lunes, 17 de agosto de 2009

Chapala, residencia de cuatro continentes


Una comunidad extranjera que se diversifica; en derrama turística, sólo está bajo Puerto Vallarta y Guadalajara.
Guadalajara, Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 16 de agosto de 2009
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La ribera norte de Chapala: los municipios de Jocotepec, Poncitlán y, sobre todo, el propio de Chapala, alojan una comunidad extranjera dinámica que, aunque tiene predominio de oriundos de América del Norte, ahora presenta una diversificación de migrantes provenientes de al menos cuatro continentes, cuya derrama económica en el sector turismo está sólo por debajo de Guadalajara y Puerto Vallarta, asegura el director municipal de Turismo, Juan Márquez Flores.

El primer residente extranjero moderno del lago de Chapala está registrado en 1898. Era un inglés, Septimus Crow, y compró una finca con aguas termales en la cabecera municipal.

Seis años después, un sueco, Cristian Hansen, abrió un casino, mientras el presidente Porfirio Díaz ponía de moda el lugar con su finca veraniega El Manglar (hoy en poder de la familia Dipp). De los años veinte a cuarenta, la nómina de visitantes y residentes tiene nombres tan ilustres como David Herbert Lawrence o André Breton, pero el color local sólo atraía a intelectuales y aventureros.

Hasta 1960 es que comienza el gran boom. “Se fueron afincando algunos famosos y éstos fueron regando la noticia a sus amigos y parientes, sin promoción del gobierno ni de nadie. Especialmente en Ajijic, por el clima, por la gente tan hospitalaria, principalmente por el lago, empezó a ver cada día más residentes de fuera; alrededor de 1980 ya era un fenómeno notable la presencia de norteamericanos, y a partir de 1990 empiezan a llegar de nuevo europeos: británicos, franceses, australianos, alemanes, españoles, neocelandeses y, aunque cueste creerlo, hay incluso oriundos de Nepal, de Irán y de India”, señala el director.

Las tendencias también evolucionaron. Hasta hace un decenio, lo normal era la presencia de jubilados de la tercera edad. En el arranque de este siglo, agrega Márquez Flores, los baby boomers, “que son jubilados antes de los 60 años”, comenzaron a invertir, y además llegaron familias más jóvenes por las herencias de sus ancestros. “Ellos están viniendo, tienen sus hijos y ven que la calidad de vida es mejor y que todo está más barato”.

Lo que esto genera en economía es plena vida para toda la zona. “Es una derrama increíble, no está calculado, no tenemos cifras exactas, pero imagine lo que deja la construcción y los empleos que da a las personas de clase baja; hay albañiles que se vienen a trabajar desde San Juan Cosalá o Jocotepec; pero se dispersa a todos lados, porque muchos de estos extranjeros son grandes y tienen gente que los cuida, gente que limpia sus casas, o les ayuda en negocios como restaurantes, escuelas y otros giros; la propia gente de Ajijic se ha hecho más competitiva por la exigencia de los extranjeros, no se puede negar”.

La Secretaría de Turismo de Jalisco calculó para 2008 que la ribera de Chapala generaba entre 900 y mil millones de pesos anuales. El resto de las actividades podrían generar de 50 a 100 por ciento más.

No está de más aclarar que, en el ascenso y descenso de los migrantes, mucho tiene que ver la salud del lago de Chapala, el mayor vaso lacustre de México y cuya salud concita la atención de numerosos sectores públicos y privados de la región occidente de país.

En los años secos de fines de los noventa, muchos vendieron sus propiedades. “Se va a secar”, dijeron antes de partir. A la vuelta del tiempo se arrepintieron, cuando las aguas del lago retornaron a la plenitud.

La etapa de vacas gordas para el lago parece haber culminado, y ahora se encuentra en la antesala de otro probable ciclo de desecación.

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