, qué meterle, cómo armarle, y básicamente esto fue con lo que empezamos a trabajar”.
La obra se desplegó en terreno municipales de Guadalajara, aunque el convenio original era con el Zoológico Guadalajara, que detentaba esos predios pero no como dueño, sino posesionario. “Entonces empezamos el trámite para que el municipio nos cediera las 27 ha en comodato; en un principio por 99 años, se fue y se habló con Alfonso Petersen, se mete a sesión y estuvo en tres momentos a punto de votarse, pero se regresa a comisiones porque decía la regidora Celia Fausto [del PRD] que éste era el cheque en blanco para hacer la presa; se regresó a comisiones y nunca más volvió a salir; insistimos y al último nos dicen: 99 años no nos gusta, y bueno, ponle los que quieras, 50 o 20, y vayan ver el trabajo que hay ahí y, si ustedes lo hacen mejor, nosotros nos salimos y se los dejamos…”.
—¿Por qué les decían que éste era el cheque en blanco para Arcediano?
—Celia [Fausto] decía que, como estaba esto en la manifestación de impacto ambiental de la presa, de alguna manera el municipio daba su venia con el tema del comodato del jardín botánico; yo les decía que era el cheque en verde para llegar a tener un espacio que Jalisco no posee y que es una contradicción, ante su gran riqueza...
Así llegó 2010. La Administración de Aristóteles Sandoval tendrá la decisión en sus manos, pero la oportunidad que abre la cancelación de Arcediano es la de establecer un corredor desde el río y realizar un proyecto más ambicioso, lo que, además de una utilidad científica y educativa, puede generar un enclave turístico. Raúl López piensa que, con difusión adecuada, considerando la espectacularidad del paisaje, puede ser complemento a la visita del Zoológico, y su excelencia aseguraría que los visitantes se quedaran 24 horas más en la ciudad.
La irrigación de estas laderas obliga a establecer una planta de tratamiento en el arroyo que baja de los asentamientos cercanos, lo cual le da un componente ambiental extra, agrega. “Nada es arbitrario; se respeta en lo posible la distribución natural de los ecosistemas; los de la parte alta son los templados, y abajo los tropicales; si entras, ves pinos; si pasas el arroyo que se escucha, ves vegetación de galería […] Tenemos especies de la barranca, de Jalisco, de México y del mundo, porque la gente necesita puntos de comparación: este árbol es de Rusia, pero está más impactante este tescalame de la barranca. Así empiezas a engendrar valores: es un espacio extra-aula de enseñanza”.
Guadalajara tiene museos, bibliotecas, zoológicos, pero el equivalente en la parte ambiental es el jardín botánico. Tuvo uno en el siglo XVIII, en la zona del Hospital Civil, y ha sido olvidado. Como homenaje a la inmensa riqueza de la región, surge un jardín de historia política atribulada, en el mejor entorno natural de la ciudad, como oportunidad de recuperarlo.
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DATOS: CONTEXTO Y PROYECTO
México alberga entre 26 mil y 28 mil especies vivas (109,212 especies, si se incluye invertebrados, musgos y hongos, de poco más de 1.6 millones conocidos) y es una de las doce naciones megadiversas del mundo: las que albergan de 60 a 70 por ciento de las formas de vida planetarias
Jalisco posee más de 7,500 especies (excluidos ese inmenso recuento de seres menores), más de un cuarto de la diversidad mexicana, y está entre los seis más ricos del país, junto a Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Michoacán. De ese total de especies, más de 90 por ciento son plantas
Un jardín botánico es un espacio “donde se mantienen en exhibición permanente colecciones de plantas vivas debidamente etiquetadas y determinadas, ordenadas y documentadas con base en criterios científicos y utilizadas para investigación, enseñanza, difusión, recreación y conservación”
Se trata de un centro de educación en ciencias naturales “que vincula a la población de una región con los recursos que posee y emplea para alimentación, medicina, construcción, industria y tradiciones místico-religiosas”
El jardín de la barranca de Huentitán “dotará a Jalisco de un centro de cultura ambiental y de atracción turística para tener un espacio de esparcimiento y participación social, mediante el encuentro entre la naturaleza y el hombre”
En el terreno de investigación, se ensayará con alrededor de 300 especies de plantas, sus procesos de germinación, su desarrollo, su reproducción, los factores que inciden en la polinización, su adaptación a distintos ecosistemas considerando suelos, humedad, exposición al sol y altitud, lo cual es especialmente valioso en especies endémicas —es decir, exclusivas, cuya fragilidad es mayor por estar restringidas sólo a una ecorregión del mundo— y en las que están en peligro de extinción
En la actualidad, el jardín botánico de Guadalajara contiene 2,010 árboles de 70 familias y 270 especies, 90 por ciento de ellas de Jalisco, pero también mexicanas y mundiales, pues se busca con estas últimas la comparación con especies mexicanas y nativas similares, para apreciar mejor las ventajas de éstas
Hay en el jardín hasta ahora ocho tipos de vegetación propios de Jalisco: bosque de pino, de pino-encino y de encino; bosque mesófilo de montaña (o de niebla), bosque de galería (o vegetación riparia, que prospera a la orilla de los ríos), selva mediana subcaducifolia y selva baja o seca caducifolia (caducifolia: que se le caen las hojas en la estación seca), y vegetación de semidesierto
Hay tres espacios de vivero donde se realizan ensayos y pruebas de germinación. También, hay un banco de semillas que contiene 43 especies con un peso aproximado de 746.3 kilogramos, lo cual permite guardar material genético para restaurar espacios devastados
Fuentes: CEA/Conabio
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
Jalisco a escala, México en pequeño, es lo que el visitante se encuentra en el Jardín Botánico, el primero que se hace en dos siglos en Guadalajara, a la orilla de la barranca de Huentitán.
Se trata de un predio de apenas 27 hectáreas (ha) cuya posesión por parte de la Comisión Estatal del Agua (CEA) continúa endeble, pues el Ayuntamiento de Guadalajara, inmerso en las veleidades de la política, se ha negado a otorgar formal comodato del terreno. Así, una inversión superior a seis millones de pesos se mantiene en riesgo e imposibilitada de crecer, aunque en realidad se trata de un patrimonio que vale más de lo que ha costado: la representación de flora jalisciense, mexicana e incluso mundial supera 270 especies, muchas de ellas endémicas (exclusivas) de la región, otras en peligro de extinción; el trabajo de recolección para crear bancos de germoplasma es una de las actividades sustantivas; el otro, reproducir estos ejemplares valiosos que ningún vivero comercial genera.
En un futuro no muy lejano, la superficie se podrá incrementar sustancialmente con los predios que bajan hasta el río Santiago, para pasar de una variación de 80 metros de altitud a una de 560 metros, algo que no posee ningún jardín en el mundo. La oportunidad se da porque el gobierno del estado adquirió todos esos terrenos adyacentes en el proceso del proyecto de la presa Arcediano, hoy frustrado, al menos como originalmente se concibió. De este modo, se tendrá la oportunidad de establecer uno de los grandes “museos vivos”, y llevar flora de todos sus ecosistemas, experimentar su reproducción, recuperar sus valores culturales, culinarios y medicinales, generar un banco de especies y ensayar la interacción con ambientes diversos. Una vez que se garanticen las inversiones necesarias y que se resuelvan los trámites para otorgarle el espacio que ocupa, el Jardín Botánico podría estar abierto al público en un periodo de un año.
“Jalisco, como dijo el doctor Enrique Estrada Faudón, es la síntesis geográfica de México, y por lo tanto del mundo, porque tenemos de todo: tenemos montañas, mares, costas, valles, desiertos; Jalisco es muy afortunado en ese sentido [...] podemos hacer el mejor jardín botánico del país”, señala entusiasmado el responsable del proyecto, Raúl López Velázquez.
Esto nació como parte de la compensación a que se veía obligada la Comisión Estatal del Agua (CEA) ante los daños que ocasionaría una gran presa sobre el río Santiago. “Hace cinco años, como una premisa desde el punto de vista no sólo ambiental, sino educativo: un jardín botánico es lo más interesante para posicionar un lugar en la sociedad civil, generar una puerta de entrada a la barranca y, sobre todo, hacer ensayos de métodos de restauración”, añade.
Arrancó con cuatro personas. Ahora hay catorce. Todos los días se dedican al mantenimiento de los ejemplares en vivero, la recolección de semillas —muchos andan fuera, en otros sitios de la entidad, en esa labor— y el cuidado de los individuos que ya están plantados. El ingreso, por el predio El Disparate, ofrece primero un paraje de pinos propio de la montaña y, en la medida en que se desciende, se pasa por vegetación del mesófilo, por encinares, por el semidesierto, por matorrales, por el bosque de galería y la selva seca, nativa de estas laderas del norte de la ciudad. Ya hay 90 por ciento de las 17 especies de pino que existen en Jalisco y 70 por ciento de las 40 de encino o roble. Algunas no se han podido adaptar; por ejemplo, el Pinus hartwegii, que sobrevive en climas muy fríos, arriba de 3,500 metros en el Nevado de Colima, “porque viene de condiciones muy distintas”, señala López Velázquez. Pero son excepciones dentro del proceso, abrumadoramente exitoso en términos de aclimatación.
Se excedieron
Héctor Castañeda Náñez, director de cuencas y sustentabilidad de la CEA, dice que las condicionantes de impacto ambiental no obligaban a un jardín botánico, sino a un vivero con especies de la barranca que serían desplazadas por el vaso artificial.
“César Coll, director de la CEA, dijo que con los viveros se cumple, pero había que meterle más […] primero, para asegurar a 100 por ciento las acciones de restauración y, segundo, para poder lograr un lugar diferente, con capacitación extra-aula para la gente y que además pudiera ser un punto de referencia para la educación ambiental en todos los sentidos, con toda la diversidad que tenemos, aprovechando este sitio, con un microclima que es una maravilla. Presentamos un proyecto de cómo podríamos ir distribuyendo en las 27 ha, qué meterle, cómo armarle, y básicamente esto fue con lo que empezamos a trabajar”.
La obra se desplegó en terreno municipales de Guadalajara, aunque el convenio original era con el Zoológico Guadalajara, que detentaba esos predios pero no como dueño, sino posesionario. “Entonces empezamos el trámite para que el municipio nos cediera las 27 ha en comodato; en un principio por 99 años, se fue y se habló con Alfonso Petersen, se mete a sesión y estuvo en tres momentos a punto de votarse, pero se regresa a comisiones porque decía la regidora Celia Fausto [del PRD] que éste era el cheque en blanco para hacer la presa; se regresó a comisiones y nunca más volvió a salir; insistimos y al último nos dicen: 99 años no nos gusta, y bueno, ponle los que quieras, 50 o 20, y vayan ver el trabajo que hay ahí y, si ustedes lo hacen mejor, nosotros nos salimos y se los dejamos…”.
—¿Por qué les decían que éste era el cheque en blanco para Arcediano?
—Celia [Fausto] decía que, como estaba esto en la manifestación de impacto ambiental de la presa, de alguna manera el municipio daba su venia con el tema del comodato del jardín botánico; yo les decía que era el cheque en verde para llegar a tener un espacio que Jalisco no posee y que es una contradicción, ante su gran riqueza...
Así llegó 2010. La Administración de Aristóteles Sandoval tendrá la decisión en sus manos, pero la oportunidad que abre la cancelación de Arcediano es la de establecer un corredor desde el río y realizar un proyecto más ambicioso, lo que, además de una utilidad científica y educativa, puede generar un enclave turístico. Raúl López piensa que, con difusión adecuada, considerando la espectacularidad del paisaje, puede ser complemento a la visita del Zoológico, y su excelencia aseguraría que los visitantes se quedaran 24 horas más en la ciudad.
La irrigación de estas laderas obliga a establecer una planta de tratamiento en el arroyo que baja de los asentamientos cercanos, lo cual le da un componente ambiental extra, agrega. “Nada es arbitrario; se respeta en lo posible la distribución natural de los ecosistemas; los de la parte alta son los templados, y abajo los tropicales; si entras, ves pinos; si pasas el arroyo que se escucha, ves vegetación de galería […] Tenemos especies de la barranca, de Jalisco, de México y del mundo, porque la gente necesita puntos de comparación: este árbol es de Rusia, pero está más impactante este tescalame de la barranca. Así empiezas a engendrar valores: es un espacio extra-aula de enseñanza”.
Guadalajara tiene museos, bibliotecas, zoológicos, pero el equivalente en la parte ambiental es el jardín botánico. Tuvo uno en el siglo XVIII, en la zona del Hospital Civil, y ha sido olvidado. Como homenaje a la inmensa riqueza de la región, surge un jardín de historia política atribulada, en el mejor entorno natural de la ciudad, como oportunidad de recuperarlo.
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DATOS: CONTEXTO Y PROYECTO
México alberga entre 26 mil y 28 mil especies vivas (109,212 especies, si se incluye invertebrados, musgos y hongos, de poco más de 1.6 millones conocidos) y es una de las doce naciones megadiversas del mundo: las que albergan de 60 a 70 por ciento de las formas de vida planetarias
Jalisco posee más de 7,500 especies (excluidos ese inmenso recuento de seres menores), más de un cuarto de la diversidad mexicana, y está entre los seis más ricos del país, junto a Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Michoacán. De ese total de especies, más de 90 por ciento son plantas
Un jardín botánico es un espacio “donde se mantienen en exhibición permanente colecciones de plantas vivas debidamente etiquetadas y determinadas, ordenadas y documentadas con base en criterios científicos y utilizadas para investigación, enseñanza, difusión, recreación y conservación”
Se trata de un centro de educación en ciencias naturales “que vincula a la población de una región con los recursos que posee y emplea para alimentación, medicina, construcción, industria y tradiciones místico-religiosas”
El jardín de la barranca de Huentitán “dotará a Jalisco de un centro de cultura ambiental y de atracción turística para tener un espacio de esparcimiento y participación social, mediante el encuentro entre la naturaleza y el hombre”
En el terreno de investigación, se ensayará con alrededor de 300 especies de plantas, sus procesos de germinación, su desarrollo, su reproducción, los factores que inciden en la polinización, su adaptación a distintos ecosistemas considerando suelos, humedad, exposición al sol y altitud, lo cual es especialmente valioso en especies endémicas —es decir, exclusivas, cuya fragilidad es mayor por estar restringidas sólo a una ecorregión del mundo— y en las que están en peligro de extinción
En la actualidad, el jardín botánico de Guadalajara contiene 2,010 árboles de 70 familias y 270 especies, 90 por ciento de ellas de Jalisco, pero también mexicanas y mundiales, pues se busca con estas últimas la comparación con especies mexicanas y nativas similares, para apreciar mejor las ventajas de éstas
Hay en el jardín hasta ahora ocho tipos de vegetación propios de Jalisco: bosque de pino, de pino-encino y de encino; bosque mesófilo de montaña (o de niebla), bosque de galería (o vegetación riparia, que prospera a la orilla de los ríos), selva mediana subcaducifolia y selva baja o seca caducifolia (caducifolia: que se le caen las hojas en la estación seca), y vegetación de semidesierto
Hay tres espacios de vivero donde se realizan ensayos y pruebas de germinación. También, hay un banco de semillas que contiene 43 especies con un peso aproximado de 746.3 kilogramos, lo cual permite guardar material genético para restaurar espacios devastados
Fuentes: CEA/Conabio
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