El estado no está preparado para lo que viene en materia de seguridad, indica el organismo no gubernamental. Interés político, más que social, lo que guía a Comisión de Derechos Humanos, asegura
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 4 de febrero de 2011
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) no ha estado a la altura del desafío en la materia que tiene el estado, y es indispensable que el Congreso local analice la actuación de su presidente, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, y el modo de generar una institución que responda mejor a sus obligaciones, dijo ayer el director ejecutivo del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), Francisco Macías Medina.
Al dar lectura al informe anual de esta organización no gubernamental, la conclusión del activista fue lapidaria: ante la gran necesidad de subrayar la defensa de los derechos ante los procesos políticos, económicos y sociales que los ponen en predicamento, “esto no ha sido así... se trata de una comisión de derechos humanos que se guía más por intereses políticos que por las necesidades de una sociedad”.
Juzgada la actuación de Álvarez Cibrián sobre cuatro ejes: proactividad, eficiencia, transparencia y pluralidad, el balance no es positivo. Las cifras señalan que de cada diez quejas que recibe la CEDHJ, nueve se acumulan y de ese modo se minimizan; que buena parte de las casi 16 mil quejas recibidas en 2009, más de la mitad —casi nueve mil— fueron de temas ambientales, lo que refleja una amplia preocupación de la sociedad; sin embargo, sólo se emitieron tres recomendaciones en la materia. También llama la atención la baja en las quejas por tortura, lo cual no ofrece una lectura optimista, pues si hubo catorce quejas en 2009, el Cepad detecta casi dos mil personas víctimas de este abuso por policías y personas con poder, lo que reflejaría una pérdida de confianza en la CEDHJ.
“Es una situación delicada comenzando por los derechos humanos de las mujeres, la exigencia de la alerta de género […] y el segundo asunto en que Jalisco ya está tomando lugares preocupantes, es el de homicidios; en segundo lugar en subregistro de averiguaciones previas, no de cifras negras sino de aquellas denuncias que se hacen y no terminan por investigarse; Jalisco no ejerce recursos federales en materia de seguridad, no ha certificado, no ha pasado pruebas de control y de confianza en su personal policiaco y de justicia; y sobre todo, en su estructura carecemos de una autonomía para la procuración de justicia, no han pasado las iniciativas necesarias para modificar el sistema, y ahora nos llama la emergencia [por la guerra contra el narco] y no tenemos operadores con este nivel ético y con esta verticalidad con la que puedes llevar a cabo un proceso”.
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