viernes, 15 de diciembre de 2017

Engaño, modus operandi para establecer aguacateras ilegales



Un huerto de Persea americana es muy inferior en sus valores por servicios ambientales en comparación con el bosque natural.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Para uno de cada siete aguacateros jaliscienses, todo se vale cuando de montar una plantación aguacatera se trata. Por ejemplo, el engaño: de 3,597 huertas reportadas oficialmente en Jalisco, 458 se ubican en polígonos de planes de manejo forestal (PMF) autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a partir de 2007, es decir, están en bosque natural y no tienen permiso para cambiar uso de suelo; trece huertas más están en polígonos que reciben pago de servicios ambientales (PSA) de la Comisión Nacional Forestal; 33 huertas crecieron a expensas de incendios forestales previo, 16 están en polígonos con PMF y que se incendiaron, y siete huertas más tienen vigente PMF y PSA.

Estos datos derivan de una rápida revisión de mapas oficiales de la Semarnat y la Conafor donde se ubican los programas de manejo autorizados (2007-2014), los sitios que reciben pagos de subsidio por PSA, y los bosques incendiados. Significa que al menos una de cada siete huertas está en situación irregular, lo que entraña actos delictivos, pues el cambio de uso de suelo no autorizado es una figura contemplada en el Código Penal Federal (artículo 418).

No obstante, las superficies de cada huerta varían. 1,103 huertas son de más de cinco ha de superficie, hay 1,232 huertas entre 1.1 y 5 ha, y 1,291 huertas tienen una ha o menos. Eso significa que el tipo de predios que incurren en irregularidades no son necesariamente de pequeñas dimensiones, si bien, es más fácil "ocultar" una huerta pequeña en medio del arbolado.

Como ya se ha dicho, el crecimiento de aguacateras es de más de mil ha por año, si se considera que en 2000 solamente se reportaban alrededor de mil ha, y en la actualidad, una interpretación de fotos satelitales revela alrededor de 24,532 ha.

Para la zona de influencia de los volcanes de Colima, los datos demuestran una relación proporcional entre cambio de uso de suelo y aumento de superficie aguacatera (2002-2016). En el análisis, se reportan 3,453.7 hectáreas que eran agrícolas en 1996 y cambiaron a huerta. Pero lo interesante es 1,423.6 ha más que se incorporaron a la producción en ese macizo montañoso a partir de 2002.

De esa superficie, 1,387.7 ha, es decir, más de 96 por ciento, lo hizo con cambio de uso de suelo forestal, lo que evidencia con claridad que los bosques de la zona sí han pagado un fuerte tributo a la economía del "oro verde". La Semarnat en Jalisco otorgó solamente diez autorizaciones de cambio de uso de suelo forestal entre 2005 y 2010, por 660 ha en conjunto, para toda la región sur del estado, lo que permite concluir, al menos preliminarmente, que la mayor parte del fenómeno en los volcanes ha sido ilegal.

¿Cómo ha sido posible esta enorme pérdida? En parte, por la política de subsidios, estímulos y apoyos que otorga, a través del Sistema Producto Aguacate, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y su concurrencia con el gobierno de Jalisco, que deriva en temas como apoyos de paquetes tecnológicos, extensionismo, semillas mejoradas, asistencia en organización productiva, combate a plagas, cadenas de comercialización, y en especial, para exportar el producto.

"Hicimos un ensayo con nuestros estudiantes, cuando tratábamos de establecer una red de solidaridad para que los campesinos de San José del Carmen tuvieran alternativas a la pérdida del cultivo de caña; pudimos comprobar que no hay normas ni requisitos en materia ambiental, es decir, si tu huerta afecta a un bosque natural, no es tema que a la Sagarpa le preocupe, y eso es muy alarmante", refiere un promotor ambiental de la zona.

En toda la red de apoyos institucionales, el componente ambiental se reduce al tema de sanidad, con la búsqueda de la inocuidad del producto, lo que incluye reducir la carga en materia de pesticidas y agroquímicos, y mejorar aspectos hasta ahora poco consolidados, como el uso del agua altamente tecnificado, ante la creciente escasez en muchas zonas aguacateras, donde la actividad ha sido altamente depredadora del recurso.

No están contemplados –"internalizados"- los costos ambientales, esto es, desde lo que significa cambiar un bosque diverso biológicamente por un monocultivo, hasta la alta presión por el agua, el cambio en el patrón local de lluvias y los efectos de las huertas a los procesos de la flora y fauna silvestres.

Por ejemplo, un bosque natural requiere menos agua a un cultivo de aguacate "en todas sus etapas de desarrollo, incluso en las etapas más tempranas; los árboles pueden sobrevivir sin necesidad de riego, sobre todo si cuentan con la protección de árboles padre [...] las principales diferencias en la morfología, fisiología y metabolismo de las especies forestales y del aguacate, que inciden en la demanda de agua, son las siguientes: sistema radical (de la raíz). El aguacate tiene un sistema de raíces superficial con más del 90 por ciento de sus raíces en los primeros 70 cm de profundidad del suelo, mientras que el sistema radical de las coníferas [pinos] es de tipo pivotante con hasta 10 metros de exploración [hacia] el suelo", señala el estudio Impactos ambientales y socioeconómicos del cambio de uso del suelo forestal a huertos de aguacate en Michoacán, publicado por el Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarios (INIFAP) de la Sagarpa.

"Las hojas del aguacate son coriáceas y recubiertas con una cutícula que limita la pérdida del agua, pero poseen mayores tasas de transpiración que las coníferas, cuyas hojas aciculares le permiten sobrevivir con menores tasas de transpiración y completar sus funciones fisiológicas El dosel del aguacate tiene una mayor exposición al sol por lo que las pérdidas de agua son mayores que en las coníferas, con valores de evapotranspiración potencial de 1,100 milímetros [mm] en aguacate, contra 700 mm en las coníferas, es decir 36 por ciento menos en éstas.  El metabolismo del aguacate está diseñado para producir frutos con grasas y proteínas, con alta extracción de nutrientes y agua, con valores de 6 kilogramos de potasio y de 750 kg de agua por tonelada de fruto, mientras que los frutos de las coníferas se componen principalmente de proteína con menos de 200 kg de agua por tonelada de fruto", añade.

Así, "las diferencias en el consumo de agua de aguacate y de coníferas pueden llegar a ser de hasta 36 por ciento; en árboles adultos. El aguacate puede requerir de hasta 1,100 litros de agua por árbol por mes, mientras que las coníferas normalmente no requieren aplicación de agua, ya que son autosuficientes por su extraordinario sistema radical".

La contaminación de agua "es más frecuente en el aguacate, debido al mal manejo del cultivo principalmente con agroquímicos; en bosque este efecto es nulo. La salida de agua de la zona, también conocida como agua virtual, puede ser de 750 kg por tonelada de fruto en aguacate, mientras que en bosque esta salida es de cuando más 20 por ciento respecto de la precipitación total anual", agregan.

Otro aspecto de diferencia abismal a favor de los bosques es la captura carbono. Un huerto de manzanos captura 66 toneladas de carbono por ha; uno de limones, 92 toneladas por ha; de 37 a 55 toneladas por ha de aguacate... y 222 toneladas en el caso de Pinus douglasiana. El aguacate deja muchas divisas, pero no es una respuesta al desafío del cambio climático.


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Claves

Cambio climático, recuento de riesgos

Los aguacateros vivirán serios problemas con el cambio de clima: "Desafortunadamente el escenario sin un acompañamiento en la búsqueda de opciones, indica que las medidas de mitigación que tomen los productores de aguacate para mantener o incrementar sus rendimientos, tendrán un fuerte impacto sobre los bosques"

Deberán migrar a climas más templados o fríos. "Esto podría llevarse a cabo estableciendo nuevos huertos a mayores altitudes en climas templados y fríos que actualmente están cubiertos por bosques naturales"

Dado que el cambio climático "favorecería la actividad de plagas y microorganismos fitopatógenos, se esperaría un incremento sustancial en el uso de pesticidas, aumentando con ello la contaminación ambiental y probablemente la resistencia a los pesticidas"

Un recurso que requerirá mayores incrementos para sostener la producción de aguacate, es el agua, tanto de origen pluvial como la de los mantos freáticos. "Dada la creciente escasez de este recurso, es poco probable que las plantaciones de aguacate" puedan soportarlo

En corto plazo, "un incremento de CO en la atmósfera incidirá en incrementos de producción de aguacate debido a una mayor eficiencia del proceso fotosintético. Sin embargo, es condición para obtener este incremento, que se apliquen mayores cantidades de agua y nutrientes a los árboles"

"Existe una clara coincidencia de los requerimientos óptimos de altitud, temperatura y clima de la producción de aguacate con el potencial ecológico de las especies forestales; estos ambientes, cuyo rango altitudinal óptimo varía de 1,600 a 2,200 m, implica el reemplazo de siete especies de Pinus por una sola especie: Persea americana"

Fuente: INIFAP/ Sagarpa

SRN

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