domingo, 30 de enero de 2011

Riesgo de calidad por reducción de agua subterránea


Baja nivel freático 31 cm por año en Atemajac-Tesistán; aguas geológicas se empiezan a explotar cuando se agota el manto somero

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 25 de enero de 2011

El progresivo abatimiento de los mantos acuíferos en Atemajac-Tesistán (donde en promedio el nivel baja 31 centímetros por año) y en Toluquilla, trae riesgos inevitables de arcenicismo (contaminación por arsénico) y de otros minerales que son comunes en el agua confinada o geológica, y que significa riesgos para la salud. El fenómeno se vive de forma acusada en diversas ciudades del norte, como Torreón o Monterrey, y ocasiona procesos de potabilización más caros, reconoce el director de proyecto de aguas subterráneas del organismo de cuenca Lerma-Chapala-Santiago de la Comisión Nacional del Agua (CNA), Martín Velasco Ornelas.

“Entre más profundo la sacas existe el riesgo de que salga esa agua más mineralizada, un poco más contaminada; toda el agua es tratada pero existe siempre ese riesgo, pero además, entre más profundo te vayas a sacar el agua, más te cuesta; al industrial, al público urbano, a todos les cuesta, y agreguemos que un bombeo más abajo te va a costar la energía [...] aun así aquí no pasa como en Monterrey, que tiene pozos a 500 o 600 metros de profundidad, y que el nivel estático está entre 250 y 300 metros, pero puede pasar...”.

De hecho, Toluquilla tiene problemas de arsenicismo, y ni siquiera en pozos profundos. El agua que allí potabiliza el SIAPA es la más cara de todo el sistema.

El funcionario explica que ya existe una norma oficial para la recarga de acuíferos, lo cual se puede realizar “siempre y cuando se esté cumpliendo todos los parámetros que te piden las normas, que son la 014 y la 015, para no contaminar el acuífero”.

Las vedas vigentes buscan “el control para abastecimiento de agua y los usos domésticos para Guadalajara; una explotación racional, impidiendo el cambio de uso de suelo y los incrementos del volumen de extracción […] si como constructor haces tu fraccionamiento, compras tu derecho y haces el pozo, por lo regular entregas el pozo al SIAPA para que lo administre, o lo entregas al municipio, estos deben cuidar las características que marca el título y su correspondencia con la realidad; porque al fin y al cabo el constructor ya no va a ser el responsable, lo será el SIAPA o el ayuntamiento”.

Velasco Ornelas opina que desde que entró la primera veda, en 1951, “ha habido afectaciones”, pero no es algo drástico. Ello, resume, porque el sistema de agua potable tiene copiosas fugas que recargan el acuífero; pero también a que “ha habido buenos temporales, pero se ha logrado estabilizarlo, y aparte es un acuífero semiconfinado, no es como el de Monterrey, es un acuífero de fácil recarga”.

Esto significa que “la parte del estrato de arriba permite que pueda entrar el agua; los acuíferos confinados son los que están confinados entre dos rocas y no permiten fácilmente pasar el agua. El suelo de Atemajac ayuda, es de fácil infiltración, entonces si queremos recargar el acuífero debemos saber muy bien la calidad de agua que le metemos”.

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