viernes, 1 de junio de 2018

Selva mediana, la más devastada con el avance de Puerto Vallarta


23 mil hectáreas de ese ecosistema único en el país han sido modificadas, lo que significa 19% menos de su extensión original.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El pasado de la región donde ahora prospera el centro turístico mundial Puerto Vallarta, que alcanzó ayer un siglo de la conformación de su municipio en Jalisco, es más silvestre que citadino. Sin embargo, en los últimos 40 años, el avance de la infraestructura y los desarrollos inmobiliarios, así como de la agricultura, ha generado el retroceso de más de 23 mil hectáreas de selva mediana caducifolia (19 por ciento de lo que existía en 1979), mientras la selva baja o seca (nueve mil ha más) y los bosques templados (ocho mil ha más) han sido ecosistemas ganadores de los cambios.

Estos son los datos que arroja una investigación realizada por Julio César Morales Hernández y otros académicos del Centro Universitario de la Costa, Universidad de Guadalajara y del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California: “Cambio de cobertura vegetal en la región de Bahía de Banderas, México”, publicado el primer semestre de 2016.

El análisis de series de tiempo para observar el cambio de cobertura de vegetación en la zona de estudio, se realizó una clasificación supervisada mediante el uso de un Sistema de Información Geográfica (SIG). La región abarca los municipios de Puerto Vallarta y Cabo Corrientes, Jalisco, y Bahía de Banderas, Nayarit, sobre casi 305 mil hectáreas.

“Considerando la complejidad de los diferentes elementos del paisaje distribuidos en la región costera de Bahía de Banderas, la decisión de agrupar estos elementos en cinco categorías principales, permitió identificar y medir de una manera factible los cambios que han tenido a través del tiempo”. Dichas categorías son tierras urbanizadas, tierras agrícolas, selva mediana caducifolia (ecosistema único en el país), selva baja caducifolia y bosques templados de pino y encino

“En el periodo de 1979 a 1990, debido a las pocas actividades agrícolas y el no poseer una actividad forestal se mantuvo una cobertura vegetal equilibrada. Principalmente de la vegetación dispersa, ocupando las zonas de agricultura abandonadas para su trabajo. En el periodo 1990 al 2013, los principales cambios originados por la actividad humana, son la conversión de selva baja caducifolia a áreas agrícolas, de selva baja caducifolia y áreas agrícolas a zonas urbanas y la recuperación de áreas agrícolas a áreas boscosas y selva baja caducifolia. Mientras que el principal cambio originado por los factores naturales, se dio entre los años 1990-2013, como resultado de los cambios en la cobertura vegetal riparia [a la orilla de cuerpos de agua], provocado por el crecimiento de los arroyos durante el paso de diversos fenómenos hidrometeorológicos”, refiere.

“La frontera agrícola y urbana ha avanzado sobre otras coberturas naturales, incidiendo principalmente en las coberturas de selvas y bosques. El crecimiento de la frontera agrícola ha generado la mayor presión ambiental en esta región, sin embargo, la presencia de otros indicadores de transformación del paisaje, como el crecimiento de población y la construcción de infraestructura turística y urbana, determinados a partir del uso de la teledetección y la aplicación de los SIG, tiene también un impacto creciente que deberá considerarse en futuros planes de desarrollo a nivel estatal y regional, a fin de armonizar este desarrollo con las políticas vigentes de crecimiento sustentable”, agrega.

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Claves

Las fronteras en cuatro décadas

Zonas urbanas. 1979: 9,224 ha. 2013: 12,032 ha

Zonas agrícolas. 1979: 32,621 ha. 2013: 36,299 ha

Selva mediana caducifolia . 1979: 126,935.3ha. 2013: 103,379 ha

Selva baja. 1979: 77,527 ha. 2013: 86,926 ha

Bosques: 1979: 56,578 ha. 2013: 64,291 ha

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