Jon C. Lovett, británico de origen, trabaja con el tapatío Arturo Balderas un diagnóstico y una propuesta para que se reconozca la relevancia del bosque protegido con transferencias de dinero que garanticen su preservación
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO
Guadalajara podrá ser una ciudad exitosa si reconoce la relevancia de conservar como fuente de vida el bosque La Primavera, cuyos servicios ambientales se traducen en bienestar para sus habitantes y en oportunidades económicas para inversionistas, advierte Jon C. Lovett, experto en desarrollo sostenible de la Universidad de Twente, Holanda, y tutor del proyecto de mercado de servicios ambientales para el bosque protegido.
“Tiene que haber una forma integral, amigable, no sólo desde la parte biológica o ambiental, sino que se tiene que reflejar en la calidad de vida de los ciudadanos, en este caso que sean felices, puedan trabajar, puedan tener desarrollo, tener todo esto de manera integral”, señala en entrevista que concedió a MILENIO JALISCO.
- Muchos pesimistas dicen que una ciudad de cinco millones de habitantes no puede ser recuperada en términos ambientales.
- No estoy de acuerdo con estos escépticos, porque una ciudad de este tamaño puede ser ambientalmente amigable, pero depende de la voluntad política y la voluntad social; por ejemplo, si no hubiera estos arreglos de cultura social que hay en el Centro, ya hubiera venido un desarrollador a cambiar el Centro Histórico, a quitar la catedral para poner una fábrica, y a lo mejor los críticos no se refieren a que no sea posible hacerlo en Guadalajara, sino a cambiar la mente de los políticos y de la sociedad, y hay una tarea, pero es técnicamente posible.
- ¿Una ciudad puede ser un modelo ambientalmente menos costoso?
- Estoy de acuerdo, puede ser un lugar muy eficiente para crear la vida social y las ciudades se pueden diseñar para ser más eficientes.
Jon C. Lovett y Arturo Balderas, investigador del Iteso y doctorante de Twente, están por terminar su trabajo de diagnóstico y propuesta para establecer un mercado de servicios ambientales que tenga como eje La Primavera. Dependerá de que haya autoridades y organizaciones civiles con el compromiso suficiente para llevarlo a la realidad, subrayan.
Metabolismo Urbano
El Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Desarrollo Rural del Reino Unido apoya el proyecto Diseño de un Mercado de Servicios Ambientales para la Mitigación del Cambio Climático en el Bosque La Primavera desde hace casi tres años, por medio de la Iniciativa Darwin. Lovett enfatiza la importancia de analizar el metabolismo urbano para demostrar la relación codependiente entre Guadalajara y La Primavera.
- Si hablamos de metabolismo, ¿partimos de un diagnóstico verdadero, o sea, del modo en que en la actualidad la ciudad depreda al bosque?
- Es que hay que conocer cómo los usuarios [la ciudad] valoran y aprecian estos servicios ambientales, cuáles son los costos de producción y la valoración asociada a los productores, para poder establecer este intercambio.
- O sea, ¿primero se debe demostrar que existe este intercambio de bienes?
- Sí, si ves el caso del bosque La Primavera, es muy claro que existe este flujo de servicios, de lo que es la reserva a la ciudad, y si quieres utilizar mecanismos de mercado, debes tener un esquema para cuantificar estos servicios, en cómo lo vas a implementar, y si los productores serán compensados; es como cuando vas a una tienda y no es que pagues una cuota de entrada, sino que entras y en la proporción en que compres, es lo que pagas. Normalmente los productores que son dueños de estos servicios ambientales no reciben una compensación, la ciudad se disfruta sin ningún costo, sin reconocer el valor de estos servicios, de gorra, como dicen en México.
- ¿Cómo convencer a los ciudadanos de que hay que pagar por estos servicios?
- Como en todo, es una cuestión de educación, debes crear la conciencia en las personas.
- ¿Usted señala que sean transferencias directas de los beneficiados a los productores?
- En este caso sí se necesita un cierto nivel de intermediarios, como son las instituciones; si fuera el caso más simple, que el bosque tuviera un solo dueño, a lo mejor sí pudiera ser directo y negociar directamente con él, y tal vez meter como contraparte una gran empresa que genera gases de efecto invernadero, como sería la CFE; es más fácil que entre dos actores se pongan de acuerdo; pero la propiedad del bosque es compleja y la función de los intermediarios en este caso no es especular, sino coordinar lo que pasa. Si tienes muchos ejidatarios, vas a tener a muchos actores generando los servicios ambientales, y si tus usuarios son la ciudad, puedes tener potencialmente muchos compradores; tienes a todos que coordinarlos y ponerlos en un sistema específico, que sería el marco institucional.
Un mercado que no existe
En México, desde hace 10 años comenzó a ensayarse el establecimiento de un mercado de servicios ambientales, pero ¿es sólo dinero público que se da a los productores de los servicios ambientales?
- Es un programa reconocido internacionalmente porque ha demostrado el compromiso del gobierno para conservar los bosques, pero se debe tener cuidado en hacer esa diferenciación, porque no se ha convertido en un mercado de servicios ambientales, sino en un pago del gobierno, tipo subsidio, pero que en sí es una buena base.
- ¿Cómo puede un mercado regular conflictos? Un pago por servicios ambientales no se compara a lo que vale un pedazo de bosque para un fraccionamiento.
- Es que es muy importante que tengas reglas y regulaciones en un mercado; por ejemplo, en el mercado de seguros de vida le puedes poner estadísticamente un precio a la vida humana, pero eso no significa que si alguien llega y paga eso puede matar a alguien. Debes tener muy bien el sistema de planeación y desarrollo para evitar ese sobredesarrollo en algunas zonas, que lo único que hace es beneficiar a muy pocos y perder ahí muchos beneficios reales.
- Cierto ecologismo dice que los programas de servicios ambientales son sólo una forma de tener guardabosques baratos, para que las grandes industrias tengan agua, aire, servicios ambientales baratos.
- Pero en este caso, el sistema actual es más injusto, porque aunque hay un uso y una generación de servicios, no se está pagando nada, y ahí se tiene que ver bien el marco legal que aplique en cada caso para que además de los pagos haya opciones de manejo bien reguladas. Lo más justo sería que recibieran una compensación por los servicios que ahí se producen.
- ¿Cómo se puede cuantificar lo que valen los servicios ambientales?
- No se tiene que perder de vista que es un sistema para lograr un objetivo; primero tienes que fijar un objetivo, puede ser reducir las emisiones o aumentar el área conservada, y partiendo de ahí ver qué herramienta es la mejor. La forma de hacerlo desde la demanda puede ser tratando de calcular el costo de sustituir ese bien ambiental: si dejas de traer agua de Chapala porque se acabó la cuenca, tienes que evaluar cuánto te costará traer agua de otro lugar, con base en ese costo puedes fijar un precio alternativo por la conservación del bien. Pero en el caso de cambio climático no puedes conocer toda esa cuestión del daño, saber el costo real por persona o por ciudad, entonces hay otros mecanismos para generar esa demanda que se puede basar en incentivos fiscales o de responsabilidad ambiental.
No es que el mercado resuelva todo, advierte. Debe darse un mecanismo regulado, pero hay valores que son intangibles o que no se pueden dejar al mejor postor.
“Las ciudades y el gobierno deben de partir de una política clara: vamos a conservar esta zona y vamos a ver cuánto nos cuesta conservarla, porque no podemos mezclar los valores de mercado con los valores intrínsecos; no vamos a poner el destino de un bosque en función del mercado, que a lo mejor los precios del carbono están bajos y entonces pareciera que no es rentable conservar; debemos entender qué implica que La Primavera se mantenga y que ese es un valor superior a cualquier cosa que dicta un mercado que siempre cambia”.
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