Guadalajara. Agustín del Castillo.MILENIO-JALISCO. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS
Las sequías, granizadas y lluvias extremas de esta temporada en México son señales de alerta sobre lo que se avecina para el país: el cambio climático aparejado a la sobreexplotación de los recursos naturales puede generar escenarios de colapso en vastas regiones que hoy prosperan bajo esquemas de agricultura o ganadería tradicionales.
Ante estas contingencias, por ahora la respuesta dominante es un gobierno que extiende el gasto para rescatar cosechas y animales, “pero el presupuesto no se puede alargar indefinidamente”, observa el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Javier Mayorga Castañeda.
“Necesitamos cambios de actitud, tanto en las autoridades de los tres niveles de gobierno como en los productores y sus organizaciones. creo que nos estamos enfrentando ya a las limitaciones de este modelo de desarrollo; por un lado, no hay recursos suficientes para indemnizar a todos lo productores que sufren este tipo de contingencia y, por otro lado, muchas veces esa conducta de siniestros revela otra problemática más profunda: a lo mejor hay que cambiar de actividad o hay que hacerla de otra manera, y ahí es donde se necesita de esa disposición para cambiar”, subraya el funcionario, en entrevista con MILENIO JALISCO.
De visita por esta ciudad, el también titular de la cartera durante el último año de Vicente Fox Quesada y próspero agroempresario señala que en el estado de Zacatecas se ha instalado el primer laboratorio de un proceso de adaptación y mitigación frente al cambio climático que deberá realizarse en el resto del país. “Yo creo que como gobierno debemos promover el cambio; este 2011 es en Zacatecas y queremos invitar a otras entidades como Durango y Chihuahua para que se sumen a este nuevo enfoque, y así gradualmente”, pone en relieve.
Sequía extraordinaria
Este año, “la sequía ha golpeado fuertemente a los estados del centro-norte del país (fundamentalmente Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas) y fuera de nuestras fronteras, el sur de Texas (que también está tremendamente golpeado), Oklahoma y Colorado, entre otros. La Comisión Nacional del Agua lo ha denominado como sequía extraordinaria y eso nos lleva a que tenemos que replantear la producción agrícola en algunas zonas que hace muchos años fueron ganaderas y que por algunos programas de gobierno fueron colonizadas, se dotó a los campesinos de maquinaria y se fueron abriendo al cultivo, principalmente de frijol, con rendimientos muy bajos, con una siniestralidad muy alta, y a la hora de la hora lo que hay que hacer es regresar a esa tierra a su vocación original…”.
¿Qué hacer con la gente? “De alguna manera se arraigaron ahí, hay que buscar reconvertirse a otras actividades, más de acuerdo a las condiciones semidesérticas, y no tratar de forzar con base de subsidios y de recursos públicos una actividad que no es viable; en el caso de la ganadería también, que estás llevándole forraje o agua subsidiada cuando ya se agotó el pasto, eso sólo es agravar los problemas de sobrepastoreo e incurrir en costos a la larga insostenibles…”.
- Recuperar el equilibrio perdido.
- Tiene que haber una cultura de equilibrio entre la capacidad de los agostaderos y la carga normal de animales. Cuando la capacidad del agostadero va a la baja, hay que sacar animales, hay que venderlos, mandarlos a las engordas, o hacer alguna alianza con algunos otros eslabones de la cadena de la carne, para que lo que es un problema para uno se pueda convertir en una oportunidad para otro y que de alguna manera los beneficios se compartan.
- Se deben habituar a vivir entre sequías.
- Bueno, el viejo esquema ya no se puede sostener, por cuestiones climáticas, necesitamos tener una cultura de previsión, si ya sabemos que de cada diez años, cinco o seis y hasta siete tienen la probabilidad de sequías muy grande, entonces debemos tener depósitos o inventarios de forrajes ahí en las regiones para no andarlos movilizando a última hora con costos muy altos. Las organizaciones ganaderas tienen que crear esa cultura y tener sus bancos, que muchas veces esos forrajes son producidos localmente, nomás que en otra temporada del año: todos los esquilmos, los rastrojos, las cáscaras que se generan en alguna época, dejarlas ahí y no quemarlas, porque son fuente de valor para algunos y resuelven problemas de escasez para el ganado.
- Y eso es cosa de organización de productores, no de pedirle al gobierno que resuelva el problema…
- Por eso digo que tenemos que hacer un cambio de mentalidad, en vez de ir con el gobierno y decir indemnízame, ayúdame, págame, entrar a esquemas de aseguramiento, pero no sólo de parte de las autoridades, hemos propuesto que si además de los seguros catastróficos que contratan el gobierno federal y los gobiernos estatales, los productores, cediendo una pequeña parte de su Procampo o una pequeña parte de su Progan [subsidios a la producción agrícola y ganadera], le completen al seguro que el gobierno contrata, con muy poco dinero, y mejorar la cobertura asegurada.
La nueva economía
- ¿Se trata de construir una nueva economía en torno al cambio climático?
- Así es, de darle vuelta el problema, y lo ha dicho mucho el señor presidente, el crecimiento verde, y que el propio cambio climático también abre espacios para otros enfoques, para otras oportunidades, que nos llevan también a un crecimiento económico, no sólo estar defendiendo lo que hay, sino promoviendo estas nuevas cosas.
- Pero la inercia o el tradicionalismo es muy fuerte. ¿No cuesta mucho en el campo mentalizarse de este modo?
- Sí, pero también las circunstancias nos obligan a cambiar; mientras hubo recursos amplios, era fácil pasarle la factura al gobierno, pero hoy que estamos en un entorno de recesión mundial, en que los presupuestos no pueden ser tan generosos, queda la obligación de buscar nuevas formas, y va entrando la conciencia. Por ejemplo, el actual gobernador de Zacatecas aceptó que usemos a ese estado como una especie de centro experimental y que echemos a andar estos nuevos esquemas culturales, con una ayuda de los ganaderos, con ayuda de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, que trabajemos con las universidades, que volteemos a ver experiencias de otros países, como Australia, muy vulnerado por los cambios climáticos extremos y que ha ido adaptando rápidamente su agricultura y su ganadería a sus circunstancias.
- ¿El experimento en Zacatecas qué significa en los hechos?
- Significa retirar una superficie importante que se dedica al cultivo de frijol y reconvertirla otra vez en actividad ganadera; en el caso ganaderos, las zonas que están muy sobrepastoreadas o muy esquilmadas, sacar el ganado de ahí y dejar que esa superficie quede en descanso por varios años o reconvertirla, por ejemplo, a UMAS [unidad de manejo de vida silvestre]; estamos trabajando mucho con la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente], para que a través de ranchos cinegéticos o de otro tipo de soluciones, […] no podemos lesionar la propiedad de los productores o sus derechos, tiene que ser por convencimiento, pero repito, ellos se están dando cuenta que los métodos tradicionales se están agotando y que no hay manera de llegar al fondo del problema con pequeñas medidas cosméticas.
En las zonas de agricultura empresarial exitosa, sostiene Mayorga Castañeda, se debe establecer la prioridad de cuidar el agua con mejoras en los sistemas de riego, con nivelaciones, con geomembrana, pero se deben retirar progresivamente los subsidios a la electricidad y que la misma agua sea cobrada, además de la insistencia en cultivos que consumen menos el recurso.
“Coincidimos en esa idea y por eso estamos trabajando con el senador Alberto Cárdenas Jiménez, quien está promoviendo reformas a la Ley de Aguas Nacionales, para también modernizar esa cuestión; el criterio de que el agua es gratis tiene que ir cambiando, y aquí mismo lo vemos en Jalisco, en Guadalajara, cuando el SIAPA propone cualquier aumento en las tarifas, inmediatamente el Congreso o diferentes voces se levantan y dicen, no, no le muevan, pero si no se genera esa cultura, no vamos a poder tener recursos suficientes para hacer las redes de distribución o el tratamiento del agua, o la potabilización, o la administración; tiene que empezar a haber la disposición de los ciudadanos para pagar algo que es escaso, y que es un patrimonio común, y vital”, añade.
—Y si de por si, en las ciudades se paga poquito, en el campo está más critico por la tasa cero.
—Claro, y donde además se subsidia la energía eléctrica para extraer agua cada día a mayores profundidades, y ya tenemos bombeos a 600 metros de profundidad, que es una barbaridad…
- En las zonas donde están los cien acuíferos sobreexplotados, ¿no tendría que ser más draconiano este planteamiento de cambio?
- Sí, claro, por ejemplo, la actividad lechera intensiva en México está ubicada en lugares con grandes conflictos de agua; si analizas un mapa vas a empezar en Ciudad Juárez, vas a seguir en Delicias, en Torren, en Aguascalientes y vas a terminar en Querétaro, y son semidesierto, están creciendo urbanamente muy rápidamente, tienen un potencial industrial muy fuerte, y ya está entrando en conflicto la producción intensiva de leche con los demás requerimientos de agua.
El planteamiento es el cambio a cultivos que usen menos agua, buscar variedades genéticamente resistentes a la sequía en el forraje, “pero si estamos bloqueando la biotecnología, los organismos genéticamente modificados, nos estamos autolimitando nosotros mismos para compaginar actividades que pelean por un mismo recurso, que es escaso. Tenemos que avanzar mucho en la nutrición del ganado, para hacer al ganado más eficiente, para aprovechar un volumen dado de nutrientes. Entonces, hay una tarea infinita en ese sentido, a medida que estas limitantes nos están alcanzando…”.
- ¿Cree que esto lo estamos planteando a tiempo?
- Yo creo que por lo general, los seres humanos, mientras nos advierten de algo, lo tomamos con calma y a la hora en que eso realmente se convierte en una presión, actuamos muy rápido, o sea, la respuesta, el instinto de sobrevivencia nos hace reaccionar… La sequía extrema de este año nos va ayudar mucho en eso, ya está aquí el problema.
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