domingo, 10 de enero de 2010

Sobreoferta de suelo, por altos subsidios a vivienda




La política debería redirigirse en términos ambientales, opina urbanista. Se requiere medio millón de casas en 20 años; hay espacio para 3 millones

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO

La explosión de fraccionamientos que padece y seguirá afectando a la zona conurbada de Guadalajara se explica, en buena medida, por las grandes facilidades que el gobierno federal ha generado para programas de vivienda, sobre todo de tipo popular, advierte el urbanista Francisco Pérez Arellano.

Conforme a sus análisis, vertidos en sus Apuntes sobre el crecimiento metropolitano de Guadalajara, la proyección de necesidades reales de suelo anda en 13,497 hectáreas (ha) hasta el año 2030, de las cuales 9,640 ha son para vivienda, y albergarían 492,919 casas con una densidad bastante baja, de 51 habitantes por ha. En ese sentido, la sobreoferta de suelo puede pervertir el control sobre el mercado, dado que hay otras 40 mil ha disponibles, a pretexto de que una parte de la demanda se atendería en zonas urbanas en vías de consolidación, es decir, fuera de la metrópoli, como en Zapotlanejo.

Pérez Arellano admite que las estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) prevén a 2030 para la zona conurbada alrededor de 5.5 millones de moradores, pero las estimaciones en las proyecciones se han exagerado en 500 mil personas para evitar cualquier sorpresa en la tendencia de crecimiento. Aun con esta sobredimensión, la oferta real es desmesurada y, si no se le controla, dispondrá de grandes terrenos para cultivo y áreas de riesgo, lo que se traduce en una mayor dispersión urbana, generando muchas pesadillas en el futuro de la ciudad (Público, 23 de noviembre de 2009).

“La dispersión urbana diluye el equipamiento y los servicios, encarece el mantenimiento urbano, incrementa costos y distancias de transporte, consume más recursos que otros modelos de desarrollo urbano, genera segregación urbana, espacial y social; incrementa los impuestos; degrada la calidad del aire y del agua; altera o destruye hábitats naturales, genera dificultades de sociabilidad y reduce la posibilidad de elección”, pone en relieve el arquitecto, ex director de Planeación del estado.

¿Cuáles son las causas de este sobreauge? “La vivienda de interés social requiere costos mínimos; se busca suelo de bajo costo, y dicho suelo barato se encuentra con mayor facilidad lejos del área urbana, sin infraestructura ni acceso”.

Además, “los ayuntamientos periféricos compiten por el crecimiento urbano a costa de todo”, sin olvidar que “el suelo rural y ejidal es altamente apetecido en el mercado especulativo”.

—Es ya un lugar común aceptar que es la especulación económica, sobre todo inmobiliaria, la que hace crecer a Guadalajara, y no el poder político y de la planeación. ¿Qué requeriríamos, respecto a las instancias de gobierno, para que puedan tomar el control?

—Lo primero que tenemos que hacer es que se den cuenta del problema, porque a alguien que no se da cuenta del problema difícilmente le podemos pedir una respuesta […] puede ser que aún haya gente, como ciudadanos, empresarios, políticos, que crean que el modelo que tenemos es el adecuado: lo primero que necesitamos es que se den cuenta; lo segundo, que tengan la convicción y el compromiso de ver esta problemática con una visión de atender el bien común; esto es más difícil porque normalmente no estamos acostumbrados a ver por el bien común, y también porque se entiende que los diferentes actores de la ciudad o del desarrollo urbano tienen, cada uno, una función […]”.

Así, “es natural que para un empresario su función sea hacer negocio, y es natural que los función de los empresarios de vivienda sea hacer vivienda, y más si un programa federal les dice: ‘Necesitamos que ustedes se dediquen a hacer vivienda. ¿Dónde? En donde sea, simplemente ustedes hacen vivienda de tal costo y adelante’. Obviamente, los empresarios se lanzan a conseguir terrenos, a hacer vivienda, la más barata, porque eso es lo que se les ha pedido”.

Lo que ha faltado es “alguien que les diga: espérate, en la ciudad, además de la vivienda, necesitas tener lugares de trabajo, de equipamiento, de servicios, que tengan la infraestructura para poder moverse bien […] la ciudad se hace con gente y no con casas; eso es lo que urge para meter orden y crecer bien”.

No hay comentarios: