viernes, 12 de febrero de 2010

Controversia por presunto recorte al santuario de tortugas




En la zona fronteriza con los terrenos del megadesarrollo conocido como “nuevo Cancún”. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas denuncia que en el ordenamiento “se comieron” doce kilómetros del Santuario; la UdeG lo niega y dice que se respetó lo marcado en las normas.

Guadalajara. Sergio Hernández / Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 8 de febrero de 2010

El nuevo ordenamiento ecológico territorial del municipio de Tomatlán, publicado en la Gaceta Municipal en diciembre del 2009, no considera como zona de conservación doce kilómetros de playa en el extremo sur del Santuario Playa de Mismaloya, el área de desove de tortuga marina más largo del país, de 69 kilómetros, decretado como tal el 29 de octubre de 1986 por el Presidente Miguel de la Madrid.

Esta omisión fue denunciada por el director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Alberto Elton Benhumea, y casualmente se da en la zona costera donde se edificará el “nuevo Cancún” jalisciense, un megaproyecto en el área de Chalacatepec que fue tempranamente bautizado por el gobernador Emilio González Márquez, proyecto en el que invierten recursos tanto el Instituto de Pensiones del Estado como la empresa privada Rasaland.

La Conanp, prepara la defensa del Santuario y solicitará oficialmente, tanto al Ayuntamiento de Tomatlán como a la Secretaría de Medio Ambiente de Jalisco (Semades), que corrijan la situación.

Elton Benhumea aceptó que desde su creación el Santuario Playa de Mismaloya tiene problemas de ubicación, ya que las coordenadas que aparecen en el Diario Oficial de la Federación caen en el mar, pero argumenta que el espíritu del decreto es la protección de la zona de desove de tortuga marina, que por razones obvias es el área de playa, que además es propiedad de la federación.

“Vamos a mandar un escrito con el plano oficial del Santuario. De hecho nosotros mandamos antes de esto una opinión al municipio de Tomatlán diciéndole que interpretar textualmente el Decreto no es válido. Geográficamente si ubicas los puntos caen en el mar y toponímicamente hay muchas discrepancias y entonces realmente se va uno al espíritu del Decreto que es proteger la playa de anidación, de tal punto a tal punto, que es lo que se ha hecho”, señaló el funcionario.

“Entonces sí se están comiendo doce kilómetros de Santuario con el nuevo ordenamiento, están recortándole a la longitud en la zona sur, lo que es punta Chalacatepec”.

El titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Ernesto Enkerlin Hoeflich, no ocultó su preocupación por el proyecto que impulsa el gobierno del estado en Costalegre.

“Nosotros estamos por enviar un comunicado al gobierno estatal para que se tome en cuenta el polígono del Santuario, no sólo como polígono sino también por las posibles afectaciones a una distancia que pudiese haber, y creo que hay que esperar, ahorita me parece que hay mucha especulación”, dijo en entrevista.

“Lo que sí te puedo decir es que en el pasado hemos tenido una buena respuesta en cuanto se han emitido condicionamientos o cuando en algún caso incluso se han prohibido cierto tipo de actividades en áreas protegidas, entonces hay que ser optimistas de que el sistema va a funcionar como ha venido funcionando recientemente”.

Agregó que hay una inercia en la percepción social de que no hay respeto alguno por las áreas protegidas.

“Desgraciadamente en algunas partes del país tal vez hace diez, doce o quince años que las áreas protegidas nadie las respetaba, y dejaron todavía una inercia de desconfianza. No conozco el proyecto al detalle, en cuanto conozca el proyecto al detalle emitiré una opinión al respecto pero como quiera la Conanp en tanto son peras o manzanas estamos preparando un comunicado para que tengan conciencia que hay un Santuario que es un patrimonio también de los jaliscienses, no sólo del país y que cualquier desarrollo sea respetuoso de estos”.

Señaló que la zona de playa donde desovan las tortugas no debe ser concesionada para fines particulares.

“Si ellos para otras partes quisieran una concesión de la zona federal que la soliciten, pero para el Santuario se quedará a favor de la conservación. En dado caso que haya un desarrollo turístico, será un activo el asegurar a perpetuidad que ahí se va a mantener ese Santuario. Hay que recordar que los desarrollos turísticos que hoy en día en el mundo están teniendo éxito son los que están garantizando que el ambiente se conserve en el largo plazo. Desarrollos que no tienen esa visión de largo plazo son como flor de un rato, tienen de repente un despegue, alguien vende terrenos y hace mucho dinero y luego se desploman y eso no es lo que queremos en México”, puntualizó.

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La Conanp no ha sido diligente en aclarar el tema: investigador

“Se respetó el ordenamiento de 1999”, responde la UdeG

Los problemas de linderos del Santuario de Mismaloya emanan del propio decreto que protegió la zona en 1986. Pero el ordenamiento ecológico recién aprobado en Tomatlán no empeoró esa situación: respetó lo que marcaba el ordenamiento regional de la costa, de 1999, justamente 69 kilómetros de protección entre Roca Negra o Peñitas, al sur, e Ipala, al norte, advierte el jefe del Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de la Universidad de Guadalajara, Francisco de Asís Silva Bátiz.

Este departamento universitario fue el que elaboró el ordenamiento municipal, en su momento aprobado por los sectores sociales y productivos, con la autorización de las secretarías federal y estatal de medio ambiente –Semarnat y Semades, respectivamente-.

“Dada la situación de incertidumbre con relación a los límites del Santuario Playa de Mismaloya, las autoridades ambientales responsables de la aprobación y autorización del Programa de Ordenamiento Ecológico Local de Tomatlán, en acuerdo con el ayuntamiento, decidieron tomar el límite sur del Santuario el punto que se indica el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de la Región Costa Alegre, que entró en vigencia en 1999, es decir Punta Roca Negra. En este sentido, la Universidad de Guadalajara, que elaboró el documento técnico del POEL, se limitó a seguir las instrucciones de las autoridades”, señala en un texto aclaratorio elaborado a solicitud de Público.

“La controversia acerca de los límites del Santuario proviene desde el decreto presidencial, en el cual se mencionan unas coordenadas geográficas que se ubican en el mar territorial, unos doce kilómetros al sur de la referencia geográfica mencionada en el decreto, es decir, Roca Negra [...] este problema también se presenta en el límite norte del Santuario, en el cual las coordenadas geográficas también se ubican en el mar territorial, y la referencia geográfica es el poblado conocido como Ipala, Cabo Corrientes”.

Estas dificultades obligaron a tomar decisiones pragmáticas desde el ordenamiento regional del decenio de los años noventa.

“En la ventana prioritaria del POET-Regional vigente desde 1999, se señala a Punta Roca Negra (Peñitas) como el límite sur del Santuario Playa de Mismaloya, y así queda indicada en la ventana prioritaria con escala 1:50,000, indicando que el uso predominante es conservación (Área Natural Protegida –ANP-). Al sur de Punta Roca Negra, el POET-Regional indica que se trata de unidades de gestión ambiental (UGA) con uso predominante turístico. Es importante mencionar que en el POEL se respeta lo que menciona el POET-Regional en cuanto a los usos de estas UGA, es decir, en los terrenos contiguos al Santuario el uso predominante es conservación, y al sur del Santuario el uso predominante es turismo”.

Así, “lo que hizo el POEL en estas UGA turísticas fue limitar el aprovechamiento a través de criterios ecológicos que no existían en el POET-Regional. Parece ser que ante la incertidumbre de las coordenadas geográficas del decreto, y considerando que el POET-Regional ha estado en uso por los habitantes locales y propietarios de terrenos contiguos a la zona federal marítimo terrestre, se optó por tomar este mismo límite para el POEL de Tomatlán”.

Es decir, el último ordenamiento no modificó la situación ni mucho menos generó riesgos mayores para el santuario tortuguero, enfatiza Silva Bátiz.

No conforme con esto, el Ayuntamiento de Tomatlán “en un gran esfuerzo por aclarar con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) los límites sur y norte del Santuario, dado que se estaba elaborando el POEL del municipio y se consideraba importante tener certeza sobre los mismos; encargó a una consultoría externa la elaboración de un estudio técnico jurídico mismo que remitió a la Conanp para su evaluación y respuesta”. Dicho análisis parte de tres aspectos: la longitud de 69 kilómetros del santuario, los paralelos de Ipala y Roca Negra y las coordenadas geográficas que marca el decreto.

“Después de haber analizado técnicamente la congruencia entre estos tres indicadores […] se procedió a realizar el levantamiento topográfico en campo, mismo que se entregó a la Conanp, arrojando como conclusión que si se toman las referencias geográficas de los sitios mencionados en el decreto, la longitud de la playa, siguiendo la línea de costa y con el levantamiento topográfico en campo, es de 69 km, tal y como lo señala el decreto presidencial. Los resultados de este estudio fue otro de los elementos considerados para la toma de las decisiones de lo límites del Santuario en el POEL de Tomatlán”.

La respuesta de la Conanp, añade el investigador, fue ambigua y no permitió concluir la incertidumbre.

No obstante, insiste que el POEL crea un marco de protección a los sitio de anidación incluso en zonas donde no está vigente en santuario (Público, 1 de febrero de 2010). Además, es sólo un primer filtro, pues la autoridad ambiental debe revisar proyectos específicos a través de las manifestaciones de impacto ambiental, lo cual crea un marco de certidumbre para sostener el santuario y su principal objetivo: salvar de la extinción a cuatro especies de tortuga marina.

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Buenos ojos

El delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), José de Jesús Álvarez Carrillo, no ve con malos ojos el proyecto turístico sobre mil 200 hectáreas en la costa de Tomatlán, y pide mesura a los comentarios que pudieran surgir sobre el mismo.

“Una cosa es la adquisición de tierras y otra cosa es el proyecto, porque si bien es cierto que adquirieron tierras donde está el polígono (de protección de la tortuga marina), también puede ser cierto que esa zona la puedan dejar para conservación, aunque sea de su propiedad. Entonces en tanto no se tenga un proyecto definido no podemos dar una opinión en contra de, y creo esa parte debemos tenerla claro”, indicó el funcionario.

“Hay un interés y hay una intención más sin embargo no es un proyecto definido y el proyecto que propongan pudiera estar considerando todos estos elementos (de la existencia del Santuario), y lo que sí, es importante señalarlos desde ahorita para que en el planteamiento que se haga lo tomen en consideración”.

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