miércoles, 13 de febrero de 2019
Piden evaluar la caótica urbanización en Chapala
Agustín del Castillo/Guadalajara-NTR
Vecinos de la ribera norte del lago de Chapala, y el Instituto de Derecho Ambiental (Idea), solicitaron ayer a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “una evaluación ambiental estratégica de los planes parciales de desarrollo urbano, de los programas de desarrollo urbano y productivos de los municipios de Chapala y Jocotepec”.
Es un escrito de 14 páginas dirigido a la titular de la dependencia federal, Josefa González Blanco, y en el que a la firma del Idea se suman las de representantes de Vecinos de Ajijic Unidos por el Lago de Chapala, Axixic Chimalli y la Red metropolitana de parques, barrancas, ríos, arroyos y el lago de Chapala.
El lago de Chapala “es un humedal de carácter internacional a partir del 2 de febrero del 2009 con el registro número 1973, tiene una ficha técnica en los términos de referencia de Ramsar para su incorporación en los humedales de importancia internacional, un Programa de Conservación y Manejo y un referente de largo aliento como lo es la Estrategia para la Conservación de los Humedales 2016-2020”, señala el documento.
El problema que más preocupa: “Una problemática apremiante hoy en día, es el cambio de uso del suelo en los municipios ribereños destacando Jocotepec y Chapala. Respecto a Jocotepec, rescatamos los cambios de usos del suelo que Durán Tovar (2017) reporta en su tesis de doctorado a 2016. Jocotepec ha experimentado en los últimos 10 años un fenómeno de urbanización importante en uno de los cerros que circundan el lago. Según Durán Tovar (página 22), la autoridad municipal autorizó una superficie total de 276 mil 874.92 metros cuadrados, a urbanizar, destacando el uso habitacional de densidad alta H4 en una superficie de 65 mil 291.76 m2, el uso H3 habitacional densidad media con una superficie de 201 mil 598.86 m2 y finalmente una superficie de 9 mil 984.30 m2 con un uso de suelo H2 habitacional densidad baja”.
Para el municipio de Chapala, “los procesos de urbanización se presentan principalmente en Santa Cruz de la Soledad y en Ajijic, ambos poblados de origen indígena. De acuerdo a los archivos que tiene el Idea AC, el gobierno de Jalisco (…) e inversionistas privados cuya empresa tiene el nombre Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala SA de CV, que constituyeron el fideicomiso para el desarrollo del proyecto en los Cerros El Junco y El Cántaro, terrenos de uso colectivo que forma parte del territorio del poblado indígena de Santa Cruz de la Soledad de Chapala”.
El otro proceso es de Ajijic, “área que geográficamente se encuentra ubicada en una plataforma con características geológicas y topográficas correspondientes a la Sierra El Tecuán, que le confiere una morfología espectacular y escurrimientos permanentes de aguas que bajan de la montaña al lago de Chapala”.
Citan a la tesista: “La falta de interés por parte de autoridades municipales y federales por detener la acelerada expansión urbana sigue apresurando inevitablemente el deterioro de los recursos (suelo, vegetación y agua) de la zona de estudio y como consecuencia a mediano plazo es posible que afecte el nivel de vida de la población. Solo será posible alcanzar un crecimiento sustentable armonizando la intervención del crecimiento urbano y el medio natural, distribuyendo equitativamente los beneficios y cargas del proceso de urbanización. Por lo tanto, es importante hacer hincapié en dos aspectos: primero en que se realice una verdadera planeación del territorio; y segundo, en la urgente necesidad de que se organice el espacio y se racionalicen los recursos. Esta iniciativa permitirá de algún modo, atender el problema actual y las necesidades básicas de la población a mediano y largo plazo reflejándose en un pleno desarrollo para la región. Las transformaciones originadas al ambiente son de gran magnitud debido a que una parte importante de lo que fue área agrícola y área natural están profundamente urbanizadas y no se ve la posibilidad de revertir el proceso debido a la fuerte presión por construir”.
De esta manera, “el lago de Chapala está amenazado por un desarrollo urbano anacrónico y desordenado, que implica más presiones al humedal por las descargas doméstico-urbanas, la pavimentación de cerros, que impermeabiliza y obstruye las descargas de agua al lago, la pérdida de cobertura vegetal y de biodiversidad, ya no solo el cambio climático es la amenaza inminente, sino una ausencia de políticas urbano-ambiental que garantice el que México cumpla con los compromisos de tener al humedal más grande del país”.
De ahí la petición de la evaluación. Los quejosos pretenden demostrar que está en riesgo de viabilidad la estabilidad del lago y sus valiosos servicios: principal fuente de agua del Área Metropolitana de Guadalajara, zona de turismo y pesca, regulador climático y sustento de una amplia población humana local.
El camino de la evaluación ambiental estratégica
La evaluación ambiental estratégica “es un proceso oficial, sistemático y completo para determinar y estimar las consecuencias ambientales de las políticas, planes o programas propuestos para asegurarse de que se incluyen plenamente y se resuelven adecuadamente en la etapa más temprana posible de la adopción de decisiones, simultáneamente con las consideraciones económicas y sociales”.
Por su propia índole, la evaluación ambiental estratégica “abarca una gama más amplia de actividades o una esfera más extensa, y frecuentemente por un intervalo de tiempo mayor que la evaluación del impacto ambiental correspondiente a un proyecto. La evaluación ambiental estratégica pudiera aplicarse a la totalidad de un sector o a una zona geográfica”.
Según la petición de colectivos de Chapala a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las etapas básicas de la evaluación ambiental estratégica “son similares a las etapas en los procedimientos de evaluación del impacto ambiental, pero su ámbito es distinto. La evaluación ambiental estratégica no sustituye ni suprime la necesidad de una evaluación del impacto ambiental a nivel de proyectos pero puede ayudar a racionalizar la incorporación de las inquietudes ambientales (incluida la diversidad biológica) al proceso de adopción de decisiones, haciendo frecuentemente que la evaluación del impacto ambiental de un proyecto sea un proceso más eficaz”.
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