miércoles, 13 de diciembre de 2017

Aguacate: hábitat destruido, fauna desplazada, extinciones en proceso



La destrucción de ecosistemas desplazados por el monocultivo del aguacate, ya altera la biodiversidad del Nevado de Colima, y su efecto a largo plazo es impredecible.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El macizo del Nevado de Colima es un reservorio de vida silvestre, vegetal y animal, que cada vez está en mayor riesgo debido a los cambios de uso de suelo que fomenta la economía aguacatera y en general, las transformaciones agropecuarias.

Un espacio boscoso es sinónimo de diversidad: desde los microorganismos que forman suelos, que dan paso al sotobosque (matorrales y herbáceas) y luego a la sucesión vegetal en las grandes arboledas, cada "piso" de las comunidades biológicas sustenta al siguiente, y hace posible la pirámide trófica (alimenticia) que termina en los depredadores, pero incluye fitófagos (comedores de hierba o ramoneadores), polinizadores (insectos y murciélagos), degradadores (desde insectos hasta buitres). Esa estructuración de la vida está en equilibrio y hace posible los grandes servicios ambientales: un bosque recarga agua gracias a su cobertura vegetal, captura carbono por medio de la fotosíntesis de las plantas, forma suelo en los procesos de degradación (y de paso, esa estructura vegetal retiene ese suelo y previene deslizamientos desastrosos) y da calidad climática, pues desciende las temperaturas promedio y mantiene la humedad residual.

Al ser hogar de diversidad, permite la reproducción de decenas de especies vegetales y animales que dan servicio al hombre por medio de alimentos, medicinas y ornato.

Visto de ese modo, se trata de los enclaves más importantes para que una civilización sea sostenible. Pero no son valorados. "El mayor flagelo que estamos viviendo en la sociedad es la pérdida de hábitat; perder los bosques, los manglares, los arrecifes, significa perder los sistemas en su conjunto con todas sus funciones, sus flujos energéticos, la ida y vuelta de nutrientes que hace posible la vida", sostiene la bióloga Sonia Navarro Pérez, responsable del monitoreo de fauna en la mayor montaña del occidente mexicano.



El Programa de conservación y manejo del parque nacional, publicado en 2009, establece: "Existe una lista de flora potencial, para la región que comprende el Parque, de 172 especies de plantas vasculares, repartidas en 98 géneros y 44 familias [...] de las especies de mamíferos en el Parque y su área de influencia se conocen hasta este estudio 124 especies. Las aves es uno de los grupos más diversos representado por 117 especies reportadas dentro del Parque y 237 para el complejo volcánico. Esta fauna de vertebrados, representa 16 por ciento de los reportados para Jalisco [...] recientes estudios realizados por la Universidad de Guadalajara aportan 17 especies de aves que no estaban reportadas y dos de murciélagos a los listados potenciales de fauna, lo que indica que aun falta continuar los estudios de fauna de la región".

Este entramado, todavía no suficientemente conocido, se pone en riesgo por las alteraciones propiciadas desde las zonas productivas. "Si se quema un bosque tienen que moverse los animales inmediatamente, porque se pierde o declina el acceso al agua, refugio, alimentación", y en ese sentido, la presencia o no de ciertos animales se convierte en indicadora de degradación o por el contrario, de conservación.

"En nuestro monitoreo consideramos que los bosques  como se encuentra ahora, o inclusive el arbolado muerto, sigue siendo tan importante para la fauna en todos los sentidos, los degradadores, los parásitos, los que descomponen esa materia orgánica [...] es un proceso que soporta otras cadenas, los que se alimentan de ellos o que necesitan de ellos para completar otros ciclos biológicos, y de ahí pasamos a los primeros vertebrados, que son los anfibios o reptiles, que están afrontando factores muy limitantes con el retroceso de los bosques mesófilos, porque dependen de condiciones de humedad, de cantidad de luz y de la altura de los árboles que determina un bosque conservado [...] las cortas de árboles, la apertura de la luz, la reducción de humedad, son cosas delicadas que pueden romper los equilibrios", agrega.

Los reptiles "también necesitan mucho del bosque para poder completar su ciclo biológico, porque son especies de poca movilidad, y si viene un incendio o la corta con los aguacateros, y no alcanzan a escapar, inmediatamente son diezmadas; además, los reptiles tienen muchas especies endémicas o raras, cuya evolución depende de esas coberturas vegetales integrales".

Las aves "dependen hasta del arbolado muerto, en pie; son capaces de hacer cavidades para tener sus nidos, son capaces de mantenerse porque el bosque les da el soporte de comida, por ejemplo, los pericos, prácticamente todos los psitácidos están amenazados o en peligro de extinción, y la causa principal es la pérdida de los hábitats en que viven". Muchas especies más dependen de ciertas características de troncos muertos en pie (carpinteros), o de ciertos alimentos que sólo se dan en un bosque conservador (insectos o frutos) para decenas de aves migratorias que bajan los otoños de zonas más frías.

En cuanto a los mamíferos, recuerda Navarro Pérez que la alta montaña mexicana es la más diversa en roedores y mamíferos pequeños de todo el planeta. "Si me pongo a hacer un inventario por toda la faja neovolcánica, voy a encontrar que de todos los ratoncitos, musarañas, tuzas, habitan en nuestros picos [...] la ventaja de los mamíferos es que pueden hacer migraciones altitudinales: si el refugio se termina, se pone alta la temperatura en la montaña, se pueden mover hacia abajo, o si las lluvias les ofrecen alimentos se bajan otros sitios a buscar cultivos; o al revés, suben a la parte alta para ver que hay, rascan el piso, como los armadillos, zorrillos, pecaríes [...] cuando la montaña es perturbada e invadida por los monocultivos, los animales ya no pueden ir a buscar estos alimentos; las especies de los gatos se mueven entre todos estos bosques, son huidizos, solitarios, y se desplazan por el alimento; abajo, son el blanco perfecto para la cacería, pero en general, cuando baja la abundancia de los alimentos, van a sufrir para adaptarse, y el monocultivo es agresivo para todos estos procesos, está diseñado para una sola especie y toda la estructura de biodiversidad es eliminada...".

Todo esto implica fenómenos de extinción tanto a nivel local como mundial, si se considera la alta diversidad de especies endémicas de todos estos ecosistemas. La economía de corto plazo del aguacate insiste en no verlo ni mucho menos asumirlo. Es por eso que destruir bosques es más que quitar árboles. Y eso pasa –subraya la bióloga- con las frágiles florestas de la mayor montaña del occidente mexicano.

SRN

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