viernes, 29 de diciembre de 2017

Costa de Jalisco, de reinos injustos y bandas de ladrones


La presencia constante de agrupaciones criminales condiciona la vida pública y privada en la vasta demarcación del litoral

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

"Aquí no se necesita un permiso de la Semarnat, aquí debes tomarle el parecer al jefe de plaza, se llama Agustín Hernández, y es el que decide en toda la zona de El Tuito qué palo se corta y qué palo se deja", objeta serio un indígena de Bioto cuando se le inquiere sobre una gran parota que ha sido derribada un par de días antes en el corazón de la selva; y aunque sus gruesos tablones yacen a la vera del camino, nadie la osa tocar.

No son criterios ambientales los que prevalecen en las determinaciones del señor feudal. Puede ir desde la simpatía o compasión que le despierte el pedigüeño, hasta la ojeriza que le traiga, sin dejar de pasar como tema de cobro de derechos y de intereses "superiores", que a veces pueden –por increíble que parezca- coincidir con la conservación. Lo cierto es que desde hace al menos diez años, la apertura de un mercado internacional, el de las "maderas duras", hizo que los bosques tropicales del litoral de Jalisco fueran desprovistos de granadillo, de tampiciranes, de barcinos, tres especies muy apreciadas en los mercados chino e indio, potencias emergentes del Asia oriental.

Los estudiosos de la diversificación de los grupos criminales señalan que la versión moderna y más cruenta de estos, pasa por el control territorial y de todas las actividades económicas (al estilo de La Camorra napolitana), situación que ha prevalecido en el litoral de Jalisco.

"Entre los nuevos giros delictivos que se han sumado al tradicional negocio del trasiego de drogas ilícitas están los que han incursionado los traficantes de droga con la intención de robustecer el capital rentista, y entre ellos figuran el robo de combustible, la explotación de mano de obra en minas de carbón, la tala ilegal y el tráfico de fármacos [...] De igual forma, los traficantes de droga han establecido vínculos con el sector empresarial y la esfera política en lugares que resultan de interés para el gran capital, lo que ha generado efectos diversos en la población, incluido el desplazamiento forzado de familias, colonos y comunidades", señala el investigador Jorge Alejandro Vázquez Valdez, en su tesis de doctorado Auge de la economía criminal en el México del siglo XXI bajo el expediente de la 'guerra contra las drogas' (Universidad Autónoma de Zacatecas, 2016).

La única posibilidad para los habitantes de la región costa de Jalisco ha sido la adaptación. De algún modo, el Estado mexicano es intermitente. Las endebles instituciones públicas, como las policías locales, los ayuntamientos y los partidos políticos, no resisten la presión. "Por ejemplo, la mano que llevan los criminales incluso en la conformación de planillas para integrar ayuntamientos, muchos gobiernos de la región no soportarían un análisis serio del origen de sus miembros", refiere un testigo consultado por MILENIO JALISCO.

Era un tema de preocupación del recientemente asesinado activista de izquierda Salvador Magaña Martínez. A sus cercanos les señalaba cómo la última palabra la podía tener en temas torales el Cártel Jalisco Nueva Generación, la poderosa entidad que controla la región desde la muerte de Ignacio Coronel Villarreal, el jefe en Guadalajara del cártel de Sinaloa, en 2010; los nuevos capos hicieron una presentación estelar apenas el 1 de mayo de 2015, con el derribo de una aeronave (hay versiones de que fueron dos) en un poblado de Villa Purificación, que forma parte de esta demarcación.

Su presencia es latente, de bajo perfil, porque dejan amplios espacios tiempos de paz y suelen llevar una relación de prudencia con la sociedad para desmarcarse de organizaciones de corte terrorista, como los Zetas, pero sus intereses económicos están fuertemente anclados a la zona: además del trasiego por tierra o mar de enervantes, de cultivos de amapola en las soledades de la sierra, tanto en Manantlán como en Cacoma, de los numerosos narcolaboratorios, de las extracciones de madera o de minerales ilegales (que se embarcan en el puerto de Manzanillo, como la Profepa lo ha reconocido); las investigaciones judiciales han llevado a la incautación de bienes inmuebles de la zona que demuestran su riqueza patrimonial.

El Juzgado Sexto de Distrito de Amparo en Materia Penal del Estado de Jalisco, recibió un juicio de garantías (1691/2016), en el que se reclamaban bienes asegurados durante el "Operativo Jalisco" de 2005 en la zona: dos ranchos del municipio de Casimiro Castillo, uno en Lo Arado y otro en Tecomates, con ganado de registro, animales exóticos, ocho autos de lujo, maquinaria agrícola, joyería y artesanías de alto valor (MILENIO JALISCO, 16 de noviembre de 2016).

Por otro lado, el famoso Hotelito desconocido, de Tomatlán, formaría también parte de las riquezas del grupo y fue embargado por la PGR desde 2015, con base en información del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. El CJNG se ha diversificado en negocios turísticos (dos más: uno en Vallarta y otro en Tapalpa), una mueblería, dos de bienes raíces, una tequilera, un restaurante de sushi en Puerto Vallarta, una empresa de publicidad, dos centros comerciales, una marisquería, una compañía del sector agrícola, cuatro "cuyas actividades no se encuentran especificadas" y dos clínicas dedicadas a la aplicación de tratamientos de rejuvenecimiento vaginal (sic), de acuerdo a esa institución estadounidense.

Para los habitantes de la Costa Sur, no resulta, entonces, raro, la ola de crímenes no aclarados, o impunes, contra políticos y activistas sociales, contra empresarios de medios y presidentes municipales. No es seguro, así, dedicarse a alguna actividad pública en la zona "haciendo como si no pasara nada". Al controlar territorio, el cártel intenta imponer su propia legalidad, es decir, instituirse como un nuevo Estado, señala el ex director del Cisen y colaborador de MILENIO, Guillermo Valdés Castellanos (Historia del narcotráfico en México, Aguilar, 2013).

"...en gran medida lo logran en regiones donde tienen superioridad militar, como el caso de muchos municipios donde ni autoridades ni ciudadanos pueden ser defendidos por las policías municipales o estatales –porque son muy débiles o porque trabajan para los delincuentes- ; y entonces, en esas regiones, quienes mandan e imponen las normas, e incluso los impuestos [la extorsión a las empresas es, para todo efecto práctico, un impuesto], son los líderes de las bandas criminales. Esa capacidad de imponer un orden legal y social alterno al del Estado coloca a los ciudadanos en una encrucijada: ante la indefensión en que se encuentran [el Estado que debería defenderlos está ausente o en complicidad con los criminales] sus opciones consisten en oponer resistencia o aliarse con los criminales que los extorsionan cotidianamente. La decisión, la mayoría de las veces, es colaborar para evitar males mayores. Ello establece una relación de complicidad social con los criminales y con su 'orden'...". Aparejado, la posibilidad de sacar provecho a esa relación y eliminar rivales o competidores en actividades económicas, agrega el experto. Es decir, una red tortuosa de posibles beneficiarios no siempre significa que la cabeza esté al tanto de las acciones relativamente autónomas de sus capataces.Por eso, hay que hacer ocasionales sangrías y renovación de los pequeños tiranos para mejorar la imagen y recordar quién es el que manda (el caso de la región de Llano Grande, donde se 'limpió' de asesinos al corporativo en 2014, es emblemático. Ver MILENIO JALISCO, 22, 23 y 24 de diciembre de 2015).

¿Quién mató a Salvador Magaña Martínez? ¿Quién asesinó al diputado perredista Saúl Galindo? ¿Qué hay detrás de los crímenes que segaron la vida de Javier Galván Guerrero, Gabriel Gómez Michel, del ex alcalde de Ayutla, Manuel Gómez Torres? ¿Qué tiene que ver esto con la desaparición de los dirigentes de la cooperativa de pescadores de La Cruz de Loreto, José de Jesús Romero Quintero, Jorge Ruíz López y Rafael Espinoza Díaz, en marzo de 2011, y del homicidio del líder de las cooperativas pesqueras de la Costa Sur de Jalisco, Aureliano Sánchez Ruiz, el 13 de julio de 2011?

Los caminos de Bioto son intrincados. Las parotas, los zalates, los copales o las tescalamas dominan la fronda donde el señor feudal ha decidido permitirlo, pero son derribados sin contemplación donde se llegó al precio o hay otros tipos de empatías. La autoridad "constitucional" quizás llegue a tratar de poner orden y legalidad, pero los indígenas no dudan que el que siempre está es el pirata, y es como aquél que le reprocha a Alejandro Magno que sólo gobierna porque es más fuerte y tiene ejércitos más grandes. Es la "semejanza entre las bandas de ladrones y los reinos injustos" (La ciudad de Dios, IV, San Agustín de Hipona).

SRN

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