lunes, 10 de julio de 2017

El bosque La Primavera, invadido por una distopía



La superficie de 640 hectáreas “liberada” de la conservación hace diez años, es hoy escenario de un crecimiento urbano ilegal, caótico y ajeno a los derechos humanos más básicos

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

El lindero oriente del bosque La Primavera se ha convertido en la mayor pesadilla para su conservación: el incumplimiento del compromiso de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) para recuperar el espacio de frontera de alrededor de 640 hectáreas que le cercenó al polígono del área natural protegida el ejido Santa Ana Tepetitlán, mediante un exitoso juicio de amparo hace diez años, hoy significa la lenta pero incontenible invasión de la umbría por asentamientos humanos irregulares, con su impronta ineludible de caos urbano, basura, escombro, contaminación, tala de árboles, compactación de barrancas, incendios y alteración de ecosistemas.

“Yo estoy arreglando aquí mi terrenito, mi papá compró hace cuatro años”, señala un desconfiado muchacho que al ver a los extraños, llega raudo, en su bicicleta de montaña, como no queriendo la cosa, a defender el lindero de la barranca saturada de basura, de piedras, de trozos de concreto, de ladrillos y pedazos de cemento de casas derruidas en algún sitio de la metrópolis, pues desde todos lados suben y bajan camiones materialistas que por unos pesos se deshacen de sus cargas. La “tecnología” de compactación suele ser manual. De hecho, el chamaco moreno de mirada torva alcanza a confesar que pone arena en costales y los va apilando en el borde, para ganar espacio hacia el desfiladero. El terreno “ganado” a la barranca un día no lejano podría ser para implantar su casa-así lo espera-, y dar cobijo a una familia propia que en su mocedad aún no tiene, pero si se considera la tasa de embarazos adolescentes en esta comarca que como dicen las abuelas, está “dejada de la mano de Dios”, no es en realidad algo que pueda ser tan remoto.

Esto es el extremo de El Tizate, en la zona sur de Zapopan. Hacia el poniente se ven los encinares que bajan de la sierra, algunas lonas de plástico, casuchas de madera, y ya a la altura del balcón por donde los visitantes aprecian el espectáculo de la miseria y la anarquía, comienzan casas con materiales más duraderos, entre calles estrechas, totalmente improvisadas, llenas de los desniveles propios del terreno montoso, pozos o piedras que interrumpen el tránsito. Algún vecino ha decidido expandir su propiedad a costa de la calle, y las maniobras son así más difíciles. Por si faltara aportar al desastre, muchos de los volteos dejan sus “materiales” sobre el camino, quizás porque algún lugareño se los pide.

Y como cada barranca es un camino distinto y un tiradero aparte, parece imposible controlar la “espontaneidad” de este proceso: todos los camino de El Tizate, de Lomas del Tizate, de Lomas de La Primavera, de La Floresta del Colli, de El Rehilete, de Carlos Rivera Aceves, de Arenales Tapatíos y de Paseos del Colli, dan para elaborar el recuento de ilegalidades a que tienen que recurrir aún miles de personas que siguen “sin calificar” en los mercados formales de trabajo y vivienda, más allá del triunfalismo inmobiliario y laboral oficial (que también acarrea numerosos problemas y defectos, pero es otra historia).

No es claro que se hayan agotado en esos nombres de “colonias” un fenómeno amorfo y sin aparente centro vertebrador; una ocupación territorial en la que aparentemente no hay actos de autoridad más que ocasionales, como la clausura de uno de los tiraderos clandestinos, el pasado jueves 6 de julio, por la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), a solicitud del ayuntamiento de Zapopan (ver recuadro).

Pero el paisaje urbano disipa dudas: grandes depósitos de agua entre algunas calles sirven de surtidores para los colonos, y recurrentemente ascienden pipas (incluso municipales) a abastecerlos. En la mirada hacia el cielo de una mañana nublada, irrumpe la maraña de cables que tejen una amplia red no del todo arbitraria, pues descuelga desde la postería de concreto de las obras formales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y recorre los metros necesarios, colgada de postes de madera o de alambres, para llevar el fiat, el milagro de la luz pirata, a los hogares de esta humanidad doliente. En las orillas, se acumulan algunos desechos que causan más problemas –alimentos y sanitarios-, y se les prende fuego, pues jamás ascienden los “carretones” de la basura por ellos. ¿La salud de los niños? ¿La escuela? Hay que bajar a la zona “pavimentada” por el progreso, Arenales Tapatíos, Miramar o Balcones del Sol, que vienen de un pasado similar. ¿Policía? Ocasional. De repente se ven patrullas de la fiscalía. “A veces los narcos vienen a tirar cuerpos en las barrancas más cercanas, porque hasta a los malosos les da flojera subir hasta estas orillas”.

Lo que sí se ve, hasta en los puntos más desafiantes de acceso, es el infaltable camión de la Coca Cola, la irónica punta de lanza de la promesa de progreso a que se aferran los moradores de esta distopía. Algún día les tocará, a ver si al bosque no se lo lleva el carajo antes. Para 2018, por ejemplo, con procesos electorales municipales, estatales y federales, las ofertas de redención, dice un meteorólogo local, lloverán.




{Para ver más grande aquí}

CLAUSURAN UN TIRADERO CLANDESTINO

La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente clausuró el pasado jueves 6 de julio uno de los tiraderos clandestinos de escombro que atiborran las barrancas contiguas al bosque La Primavera, en Santa Ana Tepetitlán.“La visita de inspección fue realizada en atención a una denuncia hecha por el Ayuntamiento de este municipio, en ella se encontró que se depositan escombros de forma clandestina, por lo que se procedió como medida inmediata la clausura total temporal. Los impactos en el suelo, flora y fauna relacionados con la generación y disposición final de residuos de construcción y demolición son la pérdida de hábitat de fauna y vegetación generado por la extracción de materiales nuevos y la ocupación descontrolada de suelos utilizados como tiraderos”, señaló el organismo.

Este tipo de actividades “pueden ocasionar un riesgo inminente de desequilibrio ecológico y daños a la salud de la población, dado que la falta de manejo de los residuos de construcción y demolición, provoca que su disposición final sea inadecuada y que con esto se ocasione impactos negativos directos al medio ambiente, dañando factores abióticos y bióticos, e incluso teniendo impactos negativos en el medio urbano”.

Además, “pueden generar modificaciones en los cauces de escorrentías fluviales y pluviales por los arrastres de los sólidos finos presentes en el escombro, con repercusiones negativas en los balances hídricos de la microcuenca que se vea intervenida”. Justo lo que sucede en el área
Proepa invita a denunciar al teléfono 30 30 82 60 y 11 99 75 50 a la extensión 56242 o 56212; por correo electrónico en denuncias.semadet@jalisco.gob.mx; o directamente en http://semadet.jalisco.gob.mx/acerca/proepa/denuncia-popular.



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CLAVES

Tres preguntas

¿Por qué se invade el bosque en la zona de Santa Ana Tepetitlán?

Por ser zona de frontera con la ciudad, porque jamás se definió un área “tampón” o de amortiguamiento para preservar el bosque, porque el ejido se amparó contra el decreto presidencial de 1980 para que su espacio de bosque quedará al margen del área natural protegida, y tuvo éxito, y porque la autoridad federal (Semarnat, Profepa) ha sido incapaz de impedir los cambios de uso de suelo irregulares en zona forestal

¿Por qué la Conanp es responsable?

Porque es la instancia depositaria directa del decreto federal de protección de La Primavera, y aunque lo haya cedido en administración al gobierno del estado, sigue siendo un área federal. Y se comprometió a negociar el amparo 413/2001-3, fallado el 19 de abril de 2007 contra el decreto de protección, y confirmado en la revisión principal 465/2007, en junio de 2008. No hubo tal y el caos domina en la zona

¿Por qué Zapopan es responsable?

Porque los municipios, de acuerdo al artículo 115 constitucional, son responsables del desarrollo urbano en todas sus modalidades, además de que deben proveer de todos los servicios a los habitantes de los centros urbanos.

MC




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