miércoles, 13 de septiembre de 2017

Vivir en el Cerro del Cuatro: 1.5 m2 de área verde por persona



El área es la peor dotada de parques e infraestructura verde de toda el área metropolitana.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

Los más de 100 mil habitantes de la zona del Cerro del Cuatro, entre los municipios de Tlaquepaque y Guadalajara, tienen algunos de los peores índices de calidad de vida de la metrópolis. Destaca el tema de las áreas verdes: apenas alcanzarían un promedio de 1.5 metros cuadrados por habitantes, cuando el promedio metropolitano ronda 3 m2, a su vez, la mitad del nivel bajo 6 m2, y apenas un tercio del nivel óptimo, 9 m2, de acuerdo a los parámetros que manejó en 2012 el hoy Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco, que tiene un sistema de consulta de áreas verdes.

La recomendación 17/2015 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), de abril pasado, establece: "dada la importancia de las áreas verdes para la calidad de vida de la población urbana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un estándar de nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante como mínimo. Otros organismos destacan la importancia de que éstas se encuentren a una distancia no mayor a quince minutos a pie de los hogares —a efecto de que las personas reciban los beneficios que las áreas verdes proporcionan—, y recomiendan que la población participe de manera activa en los planes de asignación y diseño de sus áreas verdes".

Pero "la realidad de la zona de Miravalle es que cada habitante accede a tan solo 1.54 m2". Como evidencia está el Plan Parcial de Desarrollo Urbano del subdistrito urbano 10 Miravalle, de Guadalajara, "del que se puede advertir en el capítulo V, denominado Medio Físico Transformado, en el inciso B, con el rubro 'regímenes de tenencia del suelo', que el subdistrito está compuesto de colonias que en su mayoría son de orígenes de asentamientos que se urbanizaron de manera irregular, estas colonias ocuparon parcelas del Ejido Polanco en los años ochentas y noventas. Posteriormente fueron regularizando su estatus jurídico a través de diferentes instrumentos y programas gubernamentales, de manera que hoy día se estima que la mayoría de estas propiedades de particulares que estaban en esa condición de irregularidad ya tienen pleno dominio legal de sus bienes".

El efecto de la nula planeación está plasmado en la estadística del gráfico anexo: "en dicha zona se privilegió el crecimiento habitacional con 60.3 por ciento; después los servicios con 17.57 por ciento; los equipamientos con 6.33 por ciento; los predios que no reflejaron alguna actividad, con 5.49 por ciento; los comercios, con 5.95 por ciento; los espacios verdes, con 1.2 por ciento; las instalaciones especiales, con 1.21 por ciento; los predios baldíos, con 0.92 por ciento; y las actividades industriales, con 0.38 por ciento".

Así, sale a la luz "la evidente falta de cobertura vegetal en dicha zona, así como el desproporcionado privilegio habitacional, circunstancias que en nada benefician la de por sí grave situación que ahí se vive en materia de contaminación", que como se ha señalado, es especial en la demarcación dominada por esta montaña de origen volcánico, donde los gases contaminados de la metrópolis son arrastrados por los vientos dominantes y se "estacionan" en el área, lo que arroja un contacto cotidiano de su población con aire tóxico.

"El problema de la contaminación atmosférica no es desconocido tampoco para el Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque, pues en su Plan Parcial de Desarrollo Urbano etiqueta a la zona de Miravalle como la más afectada por este tema", agrega.

¿Qué han hecho las respectivas administraciones de Tlaquepaque y Guadalajara para hacer frente al asunto? No sólo casi nada, sino que por el contrario, han agravado el problema desde 2007, en que se emitió el decreto estatal para el manejo especial de la cuenca de Miravalle: desde entonces, no se ha creado un solo parque público de gran tamaño en la zona, sino que se han autorizado fraccionamientos que una vez densificados, podrían doblar la población local (MILENIO JALISCO, 15 de agosto de 2017).


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