lunes, 14 de diciembre de 2015

Televisores analógicos, a baldíos y calles de la ciudad



Tanto en Querétaro como en Guadalajara, ya empiezan a desecharse televisiones en las calles.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

Los aparatos analógicos, cuya vigencia como tecnología para transmisión de señal de televisión está a escasos días de terminar en todo el país, ya son arrojados en vertederos clandestinos del área metropolitana de Guadalajara, de los alrededores de la ciudad de Querétaro, y de otros núcleos de población del país, de acuerdo a denuncias documentadas de agrupaciones ecologistas y evidencias directas encontradas por MILENIO JALISCO.

Esto lleva a un alto riesgo de que se presenten emisiones de óxido de plomo y plásticos con sustancias retardantes de flama, lo que generará riesgos de salud pública, pues se trata de sustancias peligrosas.

En el caso particular de Guadalajara, en los últimos días se han detectado televisores arrojados en lotes baldíos o la vía pública en la zona de Ciudad Granja, a un costado del periférico poniente; en la colonia San Andrés, al oriente de la urbe; en la colonia Moderna, al sur del centro de la ciudad, y en un cruce tan transitado como el de las avenidas México y Américas. Además, en algunos tianguis como el del mercado Bola de la colonia Constitución de Zapopan se da la venta de los últimos aparatos sin advertir de que se trata de una tecnología obsoleta, si bien, se requiere simplemente de un decodificador de señal para que puedan funcionar con transmisión digital; todo esto documentado mediante fotografías en el sitio.

En la capital de Querétaro, está en esa situación un lote baldío ubicado en la calle de Juan Aldama de la colonia Morelos, entre las calles Loma Bonita y Satélite –en teoría un sitio destinado para área verde- que actualmente es un cementerio de residuos eléctricos y electrónicos, así como los residuos dispersos sobre avenida de La Luz en la colonia Satélite.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, está autorizando la instalación de centros de infraestructura para el manejo y recolección de residuos electrónicos peligrosos, pero no hay una campaña eficaz “para dar a conocer a la población los efectos adversos a la salud en caso de una exposición directa o indirecta por el plomo contenido en los televisores analógicos. La falta de información efectiva, hace pensar a la población que dichos residuos pueden ser reciclados, sin embargo no es así, la una forma de manejo seguro al ambiente y libre de riesgos a la salud es confinar en sitios adecuados que cumplan con las normas oficiales mexicanas, los televisores analógicos”, advierten  los colectivos ambientalistas.



No existe tecnología para reciclar la mayoría de las partes de los aparatos. El universo es de más de 34 millones de aparatos, pero la autoridade ambiental calculó que se desecharían arriba de 15 millones. Para ello, ha implementado como estrategia el almacenamiento de forma indefinida, sin embargo el Reglamento de la ley en materia de residuos peligrosos “establece un tiempo de 90 días para todo aquel sujeto que almacene dichos residuos, de lo contrario, en el supuesto que excediera ese tiempo, podrá pedir una prórroga de manera justificada por otro plazo igual; y en el supuesto que no lo hiciera o se cumpliera este plazo adicional deberá de irse de forma obligatoria a confinarse el residuos, es decir disponerlo en un relleno sanitario para residuos peligrosos”.

Pocas zonas del país cubren ese requisito. Por ejemplo, Querétaro y Jalisco no los tienen. Qué es lo que se debe hacer es información que se ignora. “Esta falta de información está generando además, que se desensamblen de forma clandestina de los componentes de las televisiones analógicas, dejando al aire libre las carcasas de los televisores, generando la lixiviación del plomo en el ambiente”.

Las autoridades municipales y estatales no tienen recursos para atender el problema, debido a que se trata de un programa federal. Es hace dudar a los denunciantes, que se preguntan cómo se almacenarán dichos residuos, y cómo los gobiernos locales van a absorber el gasto sobre el confinamiento

y la custodia de los residuos para evitar el abandono o el clandestinaje de los componentes peligrosos.

Ante la falta de claridad en el tema, los expertos piden a los ciudadanos que no desechen los aparatos analógicos, dado el alto riesgo de sus componentes desechados; la propuesta es que se compre el convertidor de señal, lo que ahorra el costo de un nuevo aparato y resuelve de forma asociada el grave problema de salud pública que se cierne sobre los millones de mexicanos que pueden quedar expuestos a estas emisiones peligrosas.


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