viernes, 9 de junio de 2017

"NO PAGO PARA QUE ME PEGUEN"




Agustín del Castillo

Los dos argumentos de los políticos contra los medios que los evidencian siempre son: uno, traen línea porque están pujando por contratos de publicidad; el segundo: que la prensa es un poder, no un contrapoder. Lo puedo entender porque su estrategia es hacer una caricatura para desprestigiar, ad hominem, a quien los señala. Que no presenten pruebas demuestra que es un pretexto, porque primero tendrían que probar que los señalados los extorsionaron, y segundo, la prueba reina: que las notas están mal sustentadas y que no les dieron derecho a réplica si es el caso. Pero la casuística está reñida con estas rentables generalizaciones que meten cómodamente al mismo costal a toda la prensa que cuestiona, sea cual sea su motivo. Me apena mucho ver a periodistas que argumentan desde la óptica del poder. La realidad es que los medios son contrapoder, y si se comportan como poder paralelo, deben ser denunciados pero de forma responsable, es decir, con pruebas. La otra, que como dijo Darío Restrepo: si los medios no son independientes, los periodistas siempre deben serlo. Tercero: los periodistas que estamos cansados de tenernos que pelear por hacer nuestro trabajo como se debe, deberíamos integrar una iniciativa para que los legisladores o el poder judicial obliguen a que todos los recursos de publicidad - que son legítimos, no se debería tratar de ningún robo o premio a una línea editorial a modo-se otorguen mediante reglas claras, porque el mismo poder que te ataca bajo el pretexto de que quieres contratos privilegiados, mantiene esa opacidad y discrecionalidad para premiar y castigar, como siempre ha sido. Tirios y troyanos, o sea, priistas, emecistas y panistas, aunque lo nieguen, tienen en el inmortal José López Portillo a su guía moral: "no pago para que me peguen".

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