domingo, 6 de enero de 2019

Tlajomulco debe priorizar su reinserción urbana


Agustín del Castillo/Guadalajara-NTR

La distopía urbana en que derivó el crecimiento de casi 800 por ciento en población que registró Tlajomulco desde 1995, demanda pragmatismo y una mirada al futuro, es decir, “no es posible detenerse en las cuentas del pasado porque nunca saldremos de esto”, advierte el urbanista y consultor Bernd Pfannenstein.

Tlajomulco es un estudio de caso en un proyecto que se hace en toda América Latina; “un ejemplo de las características periurbanas que tiene esta ciudad a detalle, conocimiento que sirve para detener el desarrollo urbano sin límites y lograr también procesos de ciudades en gestión territorial, hacia un sistema urbano más equilibrado; este es un municipio disperso, con procesos  de expansión que estamos verificando  en dos distintos tipos de organización: el primero, que domina sobre prolongación López Mateos, dedicado al nivel socioeconómico alto, con la utopía de la gente de la ciudad ideal (…) , y por otra parte, los fraccionamientos de interés social; estamos identificando los mitos de las casas abandonadas, nadie tiene datos exactos y muchas veces depende de a quién le vas a preguntar".

"Al final del día, necesitamos quitarnos todos los intereses, y entender que nuestro sistema urbano solo va a funcionar si buscamos un desarrollo integral que nos permita tomar las mejores decisiones; yo considero que si en Tlajomulco construimos un modelo de gestión integral urbana, puede ser la base para muchas soluciones; porque existen muchos Tlajomulcos en México y en América Latina, y podemos dar herramientas para mejorar los procesos de toma de decisión en la expansión urbana y de desarrollo urbano en todo el continente”, señala Pfannenstein.

Y si bien no hay que perder de vista las causas del desastre, “confío en que mejor enfoquemos nuestra energía positiva en el futuro, lo que puede cambiar; hay una situación disfuncional con el sistema, por la ausencia de reglas claras en transparencia, por el cortoplacismo, el municipalismo, los cambios de agenda de cada tres años, y de ahí llegamos al otro lado, la ausencia de herramientas de planeación, sin una escala correcta; ahí va a imperar la coordinación metropolitana”.

Sin esa visión metropolitana, “el interés del suelo barato se pudo transformar en un negocio inmobiliario de alto valor. Pero insisto en que no se trata de buscar responsabilidades, se trata de entender qué enfermedad tienen estos sistemas urbanos, y como logramos la medicina y las herramientas para este sistema enfermo, para lograr un sistema equilibrado; y esto no solo requiere la rectoría del estado, requiere también que la sociedad, que la comunidad, empiece a actuar. Por eso Tlajomulco tiene entes de participación ciudadana únicos en el país, es un referente, aparte de esto necesitamos identificar a los agentes que están involucrados en el tema de desarrollo urbano, y necesitamos un acuerdo mutuo entre todos y definir hasta dónde vamos a apostar, si seguimos apostando al valor económico o no, y no hablo de restringir el mercado inmobiliario, al contrario, necesitamos sofisticarlo, le necesitamos dar las herramientas técnicas, legislativas, urbanísticas, suficientes para actuar”.

Esto debe incluir “reglas en la producción de suelo urbano, y si no lo hacemos vamos a seguir viendo que impera una interpretación cotidiana que no está funcionando para la gente”. Pfannenstein ha encabezado un trabajo piloto en 17 fraccionamientos de interés social de Tlajomulco, en aras de que sea la semilla para una gradual integración urbana eficaz en favor de miles de vecinos.

El estudio

El urbanista y consultor Bernd Pfannenstein encabezó un trabajo sobre 17 fraccionamientos del municipio de Tlajomulco: una muestra de 388 encuestas para un universo de 29 mil viviendas, de las cuales cinco mil se encuentran abandonadas

Uno de los casos más drásticos es el fraccionamiento Silos: 30 por ciento de las casas y departamentos están desocupadas y en proceso de destrucción física

Un 54 por ciento de los encuestados se sienten inseguros; 27 por ciento no cuentan con acceso a internet; 66 por ciento consideran que sus áreas verdes se encuentran en mal estado; 95 por ciento no tiene acceso a servicios de salud; un tercio no tiene ni siquiera educación básica, y más de la mitad destina por lo menos dos horas en el trasladarse a sus sitios de trabajo


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