sábado, 8 de julio de 2017

SIAPA: obras en San Rafael y El Deán mitigan inundaciones



El organismo pide trascender la polémica y entender que las obras contra inundaciones son multianuales y demandas trabajos en toda la metrópolis.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

Los trabajos que ha realizado el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) en las zonas de los parques de El Deán y San Rafael, son indispensables para alcanzar la regulación del agua pluvial, y reducir los daños patrimoniales e incluso los riesgos para vidas humanas que trae en esas zonas el temporal, advierte el titular del organismo operador, Aristeo Mejía Durán.

El funcionario recibe a MILENIO JALISCO con la idea de hablar de la justificación técnica de los proyectos, más allá de las controversias que los han condicionado.

En cuanto a El Deán, "hemos llevado a cabo la ampliación del vaso ya en este momento ya podemos estar hablando que tenemos capacidad de cerca de 350 mil metros cúbicos [m3], porque anteriormente se decía que era de 250 mil, pero estaba azolvado, entonces con el desazolve que hicimos para poder llevar el nivel de aguas [...] hicimos ese desazolve y la ampliación que tuvimos en ese lugar no está aportando 350 mil m3 ¿y qué es lo que vamos hacer? Pues en coordinación con el ayuntamiento se abrirá en el momento de lluvia y ahí las aportaciones que inciden en el vaso, tenemos la capacidad de ese volumen y una vez que ya haya pasado la tormenta y el colector de salida que también construimos que es de .52 y se entronca en el colector de la colonia Ferrocarril en la calle 13, abriremos las compuertas para volver a bajar el nivel del vaso y una vez bajando el nivel del vaso estar en condiciones de que lo tengamos disponible de nuevo para captar", justifica.

"Nosotros hemos mencionado que esto es única y exclusivamente para mitigar el problema, tenemos que continuar [los trabajos, en otras etapas] hacia la parte alta de la cuenca en donde debemos de llevar a cabo los vasos adicionales, necesarios"; en la actualidad se cuenta con alguna infraestructura, pero es insuficiente; "nada más tenemos el vaso de 5 de Mayo que es el que aporta lo que viene del canal del Sur".
No obstante, asegura que la urbanización que actualmente se lleva a cabo sobre las subcuencas que aportan al vaso del El Deán, que es parte baja de todo un territorio que se irriga desde los parteaguas de los cerros de El Cuatro y Santa María, al sur, está fuertemente condicionada. Es decir, "invitamos a los desarrolladores a que lleven a cabo las obras hidráulicas necesarias para la captación de las aguas a través de tanques de retención; también mitigar en un momento dado obras para que la velocidad disminuya de acuerdo a la pendiente que puedan tener, y hacer vasos si es necesario. Pero no es de ahora [...] aunque esto ya se venía dando desde 1970, que para todo nuevo desarrollo es obligatorio que se lleven a cabo la construcción de pozos de absorción en donde el material sea de acuerdo al estudio de mecánica de suelos, sea permeable; se les exige pozos de absorción o en su caso vasos de retención de acuerdo a la superficie, para que todo el volumen que en su momento pueda caer corresponda con la dimensión de dicho tanque; se trata de acciones obligatorias y tienen por fin no hacer crecer el problema, y que son viables técnicamente, y por eso se deben hacer...".

- ¿Entonces el problema de inundaciones no se ha acrecentado por los nuevos desarrollos inmobiliarios de la cuenca?
- Definitivamente [...] pero la zona tuvo un crecimiento urbano no regulado; había allí algunos vasos que también fueron borrados y se trata de rescatar también en lugares que sirvan de reguladores, porque a la hora que entra la urbanización las calles sirven de drenajes.

Esto es un proceso. "Lo primero que quisimos hacer fue la parte más crítica y posteriormente haremos lo necesario para concluir [ver gráfico anexo]; hay que considerar que estos recursos los está aportando el SIAPA a través de un crédito y que no tenemos acuerdo federal que en su momento vamos a ir solicitando recursos para que también aporten para lo que tenemos previsto llevar a cabo posteriormente; en ese sentido, están los estudios y proyectos que fueron realizado en su momento y también socializados, están completos y al alcance de todos y los tiene en este momento el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua porque también había que actualizarlos puesto que estos proyectos datan del 2007, hace 10 años. Hubo una posibilidad de obtener recursos a través de los municipios y el gobierno del Estado, vía federación, de 80 millones de pesos en dónde están llevando a cabo la actualización de estos proyectos y determinar que estaban de acuerdo en la forma en que íbamos a hacer esta primera etapa". Se trata de una planeación integral para toda la ciudad, enfatiza.

Un vaso ampliado, otro fallido

Mejía Durán y su equipo técnico aseguran que desde hace diez años se resolvió el problema del ingreso de aguas negras desde las instalaciones del rastro municipal, y las colonias vecinas, al lago artificial de El Deán. El vaso desazolvado, y la construcción de un nuevo vaso (que no se pudo hacer), tienen una tarea distinta: resolver las inundaciones por agua pluvial. El presupuesto se acerca a 180 millones de pesos.

"Había pequeñas descargas que detectamos entre algunas pequeñas industrias que están en la zona aledaña al rastro municipal, pero recibimos las denuncias oportunas e inmediatamente procedemos, independiente de que hacemos un monitoreo permanente de la zona; por ejemplo, en el rastro municipal se ha hecho una investigación más en detalle a raíz de esta inquietud para verificar que todas sus descargas estén conectadas al colector por avenida Gobernador Curiel, lo cual ya está subsanado, porque anteriormente descargaban por la calle 26, por donde también existe un colector pero que va separadamente de los colectores de las aguas pluviales [...] tenemos perfectamente bien localizado y definido cuáles son las aportaciones de la subcuenca hacia el vaso y lo que nosotros hicimos y estamos en vía de concluir en la calle de Litografía, es la captación de las aguas pluviales que vienen del cerro del Cuatro, lo que sobra de las mismas para captarlas, meterlas al canal y de ahí hacia el vaso".

En resumen: el vaso recibe agua de lluvia, y eventualmente, cuando hay avenidas excesivas de agua se puede mezclar agua negra con lluvia, pero es esporádico y sólo dura unas horas, porque el vaso se debe operar y mantener a niveles de manejo como sucede con cualquier represa.

"Hemos llevado a cabo la ampliación del vaso ya en este momento ya podemos estar hablando que tenemos capacidad de cerca de 350 mil m3, porque anteriormente se decía que era de 250 mil, pero estaba azolvado, entonces con el desazolve que hicimos [más de 90 mil m3 de lodos extraídos ] y la ampliación, ha mejorado mucho la posibilidad de almacenar y regular, y una vez que ya haya pasado la tormenta, por el colector de salida que también construimos y se entronca al colector de la colonia Ferrocarril en la calle 13, abriremos las compuertas para volver a bajar el nivel del vaso y estar en condiciones de que lo tengamos disponible de nuevo para captar una nueva tormenta...".

El tanque de San Rafael

El SIAPA señala que técnicamente hay alta prioridad en contar con un tanque regulador enterrado en el parque San Rafael. Porque si bien, no es una zona que se sature de agua, si es sitio de paso desde la cuenca alta hacia el arroyo de San Andrés. Hacerlo es vital para reducir incidencias en esa zona de San Andrés hasta Lomas de Oblatos, donde se han registrado desastres históricos por inundaciones.

La descripción de la obra: "un depósito ubicado dentro del parque San Rafael, para regular un volumen de 21,500 m3, alimentado por colectores pluviales de 76 a 183 cm de diámetro con longitud aproximada de 1,037 metros, provenientes de las obras de captación en la avenida Historiadores, para desfogar mediante colector de 1.22 m de diámetro con longitud aproximada de 1,130m hasta el colector existente en la avenida San Jacinto". La inversión es de 134.8 millones de pesos.

Tanto Mejía Durán como su director técnico, Alejandro Gutiérrez Moreno, enfatizan que la obra no altera el uso de suelo del parque y que significa manejar y retener caudales de lluvia para evitar que se precipiten a gran velocidad a la cuenca baja. En pocas palabras, beneficiar a los vecinos enclavados al norte, porque la cuenca es un territorio integral y el agua se debe manejar en toda su extensión.

Las inversiones globales de la primera etapa de la regulación de agua pluvial en el área metropolitana de Guadalajara se llevan 800 millones de pesos, con cargo a deuda del organismo operador. Pero culminarlas requerirá por arriba de 6 mil millones de pesos. Esto significa que con las obras de El Deán y San Rafael se verán avances, pero no la solución completa.

"Necesitamos que los ciudadanos vean que necesitamos una integralidad en las acciones, son varios años de trabajo y de proyectos pero a la larga, el beneficio será para todos". El propio SIAPA ha calculado los daños por inundación cada año en casi mil millones de pesos, son las pérdidas patrimoniales de los tapatíos.

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Claves

Agua, problemas naturales y problemas artificiales

Las cuencas donde se ubica Guadalajara presentan condiciones físicas originales complejas
1. Al sur del parteaguas del Cerro del Cuatro, el valle de Toluquilla presenta agua somera y poca inclinación de terreno que lo hace proclive a inundaciones y agua estancada

2. Al Oeste, el valle de Tesistán presenta agrietamientos naturales fruto de la composición geológica: es una antigua barranca rellenada tras erupciones del supervolcán de La Primavera

3. Al norte, la ciudad se frena en los depeñaderos del río Santiago, donde los deslizamientos son frecuentes; pasa igual al sur, en las laderas de los cerros del Cuatro, Santa María y del Tesoro

4. Las zonas bajas de los antiguos ríos San Juan de Dios, El Arenal, El Chicalote y Atemajac son propensas a inundarse

5. A estas características territoriales se debe agregar el hecho de que el patrón de lluvias es intenso: en pocas horas al año cae más de 70 por ciento del total del agua, lo que condiciona la capacidad de regulación de vasos naturales y cauces

La "construcción" de la ciudad ha sido desafortunada en el último medio siglo:

1. Se han reducido o tapado la mayoría de los cauces; el agua rueda en superficie y satura pronto las calles y avenidas en tormentas extremas

2. Se han urbanizado las cabeceras de cuencas, lo que arroja el problema de agua excedente a cuencas media y baja

3. Se han urbanizado gradualmente las altas zonas de recarga del poniente de la ciudad, minimizando la captación de agua al subsuelo

4. Se han sobreexplotado las aguas subterráneas, lo que abate el manto acuífero y abre la posibilidad de movimientos de tierra y hundimientos

5. Tierras de relleno con materiales, viejos basureros, laderas de alta pendiente... la urbanización a corto plazo en zonas inadecuadas agrava los problemas de riesgo de la ciudad

Fuente: POTmet, UdeG

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