miércoles, 15 de abril de 2015

Pingüinos, del reino helado al trópico



Doce adelia arribaron ayer desde Japón al Zoológico Guadalajara. Esperan los responsables del parque poderlos exhibir en el siguiente verano; hoy están en cuarentena

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

Hoy amanecieron por primera vez en su vida en la región intertropical del planeta doce pingüinos cuyos genes remiten al reino helado de la Antártida, pero cuya cuna fue bajo temperaturas un poco menos inclementes, un parque de diversiones del milenario Japón, al otro lado de su mundo, y del nuestro.

El zoológico Guadalajara ha recibido a sus nuevos huéspedes ayer por la tarde, para meterlos metafórica y literalmente a una congeladora: 40 días en cuarentena por disposición sanitaria, pero toda una vida entre el hielo de un minicontinente extremo que se está fabricando para ellos en las laderas ardientes de la barranca.

Son pingüinos adelaida o adelia (Pygoscelis adelia); sus familiares silvestres están en el hielo permanente del cono sur, deben sobrevivir en temperaturas muy bajas y afrontar los peligros del mar de donde comen: las focas leopardo, los tiburones, las ballenas (en realidad, delfines) asesinas. Crecen hasta 70 centímetros y viven hasta 30 años, según la suerte de evadir depredadores. Los parientes “civilizados” se hartarán de comer pescados y de ver Homos sapiens de todas las edades al otro lado del gran cristal de 14.6 metros de largo por 3.5 metros de alto. Estos –los humanos- podrán imaginar cómo es la enorme masa de tierra del polo sur, la cual en su mayor parte nunca verán ni por el cristal de un avión, o en un futuro no tan lejano, cómo solía ser, por aquello de los hielos derretidos.

“No están en peligro de extinción, pero como sabemos, su entorno si está bajo riesgo por los problemas de derretimiento de la capa de hielo que ocasiona el aumento de temperaturas por el calentamiento global; teníamos años con esta idea y ahora hemos podido comenzar a cristalizar el proyecto, cuya inversión es de alrededor de quince millones de pesos, y que esperamos poder poner en exhibición el próximo verano”, indica el director del parque, Francisco Rodríguez.

Wuakayama Adventures World es el parque de origen. El país oriental es el que reproduce con más éxito estas aves que no vuelan y que están restringidas casi completamente al hemisferio sur… salvo los pingüinos de Humboldt y de Galápagos, que se dejan ver incluso en las costas de Panamá, traspasada la gran línea imaginaria del Ecuador, por gracia de la famosa, helada y ubérrima corriente que también lleva el nombre del gran científico alemán (Wilhelm Humboldt), quien exploró las américas hacia el final de la dominación española.

El vuelo de Aeroméxico salió de Japón el mismo 14 de abril, y en sentido contrario a la rotación de la tierra –con catorce horas de diferencia en el horario- recorrió casi 24 mil kilómetros en poco más de 16 horas, para arribar al aeropuerto Miguel Hidalgo alrededor de las cuatro de la tarde de ayer. Los recién llegados son únicos en su especie en todo el país, pues otros dos recintos de exhibición de animales poseen primos: pingüinos de Humboldt, en Chapultepec y Veracruz.

El director admite que los Adelaida fueron la opción más pronta ante la gran presión de otros zoológicos de Asia –los pingüinos están de moda-, y si bien, sostenerlos será más caro por la necesidad de mantener constantes temperaturas de 2 grados centígrados, el resultado será más espectacular, lo que confía que permitirá sostenerlo.  Pingüinos son la nueva atracción de un zoológico que ya es, sobradamente, el más rico en especies de todo  México.

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