domingo, 3 de febrero de 2019

Minimo, el apoyo a humedales de Jalisco.


Agustín del Castillo/Guadalajara-NTR

Los sitios Ramsar de Jalisco son 13 y abarcan casi 169 mil hectáreas de aguas dulces o salobres. Los últimos 6 años recibieron 39 millones de pesos de inversión gubernamental, canalizados por el gobierno del estado, esto es, 230 pesos por hectárea que dan una cuenta anual de 38 pesos con 30 centavos por cada 10 mil metros cuadrados.

Como son los cuerpos de agua integrados a la lista de prioritarios a nivel internacional, significa que el estado mexicano se compromete a rescatarlos para que mantengan dos funciones básicas: la propia de los ecosistemas y su relación con la sociedad humana que los aprovecha. Y en Jalisco, se dispone 38.30 pesos al año para esa tarea.

Si invertir 38.30 pesos por ha significa que es prioritario, habría que comparar tan solo lo que se entrega por servicios ambientales en otros tipos de ecosistemas y diversos puntos de la geografía mexicana: ProBosque, la asociación estatal protectora de bosques del Estado de México, entregó en 2018 a cada propietario o ejido beneficiado, mil 500 pesos por ha, es decir, 40 tantos más, por proteger las florestas que proveen servicios ambientales necesarios para la economía de la entidad (ver Gaceta del gobierno del Estado de México, edición del 27 de febrero de 2018). Otro ejemplo es la inversión de 45 millones de pesos realizada por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para las comunidades oaxaqueñas de la Chinantla Alta, con el objetivo de preservar un corredor silvestre de poco más de 22 mil hectáreas, lo que da dos mil 45 pesos por ha en 5 años, y poco más de 400 por año (10 tantos los sitios Ramsar de Jalisco). El contraste es notable.

La diferencia es que mientras los bosques y selvas tienen dueños, es decir, hay propietarios privados, ejidales o comunales, las aguas como tales, salvo algunos casos absurdos (como el aparcelamiento que invade el interior de las marismas nacionales de Nayarit en la zona de Rosa Morada) son propiedad de la nación. Significa que son bienes públicos y se les suele aplicar la máxima de “lo que es de todos es de nadie”; lo usual es que solo las cooperativas de pescadores, quienes poseen concesión federal, se interesen directamente por la salud de esos ecosistemas, pues de ello depende el volumen de pesca.

Pero los humedales son esenciales para la vida y para toda la economía: no sólo contienen agua para actividades económicas como la agricultura y la industria; también proveen a las ciudades del recurso (caso del lago de Chapala y la ciudad de Guadalajara) y al sector turístico, y albergan especies de vida animal que suelen ser la base de las economías ribereñas, para consumo o comercialización. Los embalses son reguladores climáticos, y en el caso de las lagunas costeras, son albergue infantil de diversas especies de alto valor comercial, como los camarones y el ostión. Otro papel es que la vegetación de manglar de los esteros amortigua el impacto de los huracanes, al recibir el golpe directo de estos y proteger comunidades humanas de los alrededores.

La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) asignó presupuesto “para el equipamiento, fortalecimiento y atención de las necesidades de los sitios” en busca de garantizar un manejo adecuado, señala el análisis cualitativo de programas y acciones 2013-2018 de la dependencia, entregado en diciembre pasado.

“En los últimos años se lograron atraer recursos federales y estatales para la obtención de estudios técnicos, materiales de difusión y cultura ambiental, además de dar atención a la problemática emergente, mediante programas de bajo impacto al medio ambiente”, proyectos “materializados e implementados como el Plan para la rehabilitación de la laguna de Navidad (2013), el programa de conservación y manejo del sitio Ramsar presa La Vega (2014), el programa de áreas naturales protegidas, sitios Ramsar y áreas prioritarias de conservación de los años 2016, 2017 y 2018 y la evaluación externa de ese proceso”.

El documento sostiene la necesidad de dar impulso al programa estratégico de humedales Ramsar, que contiene objetivos para el año 2020; y reconoce la necesidad de “diseñar un instrumento legal/administrativo que asegure la asignación de recursos para la conservación de los humedales en Jalisco con congruencia con el plan estratégico”.

Esto incluiría generar nuevos sitios con declaratoria Ramsar, fortalecer los comités locales de manejo y crear otros en sitios como la laguna de Sayula, la de Barra de Navidad y el lago de Chapala.

Falta reflejar cambios

El primer sitio Ramsar de Jalisco es del año 2004. El 2 de febrero, día internacional de los humedales y de la convención Ramsar, se decretó el sitio Ramsar mundial número mil 338: la laguna de Sayula, que abarca superficie de los municipios de Sayula, Zacoalco de Torres, Teocuitatlán de Corona, Atoyac, Amacueca y Techaluta.

Un humedal es la parte baja de una cuenca. Su salud ambiental es termómetro de todo lo que sucede en el espacio geográfico que le tributa. “Si mantenemos lagos, ríos y presas limpios, significa que estamos haciendo las cosas bien, por eso el simbolismo de los sitios Ramsar es tan importante”, añade el experto.

El debate llega a la obligación gubernamental de financiar el rescate de los sitios Ramsar como compromiso de país firmante (en 1986) de la convención Ramsar de Naciones Unidas. La bióloga Silvana Marisa Ibarra, experta en gestión en el tema, sostiene que al tratarse de un acuerdo internacional, ratificado por el senado, el rango de obligación es constitucional.

“Aunque después de 33 años de firmado el Tratado y tras 140 sitios Ramsar designados en su territorio, aún no se hayan hecho todas las adecuaciones legales y administrativas necesarias, la obligatoriedad del cumplimiento del tratado queda manifiesta desde la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, posicionando el tratado como ‘Ley Suprema de toda la Unión’ lo que quiere decir que debe cumplirse incluso ante la contradicción con otras leyes federales ya existentes”, advierte. 38 pesos y 30 centavos por hectárea al año no permite establecer, en los hechos, ese cumplimiento.

Sitios Ramsar de Jalisco Costeros

Sistema Lagunar Estuarino Agua Dulce–El Ermitaño (2008). Tomatlán. Superficie: 1,281.44 ha

Estero El Chorro (2008). Tomatlán. Superficie: 267.05 ha

Estero Majahuas (2008). Tomatlán. Superficie: 786.13 ha

Laguna Xola-Paramán (2008). Tomatlán. Superficie: 703.98 ha

Laguna Chalacatepec (2008). Tomatlán. Superficie: 1,093.35 ha

Reserva de la Biosfera Chamela –Cuixmala (2004). La Huerta. Superficie: 13,142 ha

Estero La Manzanilla (2008). La Huerta. Superficie: 263.96 ha
ihuatlán. Superficie: 794 ha

Continentales

Laguna de Atotonilco (2006). Villa Corona y Zacoalco de Torres. Superficie: 2,850 ha

Laguna de Sayula (2004). Zacoalco de Torres, Teocuitatlán de Corona,  Atoyac, Sayula Amacueca y Techaluta.

Laguna de Zapotlán (2005). Zapotlán el Grande y Gómez Farías

Lago de Chapala (2009). La Barca, Jamay, Ocotlán, Poncitlán Chapala y Jocotepec, en Jalisco.   Cojumatlán de Régules, Venustiano Carranza y Briseñas en Michoacán. Superficie: 114,659 ha

Presa La Vega (2010). Teuchitlán y Ameca. Superficie: 1,950 ha

El aspecto legal

México es uno de los 5 países del mundo con más humedales registrados en la convención Ramsar de Naciones Unidas. La convención es enfática sobre el carácter de obligación que se adquiere para la conservación sostenible, una vez que se determina libremente integrar un embalse a la lista

“Sus disposiciones constituyen un tratado  solemne y en ese sentido tienen carácter obligatorio con arreglo al derecho internacional. Toda su estructura descansa en la expectativa de una transparente responsabilidad común y equitativamente repartida. El hecho de no cumplir con esta expectativa puede dar lugar a una situación de incomodidad política y diplomática en foros o los medios internacionales de alta visibilidad y en términos generales impedirá que la Parte concernida aproveche al máximo lo que, de no ser por ello, sería un sistema robusto y coherente de contrapesos y salvaguardias y marcos de apoyo mutuo”, señala el manual oficial de la convención, disponible en www.ramsar.org

“El incumplimiento de los compromisos del tratado puede afectar a la eficacia de otras maneras, por ejemplo de los esfuerzos para recaudar fondos para la conservación de los humedales. Además, en algunas jurisdicciones las obligaciones con arreglo a Ramsar se han incorporado al derecho y /o las  políticas internas que tienen efectos en sus sistemas judiciales”, añade.




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