domingo, 11 de julio de 2010

PERFIL: Alianza entre especies


Jennifer White y Scooby. Bióloga genetista y perro rastreador. Fotografía de Marco A. Vargas

La científica estuvo el mes pasado recorriendo el bosque La Primavera tomando muestras para detectar la presencia de felinos, junto con su can, experto en ubicar excretas de osos, tigres, jaguares y pumas.

Guadalajara, Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO, edición del 10 de julio de 2010

Jennifer White es una bióloga genetista confiada en que el conocimiento científico permitirá a los humanos tomar conciencia y revertir la destrucción de las especies en que ahora parecen empeñarse millones de ellos en muchos rincones del planeta. Es una optimista incurable, será la juventud, dice de sí misma esta estadunidense trashumante.

A su compañero Scooby el tema no le dice nada; sólo le gustan las pelotas rojas, hasta el delirio.

Ambos estuvieron en Guadalajara a finales del pasado mes de junio. Recorrieron el bosque La Primavera muestreando la presencia de felinos, uno de los indicadores esenciales para determinar si la pirámide biótica es sana y tiene viabilidad, lo cual forma parte de un ambicioso proyecto de investigación que coordina el científico Arturo Balderas Torres: determinar el valor de servicios ambientales del área natural protegida, y generar una propuesta de un esquema de intercambio de beneficios entre la reserva y la ciudad.

Scooby, ya se habrá sospechado, no es de la estirpe del Homo sapiens. Se trata de un perro labrador que fue recogido de la calle, como gran parte de sus compañeros del Centro de Conservación Biológica de la Universidad de Washington, y entrenado para usar su valioso olfato. Y no ha buscado tigres en Camboya, jaguares en Uxpanapa ni pumas en La Primavera: lo que siempre busca son sus excretas. “La excreta es el oro para los científicos”, subraya Jennifer.

Y todo a cambio de que le den su pelota. Hay que ver la sencillez de algunos seres en una tierra despiadada.

Pero es tanto el amor por el dichoso juguete, que intenta fraudes. “En Uxpanapa el problema con el jaguar es que come mucho perro y entonces en la excreta hay pelo de perro y Scooby lo registró […] como lo que le interesa es obtener la recompensa, que es jugar con una pelota roja, entonces puede intentar engañar con una excreta canina”.

Así, se hace necesario “saber cómo reacciona ante las diferentes excretas, porque muchas veces es muy seguro y en otras trata de engañar. Cuando está seguro no lo mueves de ahí […]”.

Jennifer está realizando su doctorado en conservación de vida silvestre. Espera, si el proyecto de La Primavera tiene recursos suficientes, regresar a levantar más muestras y determinar con eso la calidad genética, las costumbres y el grado de parentesco de los pumas, linces y tal vez jaguarundis que aparezcan.

El centro de investigación para el que trabaja “es pionero en este método”. Scooby está entrenado para oso negro, oso pardo, tigre de Bengala, jaguar y puma. Un perro cosmopolita. Sus compañeros se especializan en otras especies. Hay incluso un buscador de excretas de ballena.

El camino del conocimiento, dice la joven investigadora, tiene que traer certezas: que los humanos sepan que son parte y fruto de la larga y frágil cadena de la vida. No son místicas baratas ni new age. ¿Y conocer la verdad obligará a afrontarlo? Jennifer confía, sin gravedad; Scooby descansa bajo el letrero verde de una cafetería, soñando sueños rojos y esféricos.

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