Se propuso la meta para corresponder a su papel como cabeza por un año del grupo de 28 gobernadores cuyos territorios albergan un cuarto de las selvas tropicales del planeta.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Jalisco se ha propuesto una meta altamente ambiciosa para corresponder a su papel como cabeza por un año del grupo de 28 gobernadores cuyos territorios albergan un cuarto de las selvas tropicales del planeta: reducir en un 80 por ciento la deforestación a más tardar en 2020.
Esto significa que, si se toma el último dato oficial de deforestación, que fue medido a finales de la década pasada, con 31,645 hectáreas de pérdida neta por año, en 2020 no se perderán más de 6,329 ha, que de cualquier modo son una superficie de consideración, máxime que la pérdida histórica en el último siglo ronda dos millones de ha.
Ayer fue la última sesión del Grupo de Trabajo de Gobernadores sobre Clima y Bosques (GCF por sus siglas en inglés) en Barcelona, España. Representado por la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Magdalena Ruiz Mejía, el gobierno de Jalisco también formalizó esa presidencia al anunciar la realización en Guadalajara de la reunión del grupo, en junio de 2016.
A través de un video mensaje, el Gobernador del Estado de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, formalizó la invitación a los representantes de los gobiernos subnacionales que integran el GCF. “En Jalisco reconocemos la importancia de cuidar y usar sustentablemente los bosques, pues sabemos que la reducción de la deforestación es una de las formas más efectivas para combatir el cambio climático […] Participar en este grupo es un orgullo y un logro importante para nosotros, ya que nos brinda la oportunidad de refrendar nuestros compromisos sobre el cuidado de nuestros bosques con una visión a largo plazo”, dijo.
Ruiz Mejía, añadió: “compartimos los escenarios de degradación y deforestación, y por lo tanto la intención de generar estrategias compartidas para revertir estos escenarios frente al cambio climático, reconociendo a nuestros bosques como el lugar de servicios ambientales y mantenimiento de servicios ecosistémicos, de producción y productividad, y lo más importante de generar nuevos modelos de desarrollo rural bajos en carbono […] más del 60 por ciento de la superficie de Jalisco tendría que ser bosques y ser productivas, debería haber cadenas de valor y una economía muy viva que se perdió hace 30 años”.
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