jueves, 13 de agosto de 2015

1 de cada 4 autos son altos contaminadores



Habrá que implementar un programa de cambio masivo de tecnología de carburador por convertidores catalíticos en los autos de 1990 hacia atrás.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Las diferencias entre vehículos anteriores a 1990 y los de modelo reciente, no sólo remiten a la comodidad y el funcionamiento óptimo del auto; en un sentido ambiental, son abrumadoras. Un auto de 2011 emite 85 partes por millón de hidrocarburos a la atmósfera (la norma oficial pone un límite de 100 ppm); un modelo 1990 emite 1,628.2 ppm, esto es, unos 18 tantos más.

El modelo reciente tiene un 0.1 por ciento de emisión de monóxido de carbono (frente a una norma cuyo límite máximo es 1 por ciento), y el atrasado promedia 2.9 por ciento, unos 28 tantos más. El primero promedia 85.1 ppm de óxido de nitrógeno (la norma señala el límite de emisión de 1,500 ppm); el segundo alcanzará 1,628.7 ppm.

Esta gran brecha no es casual: se debe a que las tecnologías de los autos comercializados en México de 1990 hacia atrás no contenía convertidor catalítico, la gran innovación de la industria automotriz californiana para hacer motores más eficientes en quema de gasolina, y en consecuencia, menos contaminadores. Esto significa que el consumo de combustible en los obsoletos modelos de tres décadas atrás es más oneroso para sus dueños que en los autos recientes. Y que a la par del problema de gastar más de gasolina, tienen un costo ambiental que es absorbido por la atmósfera respirable, y por ende, repercute en la salud de quienes la respiran.

Son datos aportados por el trabajo que realizó en las calles de Guadalajara, en noviembre de 2015, el grupo técnico del Instituto Mexicano del Petróleo, entidad contratada por el gobierno de Jalisco para fundamentar el nuevo programa de verificación. Los autos con modelo anterior a 1990 constituyen casi 25 por ciento de los que circulan en las calles de esta metrópolis, constituyen el problema ambiental más serio para la atmósfera de la ciudad, pues emiten, en algunos casos, más de la mitad del volumen de contaminantes emitido.

Para la obtención de datos, precisa el informe, se implementó una campaña para obtener datos en sitio mediante sensor remoto para la caracterización de la flota vehicular en circulación en cinco puntos de monitoreo de la zona metropolitana durante cinco días. Los registros válidos del total de las emisiones efectuadas fueron 25,670”; el muestreo se realizó en noviembre y diciembre de 2014.

Los resultados fueron agrupados en deciles (segmentación de la muestra en diez partes iguales): “en cuanto al desempeño ambiental, es notorio que la contribución en los valores extremos de las emisiones por la flota identificada por año/modelo demuestra que 6.7 por ciento de los automotores (de esa muestra de 25,670) con tecnología anterior a 1992 son vehículos altos emisores […] contribuyen con 30.3 por ciento del monóxido de carbono (CO), 28.2 por ciento de hidrocarburos (HC) y 13.1 por ciento de óxido de nitrógeno (NO); en contraste, 23.1 por ciento, que conforma los automotores más limpios (modelos de 2011 a 2015) aportan 4.1 por ciento de CO, 5.5 por ciento de HC  y 2.2 por ciento de NO”.

La gran solución, más allá de la frecuencia de las verificaciones, es implementar un programa de cambio masivo de tecnología. Ya en el padrón total de autos de la ciudad y el estado, serían cerca de 800 mil autos, la autoridad debe hacer certificaciones de marcas y comercializadoras para que se vendan productos adecuados y con costos que puedan ser pagados por los usuarios. Este es uno de los grandes temas que se resolverá en cuestión de semanas, cuando se publiquen las convocatorias para que la nueva verificación se ponga en marcha.


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