Despacho ganador pide a proyectistas simplificar propuestas; la crisis hace inviables proyectos aprobados, advierte desarrollador.
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
La Villa Panamericana de Guadalajara, proyecto estrella de la Administración municipal tapatía, ha sido afectada por la crisis económica. El despacho ganador de la licitación para desarrollarla, Bosco Arquitectos SC, reconoce que “el reto parece imposible” en términos de viabilidad financiera, y pide a los once proyectistas modificar sus propuestas hacia un nuevo escenario de austeridad, esto es, con arquitectura “inocente” y “anónima”, pues debe ser “un negocio inmobiliario rentable”.
En una carta fechada el pasado 15 de mayo en la Ciudad de México, de la cual Público posee una copia, el arquitecto Bosco Gutiérrez Cortina les informa de la imposibilidad de respetar sus proyectos considerando la necesidad de “albergar 8,400 atletas en espacios que se tendrán que construir al 100 por ciento [sic], para después adaptarlos y salir a la venta en un mercado profundamente afectado por la crisis financiera internacional”.
Los tiempos “y las condiciones económicas no nos dan ningún margen de error. Valoramos su esfuerzo y apreciamos las propuestas arquitectónicas planteadas por cada uno de los despachos involucrados en este proyecto; sin embargo, para ser viable el proyecto tendremos que replantearlo bajo este nuevo escenario”, añade el texto.
Así, “consideramos el desarrollo de un solo proyecto, con unidad en su conjunto que aproveche las economías de escala en todos los elementos y materiales de construcción, para poder garantizar así la calidad, el costo y el tiempo”.
De manera que el desarrollo queda dividido a sólo dos partes: un desarrollo horizontal de uso mixto, habitacional y comercial; y el edificio símbolo.
La primera parte “se construirá en todos los predios disponibles, bajo el concepto de restitución urbana”. La escala de las edificaciones debe integrar al “perfil histórico” de la ciudad, variando de tres a cuatro niveles, “respetando la cinta urbana promedio del centro”.
Las premisas son cuatro: arquitectura “anónima”, “inocente”, “que se pierda” y “concebida con el ingenio del pobre”; es decir, sin pretensiones, que no cambie la traza original, que se integre de forma amable y aproveche elementos estructurales, de fachada y acabados ajustados a la inversión programada.
El edificio símbolo también sufre cambios drásticos. “El programa arquitectónico excede la capacidad que podemos construir bajo estos parámetros; es por ello que debemos contemplar la construcción de una arquitectura vertical complementaria de uso mixto, que aloje los espacios de oficinas, hoteles, comercio y vivienda necesarios”.
Tendrá que ser “un edificio racional, simple, elegante y orgullosamente contemporáneo, con la presencia necesaria para constituirse en el edificio símbolo de los juegos Panamericanos 2011”, puntualiza la carta.
Bosco Gutiérrez Cortina pide a los despachos integrarse bajo su dirección, primero desde el DF, luego en Guadalajara. Advierte que tienen de plazo para responder hasta este viernes 22 de mayo o, de lo contrario, declinar, advierte. El techo presupuestal para el desarrollo es de alrededor de dos mil millones de pesos.
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