jueves, 28 de febrero de 2019

Las Cruces, megaobra de la CFE, se derrumba


Agustín del Castillo/Guadalajara-NTR

El polémico megaproyecto Las Cruces, el cual generaría electricidad para Jalisco y que ha atravesado tres presidencias de la República, de Felipe Calderón a Andrés Manuel López Obrador, está a punto de ser cancelado en definitiva: ni tuvo asignación presupuestal en 2019, ni es viable económica y socialmente, advirtió ayer la asociación civil Sumar-Voces por la Naturaleza.

El costo del proyecto pasó de 7 mil 995 millones de pesos en 2012, a 13 mil 300 millones de pesos en 2018, además que debió afrontar una férrea defensa de las comunidades del río San Pedro-Mezquital y la mirada recelosa de la convención Ramsar por su posible efecto negativo sobre el mayor sitio costero adscrito a la declaratoria de Naciones Unidas de Humedales Prioritarios: las marismas nacionales de Nayarit, una de las zonas ambientalmente más valiosas del país

Lo cierto es que la Secretaría de Energía (Sener) ha retirado el proyecto hidroeléctrico Las Cruces del Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen 2016-2030), para proponer en su lugar “una diversificación de la matriz eléctrica con tecnología renovable”, dijo a NTR Guadalajara el director de la organización defensora de la naturaleza, Ernesto Bolado Martínez.

“La apertura del sector eléctrico a la inversión privada y las tendencias internacionales de generación de energía con fuentes renovables, han cambiado las proyecciones de la Sener respecto al proyecto hidroeléctrico. Lo anterior aunado a un incremento de sus costos en más de 80 por ciento, tanto por el incremento de los materiales de construcción como de la variación en el tipo de cambio respecto al dólar, que elevó su costo a más de 13 mil millones de pesos”, indicó.

SE APOYAN DE DIAGNÓSTICO

El activista presentó un estudio realizado por la asociación civil, que concluye que Las Cruces es un proyecto “inviable estratégica y financieramente”.

Entre los detalles, documentos de la Sener señalan que el sistema eléctrico en México “presenta una pérdida de energía por transmisión y distribución de aproximadamente 13 por ciento, lo que a su vez representa pérdidas de 42 mil 246 millones de pesos anuales. Estas pérdidas no se valoraron para el proyecto Las Cruces, que produciría energía en Nayarit, para enviarla a Jalisco, Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí, quienes demandarían 73 por ciento de esta energía”.

El estudio “identifica que, en el nuevo contexto del sector energético, Las Cruces no es necesaria hoy, ni a futuro, para satisfacer los requerimientos del sistema eléctrico nacional. La inversión en tecnologías renovables a pequeña escala y cerca del lugar de consumo, es más atractiva para los inversionistas, más estratégico para el sistema eléctrico nacional y más eficiente para las redes de distribución”, señaló Bolado Martínez.

En el trabajo, se analizó el proyecto “bajo el enfoque de sustentabilidad financiera y ambiental, resultando que en su valoración no se consideraron los costos de impactos ambientales, sociales y económicos en localidades aguas abajo de la presa y sus respectivas medidas de mitigación. Tampoco se incluyeron los costos de operación, mantenimiento y abandono de las instalaciones durante y después de su vida útil”.

Todo proyecto de gran escala “posee un costo propio e intangible, que debe ser cuantificado. Para el caso del proyecto hidroeléctrico Las Cruces, existen muchos aspectos por analizar, por no contemplarse en los estudios que solicitó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Por ello, el presente estudio amplía el conocimiento sobre la afectación que tendría Las Cruces, considerando los impactos sociales y las afectaciones al sistema ambiental bajo distintos escenarios. Asimismo, se evalúan otras alternativas al proyecto para la generación de energía y se realiza un estudio económico sobre los costos tangibles e intangibles de cada propuesta, con la finalidad de encontrar la mejor alternativa”, señala el resumen ejecutivo.

IRREGULARIDADES

En septiembre de 2014, la Semarnat avaló el manifiesto de impacto ambiental (MIA) del proyecto promovido por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La autorización se otorgó de manera condicionada al cumplir con una serie de observaciones, entre ellas, con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y apegarse al nuevo marco jurídico de la reforma energética.

“En particular, la condicionante 1 del resolutivo de Semarnat (Oficio No. SGPA/DGIRA/DG 07893), exige a la CFE, entre otros, el cumplimiento del artículo 120 de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE, 2014), respecto a la obligación de presentar una evaluación de impacto social.

Además, un documento de la Sener y la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), de 2015, señala “que México puede lograr los 17 GW (gigavatios) requeridos para 2030 con las grandes hidroeléctricas que ya cuenta. Estas pueden experimentar un incremento de capacidad en sus unidades, lo cual debería realizarse, antes de construir nuevas hidroeléctricas. Por ejemplo, Infiernillo (en Guerrero) constaba de cuatro generadores de 160 MW (megavatios) y dos de 180 MW (1000 MW en total). Cuatro nuevas turbinas de 200 MW han reemplazado a las de 160 MW, por lo que su capacidad total aumentó a 1160 MW”.

Durante 2016, las hidroeléctricas sólo aportaron 10 por ciento de la generación total de energía producida en el país. “Esta tecnología es altamente vulnerable frente al cambio climático, por la variabilidad en las precipitaciones y la captación de agua para las presas, y obliga a buscar otros tipos de energías limpias y renovables”, finalizó.

Impactos a la salud social y ambiental

El primer riesgo de un proyecto hidroeléctrico “comienza con la llegada de un gran número de trabajadores a un área remota, los cuales comúnmente acarrean enfermedades infecciosas como tuberculosis, sarampión, influenza, sífilis y sida”. Durante la construcción de presas, “enfermedades como la diarrea aumentan en el orden de 60 por ciento”

Existen varias localidades y núcleos agrarios que deben ser relocalizadas y no solo San Blasito. Además, la reubicación de éste sería en un sitio de alto riesgo de desarrollo de enfermedades transmitidas por moscos, ya que se localizaría dentro del área de peligro de 2 kilómetros alrededor del vaso de la presa

Una hidroeléctrica “en un clima tropical, durante sus primeros 10 años de vida, emitirá cuatro veces más carbono que una planta que funcione con combustibles fósiles. Es necesario agregar un impuesto que cubra los costos no contemplados en estos proyectos, como los daños sociales y los gases de efecto invernadero que emite”

Fuente: Estudio socioambiental de Sumar sobre hidroeléctrica Las Cruces
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FRASE

“La apertura del sector eléctrico a la inversión privada y las tendencias internacionales de generación de energía con fuentes renovables, han cambiado las proyecciones de la Sener respecto al proyecto hidroeléctrico”

Ernesto Bolado Martínez, director de Sumar-Voces por la Naturaleza

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