sábado, 14 de noviembre de 2015

Embate de "Patricia" afectó a 5 mil personas




Diez poblados de La Huerta viven problemas serios a tres semanas del ingreso del megahuracán por la costa central de Jalisco, en la selva de Chamela Cuixmala.

Agustín del Castillo / La Huerta. MILENIO JALISCO. 

La vista desde el aire muestra mejor el enorme peso con que cayó el huracán Patricia sobre la costa de La Huerta: torres de alta tensión dobladas, miles de árboles aplastados, palmeras trozadas, campos de golf borrados; en los pueblos, techos de lámina, de tejas o de palapa desplomados, calles cortadas y atiborradas de lodo, estanques invadidos de azolve, plantaciones y huertos desaparecidos.

Patricia pegó de lleno al anochecer del 23 de octubre entre los acantilados y poblados de la cuenca del río Cuitzmala, hacia el corazón de la selva tropical seca de la reserva de la biósfera Chamela Cuixmala. Hay diez centros de población altamente afectados, además de algunos de los desarrollos turísticos con mayor plusvalía del país, como El Tamarindo, Las Alamandas o Careyes, lo que demuestra que la naturaleza no distingue de clases sociales. O casi: las casas frecuentemente peor construidas y con materiales más precarios de los poblados ejidales tuvieron menos resistencia a vientos de hasta 300 kilómetros con que penetró el meteoro al continente.

Diez poblados se ubican en un radio de 20 kilómetros en torno al ojo del huracán: Chamela, Francisco Villa, Emiliano Zapata, Arroyo Seco, Miguel Hidalgo Viejo, Miguel Hidalgo Nuevo, Agua Caliente Nueva, Agua Caliente Vieja, La Rosa y El Rebalsito. Seis corresponden a un sólo ejido: Ley Federal de la Reforma Agraria. Suman casi cinco mil moradores.

"Afortunadamente Patricia no causó la muerte de personas en la costa de Jalisco, pero los daños a sus casas y a sus trabajos fueron catastróficos. La mayoría de las personas en la zona decidieron retirarse a ciudades alejadas de la ruta del huracán, o bien se refugiaron en casas o escuelas de construcción sólida. Lo que destacó aPatricia de otros huracanes fueron sus vientos intensos, y fueron éstos los que causaron tanto daño en las comunidades", señala un reporte elaborado por investigadores de la estación biológica de Chamela, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del que se entregó copia a MILENIO JALISCO.

Como muestra de los daños, elaboraron una encuesta en uno de los diez pueblos: Agua Caliente Nueva. "Del 27 al 29 de octubre, realizamos un levantamiento de daños en el poblado de Agua Caliente Nueva, Ejido de la Reforma Agraria". Los coordinadores y encuestadores fueron Mark Olson, Rubí Ramírez, Maricela Godoy, Yirla Cisneros, Belén Cárdenas, Belén Gutiérrez, Ángela Gabriel y Sandra Macías. Se realizó una encuesta casa por casa para determinar material de construcción del techo, porcentaje de techo dañado y menaje destruido.

Las entrevistas fueron en 274 hogares donde habitan 950 personas, de las que 329 son mujeres, 356 son hombres y 265 niños. "De estos hogares, 84 por ciento tuvo algún tipo de daño en su techo, 45 por ciento perdió tres cuartos a totalmente el mismo, y 18 por ciento se encontraba al momento de la encuesta sin ningún tipo de techo. Los techos más afectados fueron los de lámina de asbesto, lámina de acero, tejas de concreto y barro, y fibracemento, que tienden a perderse en su totalidad. Cuando el techo era de losa en combinación con alguno de los materiales previos, el área dañada del techo bajó y fue de 50 por ciento o menos. Solamente los techos completamente de losa [sólo 14 por ciento del total] no sufrieron pérdidas".

Con el menaje las pérdidas se multiplican. "Las casas en las comunidades de la costa siguen con porcentajes altísimos de daño [...] la gente está parchando sus techos como pueden—recuperan tejas del suelo, amontonan láminas de asbesto rotas para formar un techo, usan hojas de palma para cubrirse del sol o plástico y lonas para tratar de impedir la entrada de agua. Con las lluvias intensas los moscos abundan y entran por los techos rotos, trayendo chikungunya y dengue. Las cocinas, camas y electrodomésticos en muchos casos ya no sirven. Las calles están llenas de escombros tóxicos de las láminas de asbesto y de árboles caídos. Los fondos familiares para reparar los daños escasean, pues las cosechas, embarcaciones, tiendas y talleres que permitían a la gente tener un ingreso han sido dañados", observan en el informe.

Cada día que pasa "es un día sin techo para nuestros vecinos. Cada día sin techo es un día con riesgo de que llueva otra vez y se eche a perder lo poco que pudieron recuperar después de Patricia. Una situación de desastre como la causada por el huracán Patricia afecta a regiones enteras. Por lo tanto, requiere de una respuesta que contemple la región entera. Urge reemplazar los techos de las casas de la zona. Idealmente, se buscaría la forma de reemplazar los techos con materiales que resistirán el siguiente huracán para que este ciclo de destrucción no se repita con cada ciclón. Urgen sistemas de apoyo para las personas que han perdido sus negocios, sus campos y sus embarcaciones. Cada día que dejamos a nuestros vecinos sin techo es un día en que olvidamos los 40 años de buena convivencia".

Los científicos de la UNAM comenzaron a arribar a finales de los años sesenta al área. Hoy trabajan de cerca con los pobladores del área. De su bienestar y su armonía con los ecosistemas naturales depende que la selva siga en pie.



Los diez poblados más afectados

1 Arroyo Seco, con 288 habitantes (por allí pasó el ojo del huracán)
2 Francisco Villa, con 802 habitantes, a 3 km del ojo
3 Emiliano Zapata, con 1,223 habitantes, a 3 km del ojo
4 Agua Caliente Nueva, con 726 habitantes a 4 km del ojo
5 Miguel Hidalgo Nuevo, con 674 habitantes, a 5 km
6 Agua Caliente Vieja, con 122 habitantes, a 6 km
7 Miguel Hidalgo Viejo, con 523 habitantes a 7 km
8 La Rosa, con 136 habitantes, a 7 km
9 El Rebalsito, con 461 habitantes, a 9 km
10 Chamela, con 139 habitantes, a 19 km


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