lunes, 1 de agosto de 2016

Mezquite y Pino prieto para reforestar en el desierto



En el municipio de Ojuelos de Jalisco, la Semadet y la Conafor buscan 5 mil ha de un nuevo bosque para afrontar procesos de desertificación y cambio climático

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

A la fecha, medio millón de árboles de las especies mezquite (Prosopis laebigata) y pino prieto (Pinus greggii) ocupan un paisaje antaño agrícola y forrajero, hoy de escasas capacidades productivas ante la reducción de las lluvias y el deterioro del suelo, en los límites orientales de Jalisco: Ojuelos, donde comienza el gran desierto de Chihuahua, cuyo avance implacable amenaza a la región alteña.

La región es laboratorio del cambio climático. El gobierno de Jalisco, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), y con recursos técnicos y humanos del Fideicomiso del Programa de Desarrollo Forestal del Estado (Fiprodefo), ha intervenido 500 hectáreas que producían maíz, en un claro intento de generar alternativas (adaptación) ante los irreversibles pero mitigables efectos del calentamiento del planeta, que se traduce en esta meseta donde Jalisco se asoma a Zacatecas y San Luis Potosí en sequías más extremas.

“La meta es que se pueda establecer cinco mil ha a más tardar en 2020; eso significa que vamos en 10 por ciento. Son dos especies ya adaptadas a la falta crónica de agua y que dan oportunidades de desarrollo a quienes se han asociado”, señaló la directora del Fiprodefo, Gabriela López Damián.

Es un modelo de plantación comercial cuya supervivencia ronda 95por ciento, fruto de “la adecuada preparación de la tierra y buen manejo”, ponderó la funcionaria. “La reconversión productiva en regiones altamente vulnerables ante la desertificación como es el caso de los Altos de Jalisco, es de gran relevancia ya que además de generar ingresos económicos a los productores, se incrementa la biodiversidad y generan procesos a largo plazo para la adaptación ante los efectos del aumento de la temperatura promedio del planeta”.

El proyecto se realiza con un grupo de 17 productores, pequeños propietarios organizados con la meta de establecer, a mediano plazo, una unidad productiva forestal para la producción de diversos productos como pellets, goma, carbón, muebles, puertas, muebles así como forraje para bovinos.

“El árbol de mezquite (Prosopis laevigata), es una especie característica de Aridoamérica, adaptada a las condiciones de la región en donde se presentan condiciones características como poca precipitación (473 mm al año) y con la ocurrencia de heladas en hasta 50 días al año. Además de ser un árbol multipropósito, ya que tiene valor forrajero para el ganado y se ha utilizado para producir carbón, leña, así como para elaborar partes de muebles y puertas de muy longeva duración, se aprovecha su goma. El mezquite permite enriquecer el suelo a través de la fijación de nitrógeno y sirve para controlar la erosión”, señala una ficha técnica del proyecto elaborada por la Semadet.

En cuanto al pino pietro (Pinus greggii), “es una especie que se adapta bien a condiciones secas, bajas temperaturas, resiste heladas y sequias, al ser una especie que requiere poco mantenimiento y crecimiento rápido, se utiliza para reforestaciones con miras a obtener materia prima para madera de aserrío, celulósicos, dendroenergéticos [del griego dendron: “tronco, árbol”; la dendroenergía es “toda la energía obtenida a partir de biocombustibles sólidos, líquidos y gaseosos primarios y secundarios derivados de los bosques, árboles y otra vegetación de terrenos forestales”, dice Wikipedia], postería y ornamental”, agrega.

López Damián asegura que el proyecto ha generado un gran impacto en la región al grado de que productores del municipio de Pinos, Zacatecas, se sumaron: este año incorporarán 300 hectáreas, con las mismas especies.

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