miércoles, 8 de junio de 2016

Recuperación de bosques y selvas, la gran duda



Investigadores señalan que sin acreditarlo, suena fantasioso pretender que cada año el país recupera más de 86 mil ha que restan a la tasa de deforestación.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Sobre un total de 86,648 hectáreas, los bosques, las selvas y otros ecosistemas del país se recuperan año con año, dinámica de regeneración que en Jalisco alcanza 5,703 ha, y que según la Comisión Nacional Forestal, se resta a 178,360 ha de pérdida bruta, para dejar las pérdidas en 91,711 ha en todo el país, y en apenas 1,851.3 ha la deforestación de Jalisco.

El problema es que los que saben del tema, no le creen al organismo. "El concepto de tasa de deforestación se confunde constantemente en el texto y se utiliza como sinónimo de cantidad de pérdida de bosques y peor aún como sinónimo de ganancia de cobertura, en cuyo caso debería manejarse como tasa de reforestación. El componente de la deforestación se debe medir primero por la magnitud de la superficie que se pierde y posteriormente a través de la tasa de deforestación, que en realidad es una medida de la velocidad a la cual se está dando el fenómeno. En conclusión, sin saber de dónde proviene la información utilizada, la metodología empleada y si esta es comparable, resulta muy especulativo cualquier resultado que se presenta", advierte el coordinador científico de la Fundación Cuixmala, Álvaro Miranda, después de estudiar la nota informativa que la Conafor entregó a MILENIO JALISCO.

"En cuanto a las ganancias de cobertura, eso sí me resulta más sorprendente, ya estaríamos hablando de ganancia neta de bosque y selvas, que desde el punto de vista biológico y ecológico tomaría decenas de años poder detectar. Un bosque o selva no se recupera en un periodo de cinco años. Ahí es donde es indispensable conocer la metodología empleada, que de alguna manera agrega áreas forestales en ese periodo. Tenemos ejemplos de áreas completamente transformadas que son abandonadas y adquieren ciertas características forestales, los llamamos bosques secundarios, pero están aún muy lejos de ser un bosque o una selva. Si me pongo más purista, podría hablarte horas de lo que en realidad es mi campo de especialidad. Lo que llamamos los bosques vacíos o el fenómeno de la defaunación. En pocas palabras, el tener cobertura de bosque o selva no garantiza que esos bosques y selvas son 'sanos' o que posean todos los componentes que originalmente ahí habitaban o interactuaban y realicen todas las funciones ecológicas en las que participan", agrega en una opinión entregada a este diario.

"Muchos de nuestros bosques y selvas han perdido componentes y funciones importantes, que antes realizaban. Así que hoy en día tenemos estos bosque y selvas que pueden ser contabilizados en su cobertura pero están incompletos o 'enfermos' porque sus animales ya no están y no pueden realizar las funciones ecológicas de las cuales dependen los mismos bosques y selvas para su sobrevivencia. No creo que podamos cantar victoria", concluye.

Por su parte, Arturo Curiel Ballesteros, investigador de la UdeG y miembro de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, apunta: "la primera confusión en el uso indistinto de manejar diversas unidades en las cifras que confunde al lector. Por ejemplo, en el cambio del área de bosques (p 1) , sólo analiza tasa de cambio entre dos años, sin considerar la superficie forestal existente. Por ejemplo si hiciéramos ese ejercicio con esos criterios en el estado, diríamos que Tlaquepaque tiene una baja tasa de deforestación (no decimos que ya no tiene bosques y por ello la tasa es baja) [...] no hay tampoco un análisis de pérdida de biodiversidad (tabla 2) por ejemplo a México lo ponen en lugar 25, pero en realidad sería el cuarto lugar donde se pierde la mayor diversidad biológica del mundo si consideramos a los países megadiversos".

En particular con la recuperación "hay truco porque no define lo que son zonas de recuperación. Tampoco define qué porcentaje de cobertura considera para denominar un espacio como superficie forestal, porque si toma mayor del 20 por ciento, permite una pérdida de 80 por ciento de cobertura forestal y sigue considerándola forestal".

La desconfianza de otros analistas deriva de la escala, de 1/250,000, que es demasiado "alta" y no permite ver matices más locales. Lo cierto es que la explicación de 86 mil ha recuperadas por año, está pendiente.


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