Reciclar no es prioridad de programa de TV digital

Para afrontar daño por cambio de TV analógica, sólo 8 centavos de cada 100 pesos del programa de TV Digital.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El tema ambiental no tiene prioridad en el Programa para la Transición a La Televisión Digital Terrestre, y la asignación presupuestal para minimizar el daño potencial que generarían hasta 34 millones de aparatos analógicos desechados con 67 mil toneladas de tóxicos, es apenas ocho centavos de cada 100 pesos de la inversión total del programa.

De acuerdo a la petición de un expediente de hecho que diversos colectivos ambientales de México presentaron, contra la inadecuada política del gobierno mexicano en el tema, ante la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, el pasado 4 de diciembre, la disparidad presupuestal para resolver el impacto ambiental demuestra que es de escaso interés para la autoridad.

“Según el segundo informe trimestral 2015 sobre el ejercicio de los recursos asignados al Programa para la Transición a La Televisión Digital Terrestre, el total de los recursos asignados al programa es de 17,047 millones 148,006.73 pesos, de los cuales,  para la adquisición de televisores, y contratación de servicios para la entrega y distribución de estos bienes a los beneficiarios, así como servicios asociados,  al finalizar el segundo trimestre del 2015 se había erogado la cantidad de 16,057 millones 666,941.97 pesos, equivalente a 94.2 por ciento del total.  Hasta esa fecha no se había erogado recurso alguno para el acopio, transporte, reciclaje y/o confinamiento de los televisores analógicos ni para una campaña de comunicación ambiental a la población. En las licitaciones LA-009000987-T77-2015 y LA-009000987-T79-2015 para la gestión de las televisiones analógicas se dispone de un recurso máximo de 14 millones 500 mil pesos  para todo el país, mismo recurso  que sale de una bolsa no asignada”, explica el dossier de la petición del que posee copia MILENIO JALISCO.

Por si fuera poco, esos recursos escasos “no se han distribuido entre los diferentes órdenes de gobierno por lo que solo puede atender  un porcentaje mínimo de los residuos que se generarán y pone en graves aprietos de manejo a los estados y municipios”. Más grave es que ese programa de acopio termina el 31 de diciembre, es decir, en tres semanas.

“Los componentes de los televisores analógicos, en más de 90 por ciento de su  peso,  se consideran residuos peligrosos por su contenido de óxido de plomo y retardantes de flama bromados. Su tratamiento y/o confinamiento seguro requieren de infraestructura y manejo altamente especializados y onerosos, además de  legislación adecuada, mismos con los que no se cuenta en el país”, de manera que incluso si fuera posible su recolección “no garantiza un adecuado manejo, vulnerando el derecho a un medio ambiente sano”.

Es claro que esa recolección ni siquiera será posible. En promedio, cada año sólo se recolecta y recicla uno de cada diez aparatos electrónicos desechados. Y con los recursos especiales asignados, sólo será posible hacerlo con dos de cada mil aparatos que se desechen tras la transición digital, que culmina el 31 de diciembre de este año.

Además “no se ha puesto en marcha un programa de comunicación ambiental  extendido y  suficiente  que advierta a la población mexicana acerca de los riesgos a la salud y al medio ambiente derivados de un manejo inadecuado de los residuos de las televisiones analógicas, lo que vulnera el derecho a la información de la población […] la población más vulnerable - que es la que solo cuenta con televisiones analógicas de señal abierta-  podría tener dificultades para transportar los televisores hasta un centro de acopio y  preferirá que el chatarrero pase a la puerta de su casa por ellas además de recibir un pago a cambio.  Y esto se agrava al no estar informada acerca  de los daños  a la salud que pueden sufrir”.

EL DATO

La logística de entrega de los televisores digitales a los beneficiarios de los programas de Sedesol “se llevó a cabo de manera desfasada a la logística de la recolección de los televisores analógicos lo que causa un doble gasto al erario además de perder la oportunidad de poder haber recuperado un número importante de televisiones analógicas como requisito de entrega del nuevo equipo.”