domingo, 4 de julio de 2010

En La Primavera, la vida se abre paso entre obstáculos





Siguen aumentando los registros de biodiversidad en La Primavera mientras los corredores de fauna se encuentran en estado crítico por los fraccionamientos, los “megraproyectos sustentables” y las carreteras; se han documentado 299 especies más que hace diez años. En las gráficas, el trabajo de recoger muestras con el perro Scooby y el mal estado de algunos pasos de fauna

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO

En una de las etapas más críticas de su relación con una ciudad que lo hostiliza con su crecimiento caótico, su nueva infraestructura y sus megaproyectos supuestamente sustentables, el bosque La Primavera bulle de vida: el trabajo para registrar su flora y fauna, realizado con medios precarios por un número limitado de personal e investigadores, ha arrojado al menos 299 especies que no se habían reportado cuando se publicó el programa de manejo vigente (diciembre de 2000).

Así, mientras el documento arrojaba 1,315 especies entre vegetales, hongos, animales vertebrados e invertebrados, en la actualidad el número ya asciende a 1,614 formas de vida.

Entre los inventarios de estos últimos diez años hay 176 especies de hongos y 47 de algas, pero sobresalen 17 nuevos registros de aves; además, se espera confirmar novedades importantes en el número de quirópteros (murciélagos) y de roedores, los mamíferos más numerosos del planeta, así como de reptiles.

No es poca cosa el tesoro que sobrevive en apenas 35 mil hectáreas o 350 kilómetros cuadrados de zona arbolada —85 por ciento del área está protegida por mandato presidencial desde 1980—: por ubicarse en la zona transicional entre la América templada y la tropical, su componente biótico es especialmente rico.

Aquí unas comparaciones: la variedad de plantas en este pequeño bosque es similar a la de toda Irlanda (200 tantos más grande en superficie) y más del doble que en Islandia (300 veces mayor); sus especies de mamíferos son seis tantos las reportadas para toda Nueva Zelanda (767 tantos más grande) y sus aves equivalen a 60 por ciento del inventario total de Alemania, un país más de mil veces mayor (estadísticas de países la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE], elaboradas por Mabio, AC).

Para rematar el dato: el parque de Yellowstone, el primero y el más famoso del mundo, enclavado en Estados Unidos, tiene 6,200 por ciento más extensión que La Primavera… pero un número similar de formas de vida (en www.yellowstonenationalpark.com).

Éste es el joyero biótico que las urgencias económicas y el modelo de vida vigente en Guadalajara y en zonas urbanas como Tala y Arenal están destruyendo.

Corredores cortados
Para la vida silvestre, las cosas se han complicado. La fauna lo demuestra, sobre todo para aquellas especies cuyo territorio y movilidad rebasan con mucho lo que ocupa la pequeña reserva protegida.

“Te puedo decir que el trabajo de fototrampeo ha sido determinante, pues hemos visto especies de mamíferos tan esquivas que dudábamos que aún siguieran en el bosque, como el cacomixtle; y por este mismo método sale un tecolote que no esté en el registro, el Screetch owl […] también hay mucha información nueva por los conteos de aves que se están realizando en diciembre”, explica Karina Aguilar Vizcaíno, directora de fauna del área protegida.

En general, los grandes mamíferos, entre los que sobresale el puma, tienen los mayores problemas. Una de las grandes dudas es si el creciente aislamiento del espacio de La Primavera no repercutirá en la calidad genética de las poblaciones y aceleraría así los procesos de extinción.

Para responderlo, ha visitado la zona hace diez días una experta del Centro de Conservación Biológica de la Universidad de Washington, Jennifer White. Bióloga genetista, en fase de doctorarse en conservación de vida silvestre, la científica hizo un recorrido por diversos corredores en compañía de un perro, Scooby, un magnífico labrador entrenado para identificar excretas de felinos.

“Las excretas son el oro de los científicos”, indica la estadunidense, que también tiene experiencias de monitoreo con el mismo método en la selva de Uxpanapa, de Veracruz. Basar el trabajo en este tipo de muestras tiene enormes ventajas, pues no se presiona directamente a los animales, se ubican sus corredores y la información que ofrecen es muy completa.

El proyecto cuenta con el apoyo de la iniciativa Darwin: “Nosotros trabajamos como hipótesis que el puma, como una especie indicadora de la salud, demostraría la viabilidad de los ecosistemas […] conocimos por correo a Jennifer desde hace un año, para coordinar el trabajo de campo que hace en Veracruz, e incluir una semana extra para hacer un plan preliminar en La Primavera”, señala Arturo Balderas, investigador del ITESO y promotor del proyecto. Destaca que se requerirán muestreos más exhaustivos en los siguientes dos años, siempre sujeto a conseguir los recursos económicos necesarios.

“Estoy investigando la genética de los felinos en México. En este sitio puede ser muy interesante ver cómo la conectividad en esos corredores permanece o no, y cómo cambia e influye en la genética de la poblaciones”, añade Jennifer.

—¿Esto podría arrojar resultados para ver el impacto de la presión humana, la creación de infraestructura en torno al bosque, si lo ha bloqueado o no?

—En eso es lo que estuvimos trabajando. Una cosa muy interesante es que con las muestras se puede identificar la especie, el individuo y el parentesco y, si resulta que una de las muestras de La Primavera es un puma, a lo mejor lo encontramos en el mismo corredor, pero si es otro puma, otro individuo, se puede ver si son primos, hermanos, padre o hijo para ver de dónde está viniendo el flujo de fauna.

—¿Los procesos de extinción se pueden dar cuando se aíslan las poblaciones?

—Claro. La mezcla de parientes muy cercanos lleva a taras genéticas. Ése es el efecto de la fragmentación del hábitat […] el perro encontró muchas muestras de excremento de carnívoros, hay huesos y pelo; se va a hacer el análisis en el Centro de Conservación Biológica de Washington para ver de qué especie son, porque podría ser puma pero también lince, o incluso coyote o perro […] en Uxpanapa el problema con el jaguar es que come perros y, entonces, en el excreta hay mucho pelo de perro, entonces Scooby pudo haber relacionado el olfateo tanto con la excreta de felino como el pelo de perro. No se esperaba encontrar tantas muestras: la expectativa era hallar de diez a 20 y lo superamos muchísimo, hay más de 50 muestras.

Otra cosa interesante, pone en relieve la bióloga estadunidense, “es ver cuáles son las especies de carnívoros que pueden coexistir en la zona: si se encontró junto coyote y lince, lince y puma, lince y perro, puma y perro, o si hay exclusiones…”. También se documenta cómo puede variar el régimen alimenticio de acuerdo con la escasez o abundancia de presas; por ejemplo, el coyote se hace comedor de semillas y de insectos.

Karina Aguilar refiere que las zonas para levantar excretas “fueron elegidas de acuerdo a nuestro sistema de información geográfica: es donde sabemos que están los corredores, porque hay evidencias como son fotografías o el reporte de los vecinos”.

La presencia del puma ya está plenamente acreditada por el método de fototrampas. Y con ello han crecido las quejas de los ganaderos de la zona de que sus reses o chivos serían depredados por el gran gato. “Es cuestión de identificar: el puma ataca por el cuello, y además mata, no deja herida a la presa; y si puede se la lleva […] Los perros y los coyotes, en cambio, pueden dejar heridos. Es cuestión de trabajar con el ranchero y con la gente para que se quite la idea de que es el puma el que ataca sus vacas: muchas veces eso es falso”.

En fin, con el puma se pretende demostrar su papel “como indicador de la integridad de la cadena trófica, o de la productividad biológica; esa información debería servir para tomar decisiones correctas: que en La Primavera, manteniendo su conectividad con el exterior, la capacidad de carga sea suficiente para mantener una población de pumas, la mejor garantía para que no haya extinciones”, subraya Arturo Balderas.

Una de las tareas básicas de las áreas naturales protegidas es mantener un monitoreo permanente de sus especies. Pero eso, a la fecha, no lo tiene asegurado este bosque sitiado, donde los recursos públicos son escasos.

¿Llegará a tiempo el conocimiento sobre el papel de los corredores biológicos y los riesgos de aislar al bosque, o las grandes obras carreteras y fraccionamientos darán el tiro de gracia?

“Tienen que incluir en los proyectos los pasos de fauna, ése sería un paso óptimo que favorezca la conectividad”, apunta el encargado de investigación y monitoreo del bosque, Gerardo Cabrera Orozco. En general, la ciudad debe enterarse de lo irreparable que será si deja morir un área natural protegida para sólo conservar un parque empobrecido.

El transecto
Ya a la fecha, los corredores están bloqueados u ofrecen altos riesgos para los animales que siguen transitando por ellos. “Si logran escapar de cazadores, o simplemente de la gente que le teme a lo desconocido, pueden acabar bajo un auto en el camino al querer seguir buscar alimento o pareja en un sitio a donde su instinto los guía”.

Según Karina Aguilar, la zona poniente y sur, que colinda con el valle de Tala-Ameca y, a través de él, con las sierras de Quila, del Águila y el volcán de Tequila, es el principal conector de especies migratorias, pero se trata también de la zona más presionada por cambios de uso de suelo, incendios y cazadores furtivos.

“Me llegan reportes de que sacaron un par de venados por Cuxpala o que por la Lobera se escuchan tiros —es zona de huilotas— pero nunca se llegan a agarrar culpables. Un día entré a una tienda de cacería que hay en Tala y para ellos es cosa normal; por ahí no les llegan las noticias de que el bosque es una área protegida, siguen viendo sólo ‘monte’”.

Para la gente de campo, agrega, “un animal de uña es malo para sus intereses ganaderos, así que hay que acabarlo; de manera que asumo el papel de educadora ambiental y platico mucho con las personas de las comunidades que me topo para hacer aliados y no que me vean como al que hay que darle la vuelta para seguir haciendo lo de siempre”.

Hacia la zona norte, que se conecta a través del valle de Tesistán con el bosque El Nixticuil y las barrancas del río Santiago, los fraccionamientos pululan y han cerrado espacios.

Todavía se conecta por El Tepopote —una zona altamente presionada por fraccionadotes—. “Usamos el paso de drenaje que está por el restaurante de La Curva —a eso se redujo el viejo paso de fauna— y es un paso interesantísimo, pero alguien le puso puertas para usarlo de corral para su ganado, y los animales siguen atravesando entre ese basural y agua de colores eléctricos, porque ha sido su paso por generaciones…”.

Ése es el estado de las “arterias” que dan vida a un bosque de futuro más incierto que nunca.

--------------------------

Hoy, en el bosque

Habitan 152 especies de aves, entre ellas: pájaro carpintero, gavilán de cola roja, momoto o pájaro péndulo, martín pescador, búho cornudo, búho real, águila solitaria.

Hay al menos 29 especies de mamíferos, entre los que destacan el puma, el venado cola blanca, el zorro, el coyote, el mapache, el lince y el armadillo. Hay numerosos testimonios de que fue hogar del extinto lobo mexicano.

Tiene entre 19 especies de reptiles y anfibios: culebra de collar, culebra ojo de gato, falso coralillo, chirrionera, alicante, víbora de cascabel, salamandra, rana cara de niño y sapo toro.

Hay al menos siete especies de peces, dos de ellas endémicas de México, y cientos de invertebrados, entre ellos 85 coleópteros.

Se cuenta con 961 especies vegetales (once de roble y cinco de pino), 47 especies de algas, 255 especies de hongos y 47 de algas.

No hay comentarios: