Su ordenamiento ecológico dice que se debe supeditar turismo a la conservación. Únicamente la empresa Sierra Vallarta se opuso a estas condiciones
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 28 de enero de 2010
Tomatlán tiene una fuerte vocación para el turismo y por ello se entiende que haya sido escogido para convertirse en el “nuevo Cancún”, que anunció la víspera el gobernador Emilio González. Pero esta actividad económica debe supeditarse a la conservación de sus valiosos ecosistemas, pues alberga la playa de conservación de tortuga marina más grande de México, la mayor y más variada extensión de manglar en Jalisco, selvas tropicales y bosques de montaña donde habitan decenas de especies en peligro de extinción.
Esta situación está consolidada en el nuevo Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del municipio, aprobado en sesión de ayuntamiento el 23 de diciembre de 2009 y que cuenta con el respaldo del sector turismo, aunque un grupo empresarial, Sierra Vallarta, presentó una inconformidad al exigir la posibilidad de proyectos más intensivos a favor de su negocio.
No obstante, el resto de los inversionistas y prestadores de servicios hizo prevalecer en el documento normativo la tendencia a sujetar los aprovechamientos a la capacidad de carga de los ecosistemas.
El documento ejecutivo, síntesis del aprobado por los regidores y que se publicó en la Gaceta Municipal y, en unos días más, en el periódico oficial El Estado de Jalisco, señala así sobre los objetivos de la actividad turística: “Detonar el desarrollo turístico e inmobiliario del municipio, permitiendo a la vez una buena rentabilidad para los inversionistas sin que se genere un deterioro ecológico. Para ello, se pretende que todo proyecto se desarrolle bajo los siguientes principios: uno, respeto al medio ambiente; dos, mejora de la calidad de vida de los habitantes de la región; tres, promoción de un desarrollo sustentable e incluyente, considerando el impacto del crecimiento poblacional; y cuatro, prever zonas de reserva territorial para hacer frente a las necesidades de la población de manera ordenada y planeada”.
Según el consultor científico de esta ordenamiento, Francisco de Asís Silva Bátiz, del departamento de zonas costeras de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en toda la demarcación de poco más de 2,900 kilómetros cuadrados —la tercera de Jalisco en superficie— habrá un máximo de 29 mil cuartos de hotel, mientras que hoy hay una sola instalación turística con unos 20 cuartos, el Hotelito Desconocido, así como algunos establecimientos en los poblados de la región. Para el proyecto de Chalacatepec, que el gobierno de Jalisco acaba de poner en marcha, el tope es de 13 mil cuartos hacia el sur del municipio.
El plan busca “asegurar la conservación de los sistemas naturales y su biodiversidad—especies, variedad de ambientes, poblaciones, diversidad genética, comunidades y paisajes— y los procesos ecológicos y evolutivos para el desarrollo sustentable, incluyendo el mantenimiento de los bienes y servicios ambientales”.
Las áreas prioritarias incluyen: “Selvas bajas y medianas, con el fin de mantener la integridad funcional de los ecosistemas, ya que la fauna que habita en las selvas bajas se refugia en las selvas medianas en épocas de estiaje; bosques de encino, pino, pino-encino, oyamel y mesófilo de montaña por los servicios ambientales hidrológicos que proveen; manglares y las lagunas costeras por su valor biológico para el sostenimiento de los ecosistemas naturales y grado de amenaza por la transformación del suelo y la contaminación del agua; vegetación de galería debido a su papel para la protección de cauces”.
Los desarrollos deberán respetar los procesos biológicos. Las tortugas deben seguir desovando en las playas, aunque no sean protegidas; los jaguares deben transitar sin riesgo por zonas turísticas y carreteras; las aves deben seguir alojándose en los esteros sin merma a sus posibilidades de alimento y espacio.
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