jueves, 26 de abril de 2018
México no puede prescindir de EU
En el foro ¿Y ahora qué?, Jorge Castañeda destaca el natural campo común de intereses.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
México ha intentado sin éxito diversificar sus relaciones internacionales y sus intereses comerciales, pero las lecciones de más de un siglo demuestran una especie de destino manifiesto: la necesidad de entenderse con Estados Unidos.
Esta es la esencia del mensaje del ex canciller Jorge Castañeda Gutman, coordinador de estrategia en la campaña presidencial de Por México al Frente, quien participó con Enrique Berruga Filloy, escritor y diplomático mexicano, y Jorge Chabat Madrid, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en un panel sobre política internacional con base en el libro ¿Y ahora qué?, bajo el patrocinio de la revista Nexos y el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara.
El especialista hizo un recuento sobre los momentos en que el país ha pretendido diversificarse para hacer frente a la enorme influencia del gigante del norte, cuya doctrina del "destino manifiesto" hizo apropiarse de la mitad del territorio mexicano y posteriormente, ejercer un predominio político y comercial que fue visto como una condena sintetizada en la frase atribuida a Porfirio Díaz: "...tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
"Con todos los países con quienes hemos deseado edificar una vinculación geopolítica desprovista de correlatos o compromisos económicos, ha ocurrido siempre lo mismo. Al principio, todo es amor y paz; muy pronto, nuestros interlocutores, que sí poseen intereses económicos altamente diversificados, buscan incrementar su comercio, su inversión, su segmento de mercado en México. Nosotros rápidamente nos topamos con la realidad inamovible y secular; todo es con Estados Unidos, por las más diversas razones que se quieran. La alternativa de diversificación geopolítica es tan irreal como la económica. Nos tocó bailar no con la más fea, sino con la única en la fiesta".
El ex canciller plantea tres propuestas para una política exterior en la era Trump: la primera, reforzar la actuación y la relevancia de México en las instancias multilaterales y regionales, "reivindicar un perfil propio en el ámbito internacional y promover causas tanto intrínsecamente nobles como afines a México".
Segunda, involucrar al país cada vez más en la política interna de EU, "movilizando de manera constante a los sectores cercanos o potencialmente aliados de México".
Y tres, "emprender un esfuerzo de largo plazo consistente y dotado de un amplio consenso nacional para incrementar nuestra influencia en la cuenca del Caribe y principalmente Centroamérica".
SR
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