lunes, 18 de diciembre de 2017
Pesca incidental sigue matando tortuga marina
Hay una recuperación histórica en la golfina, pero las presiones que se aminoraron en tierra no ceden en el mar, pese a la certificación de redes que hace cada año la Profepa
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Mientras la presión por la depredación directa en playa de las tortugas marinas apunta a la baja, el problema de las capturas incidentales en alta mar, debido al uso de redes de arrastre para la pesca comercial, sobre todo, de camarón, va en aumento en el litoral de Jalisco.
En una reunión sostenida a comienzos de diciembre entre diversas organizaciones de pescadores y ecologistas, y el delegado en Jalisco de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Sergio Hernández González, en Puerto Vallarta, los representantes de la asociación civil Bahía Unida, le reportaron que solamente en lo que va de esta temporada (agosto a noviembre), se registraron 170 casos de quelonios atrapados en redes de pescadores.
“Son los reportes de alta mar, entre los mismos pescadores, el problema es que la pesca no ha respetado las normas para usar implementos que eviten las capturas incidentales, es un problema que no teníamos bien detectado y que nos abre los ojos sobre la realidad que deben seguir enfrentando las tortugas cuando se mueven hacia tierra para depositar sus huevos”, explicó Hernández González.
Como se trata solo de datos de bahía de Banderas, el funcionario señala que deberían contarse con estimaciones del resto de litoral del estado. Se ha documentado que la zona con mayores arribos de tortuga, sobre todo golfina (Lepidochelys olivacea) es el playón de Mismaloya, una línea de 69 kilómetros que es el santuario de tortugas más largo del país.
En 2013, ya se reportaba ese problema: “Los barcos han perjudicado muchísimo durante muchos años; aquí en este municipio está decretada la veda permanente de la tortuga marina, pero los barcos no respetan, ni hay autoridad que diga: aquí no se pueden meter este tipo de barcos; dentro de los permisos que tienen se señala que pueden pescar entre el río Suchiate y el Colorado [de los límites con Guatemala al extremo norte del mar de Cortés], y no se marcan las zonas de veda; pero lo saben, y por eso esperan a la noche para entrar con la luz apagada, a como entre ocho a diez brazas de hondo, y eso ocasiona que las especies que se desarrollan en esos bajos se les mate por el arrastre de dicha embarcación; y eso pasa de octubre a febrero, y nadie se los impide”, señalaba el pescador Carlos Ramírez, miembro de la cooperativa local.
Señalaba barcos de Mazatlán, de Topolobampo, de Guaymas, o bien, de Manzanillo. La Cruz de Loreto tiene un destacamento de la Marina, pero sus ocupaciones y prioridades en tiempos de violencia son otras (MILENIO JALISCO, 1 de agosto de 2013).
En realidad, se trata de un viejo problema que no ha sido resuelto. “La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente realiza la certificación de dispositivos excluidores de tortugas marinas desde el año 1997; la certificación consiste en la verificación del cumplimiento de las especificaciones contenidas en la NOM-061-PESC-2006 en todas las embarcaciones camaroneras y la expedición de un certificado por embarcación que haya realizado el cumplimiento de la legislación vigente […] se verifica la correcta instalación y uso de los dispositivos excluidores de tortugas marinas (DET), aditamentos incluidos en las redes de arrastre de camarón de la flota mayor mexicana para evitar la pesca incidental”, informa en su sitio web el organismo federal.
Si es el caso, entonces debe haber una masiva presencia de embarcaciones clandestinas, porque así como en diciembre de 2017 en bahía de Banderas, como en agosto de 2013 en Mismaloya, los pescadores artesanales señalan las “redes de arrastre” de camaroneros, que hacen capturas sin discriminar, no solamente de quelonios, sino de todos los habitantes de las “cascajeras”, que es un manto pedragoso del lecho marino cercano a la playa, donde se refugian muchos individuos juveniles de especies variopintas, algunas, de alto valor comercial, como el huachinango.
LAS BUENAS NOTICIAS
El lado positivo en el tema de las tortugas es que la integración de los diferentes campamentos ha dado buenos resultados, apunta el delegado de la Semarnat.
“Nos juntamos por primera vez para hacer un grupo de trabajo, que ya no sea solamente Jalisco; queremos trabajar de manera regional, incluir a Nayarit y Sinaloa, porque por ejemplo, bahía de Banderas no reconoce los límites de los dos estados; también queremos integrar en una sola estrategia lo que son los campamentos del gobierno federal, que opera la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, con los campamentos particulares”, añade.
La gente de la red tortuguera pidió integrar a todas las dependencias federales, Semarnat como coordinadora, Profepa en inspección y vigilancia, Conanp con los campamentos y el programa de protección en específico; también hubo acuerdos importantes, vamos a enviar a las oficinas federales una propuesta para la modificación de la norma 162, que señala las características del manejo de los campamentos, porque para muchos es muy complicado seguir la norma, la mayoría están afuera de hoteles o lugares con mucha gente, entonces tratarlo de adaptar a esas circunstancias para que no deje de haber trabajo en ese sentido, que ya es muy importante”.
También se pretende habilitar los comités de vigilancia de la Profepa para que apoyen en las labores de inspección; “ellos van a tener ciertas atribuciones que a nosotros nos facilitan el trabajo, así, si no se puede tener un inspector en cada campamento, ellos apoyan fuertemente para que la Profepa haga su trabajo. Yo digo que en los últimos cinco años hay incrementos en nidos y tortuga liberada que demuestran ese punto”.
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CLAVES
4 especies, cuatro santuarios
Jalisco cuenta con cuatro playas protegidas por decretos federales emitidos en 1986, en busca de garantizar la permanencia de la arribazón de cuatro especies de tortuga marina: laúd (Dermochelys coriacea), prieta (Chelonia agassizi), carey (Eretmochelys imbricata) y golfina (Lepidochelys olivacea)
Estos cuatro santuarios federales son Mismaloya (69 kilómetros) —el mayor del país—, Teopa (seis kilómetros), Cuitzmala (5.9 kilómetros) y El Tecuán (siete kilómetros); se agrega además trabajo de protección que se realiza en las playas de Mayto, Colimilla, y toda la bahía de Banderas, para totalizar al menos nueve campamentos
En la actualidad llega en cantidades importantes la tortuga golfina, aunque los últimos arribazones notables se vivieron en los años 70 del siglo XX. La tortuga carey fue cazada por su valioso caparazón y casi no es vista hoy en la zona. La prieta tiene poblaciones escasas pero regulares; en el caso de la tortuga laúd, la mayor del planeta, parece inmersa en un proceso de desaparición más acusado que el de otros santuarios, como Mexiquillo, en Michoacán, o Morro Ayuta, en Oaxaca
Mismaloya es un santuario que colinda con un estero también protegido por la Convención Ramsar de humedales internacionales prioritarios: El Ermitaño-Agua Dulce. Las otras tres playas con decreto federal se ubican al sur, hacia el municipio de La Huerta
Las autoridades aseguran que la depredación tradicional de huevos y animales ha cedido fuertemente, pero no se ha podido resolver el tema de las capturas incidentales en altamar
Los daños de la pesca irregular
Un estudio de diversas organizaciones coordinadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), denominado La pesca ilegal e irregular en México, una barrera a la competitividad (2013), destaca los graves problemas ambientales, sociales y económicos de la actividad. Enumera:
1 Incremento en la tasa de mortalidad de las especies por el esfuerzo no-contabilizado
2 Impactos ecológicos a ecosistemas sensibles, cuando se trata de pesca en zonas restringidas, con artes de pesca prohibidas, captura de especies prohibidas o en etapas de vida vulnerables (juveniles, hembras grávidas)
3 Impactos a la calidad de la información disponible. Es sumamente difícil para las autoridades estimar el nivel óptimo de aprovechamiento cuando hay un número tan alto de capturas no-contabilizadas
4 Conflicto entre pescadores regulares e irregulares derivados principalmente de la pérdida de ingresos de los pescadores regulares por la reducción de sus capturas
5 Erosión de la cultura de la legalidad. En las comunidades donde la actividad irregular sobrepasa a la regular, se genera con el tiempo la costumbre de evadir la ley y hacerlo se vuelve parte de la cultura
6 Impacto sobre precios. La entrada de producto ilegal al mercado, disminuye los precios del producto legal
56 por ciento el volumen de pesca que no cumple con regulaciones o es abiertamente de origen ilegal. El documento se puede consultar completo en http://imco.org.mx/wp-content/uploads/2013/5/pescailegal_ppt.pdf
MC
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