martes, 21 de agosto de 2018

Jalisco es el campeón nacional agropecuario con pies de barro


El escenario tendencial de ascenso de temperaturas puede poner en riesgo la economía del sector primario, y “estamos haciendo muy poco”, advierte experto.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

No solamente la región de Los Altos de Jalisco está expuesta a un colapso económico y social por la falta de acciones de prevención, adaptación y mitigación del cambio climático; la próspera economía agropecuaria del estado, que aporta 11 por ciento de la riqueza nacional del sector primario, puede sufrir graves retrocesos si no se comienza a tomar en serio el tema, advierte el meteorólogo de la Universidad de Guadalajara, Hermes Ulises Ramírez Sánchez.

Coordinador del tema de vulnerabilidad en el grupo interdisciplinario e interinstitucional que dio vida al proyecto más ambicioso sobre el tema, culminado en 2014, y que pese a sus objetivos, no fue considerado por la actual administración estatal que contrató un nuevo proyecto, según el investigador, “hecho al vapor”, Ramírez Sánchez sostiene que se está haciendo tarde como para responder con simulaciones de “corto plazo”.

“Yo creo que nuestro trabajo se ha tomado como un archivo más, y pese a que se supone que se hizo a petición de la Semadet [Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial], o sea, del gobierno del estado; y se supone que era para implementar las acciones contra el cambio climático, así que creo que fue desechado, no fue tomado en cuenta, por parte de las autoridades, ya que decían que como no correspondía a su administración [el contrato data del año 2010] no era válido; ahora se ha evidenciado en la falta de una verdadera acción contra el cambio climático, me parece que todo ha quedo en el discurso por parte de la autoridad”, sostiene en entrevista con MILENIO JALISCO.

A su juicio, el gobierno estatal cayó en la tentación de adjudicarse el eslogan de ser una administración ambientalista, pero sin atreverse a reflejarlo “en acciones concretas”. De este modo, “cuando ya empecemos a sentir los problemas más severos, se van a empezar a tomar acciones, y espero que no sea ya demasiado tarde”, advierte.

- ¿Qué tipo de acciones deberíamos estar ya haciendo?

- Hay un montón de cosas que se tenían que hacer; hablamos de cambios en la manera de producción tanto a nivel industrial como agrícola y ganadero; tenemos que cambiar nuestros cultivos, tener recursos para la reconversión productiva; acciones reales que involucren a todo mundo, no es solo exclusivo del gobierno, y a la iniciativa privada, y a nosotros como formadores de conciencia como universidades; pero creo que cada uno trabajando por su lado, sólo le quiere sacar raja a su posición, y mientras estemos descoordinados no le veo futuro.

- Los alteños piensan que el cambio era para legitimar la presa de El Zapotillo, pues los datos climáticos no podían favorecer un proyecto de ese tipo; pero incluso a nivel del área metropolitana de Guadalajara, no hay una verdadera política para ampliar las áreas verdes, que ayudarían mucho a la mitigación…
- Así es; por el contrario, prácticamente han desaparecido las pocas áreas verdes que hay en esta ciudad, ya sabemos que uno de los elementos que absorben el bióxido de carbono son las plantas, y cada vez tenemos menos cobertura verde. Creo que tenemos que ponernos las pilas, tampoco estamos eficientando el transporte público como para que sustituya al privado, y mientras sigamos en esa tendencia, no saldremos de esto.

- Jalisco, dice el gobierno, es “el campeón agropecuario”, ¿un gigante con pies de barro?

- Pues sí, es un gigante agropecuario, pero a ver hasta cuándo; mientras sigamos agotando los recursos básicos, que son agua, tierra, clima, sol, qué va a pasar; cuando nos acabemos las tierras, cuando ya no tengamos agua, el sol lo vamos a tener, pero no nos va a servir de gran cosa; tenemos que pensar a futuro, no a corto y mediano plazo: somos los grandes productores y exportadores de berries [frutos del bosque] en el mundo, pero no nos damos cuenta que la producción de este tipo de producto lleva un gran consumo de agua, exagerado, que no es lo que le conviene al estado; nos estamos fijando en lo que nos da en este momento, pero a futuro, no hay una política de sustentabilidad para que sigamos teniendo agua, y no tener nada mas este tipo de productos, sino una diversidad importante de productos agropecuarios que apunten a un equilibrio.

- Y hablamos de riesgos para la economía, pero ¿qué hay del patrimonio natural?

- Ahí está peor el asunto; el dinero se puede buscar de otras fuentes, pero el entorno, ¿lo importamos, o de dónde lo vamos a traer? Porque aquí todo va a cambiar, los ecosistemas se van a transformar, pueden ser atractivos en un momento dado, pero después de van a convertir en lugares que no van a ser atractivos desde ningún punto de vista.

- ¿Ve que el gobierno que entrará en funciones en octubre traiga mejores propuestas para este tema?

- Me da mucha pena decirlo, pero durante las campañas no vi ninguna propuesta, de ningún partido, para este tipo de problemas; la visión sigue siendo a muy corto plazo, a lo que es en el momento, para mantener una rentabilidad política, pero en el país desde hace mucho tiempo no veo una política ambiental con un propósito definido; estamos dando tumbos, a ver que sale, sabemos que en cualquier cosa si no hay una planeación debida, tiene resultados inciertos, y eso es lo que sucede. Agrega: “creo que se nos ha olvidado que hay que trabajar en los tres ejes del cambio climático: vulnerabilidad, adaptación y mitigación; estamos trabajando mucho en lo de la huella de carbono, en adaptarnos, pero ni siquiera sabemos en qué somos vulnerables, cuando tendríamos que definir con mucha precisión las realidades y los riesgos de cada región, y hacer políticas públicas específicas […] seguimos en esta política absurda de que lo que hicieron los otros gobiernos no sirve, y yo creo que al contrario, no puedes desechar un estudio sin ni siquiera evaluarlo de manera concienzuda”.

- ¿No podrá pensarse que el trabajo de ustedes contenía conclusiones y datos estorbosos para políticas económicas de corto plazo, como la exportación de aguas del río Verde o la expansión aguacatera a costa de los bosques?

- Yo creo que no era conveniente para las políticas que se estaban implementando en este sexenio, así que parte de esto también lo afectó; sabemos que muchos de esos estudios están hecho a modo, y nosotros jamás nos prestamos a que nos impusieran otras condiciones; publicamos lo que encontramos en la realidad, sin maquillar y sin tampoco exagerar, sino simplemente lo que nos daba resultado con nuestros procedimientos, como están en la norma internacional. De otro modo no sirve, no tiene caso engañarse.

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Claves 

Jalisco, vulnerabilidad, de 3 a 6 grados más en el siglo XXI 

“En el mejor de los escenarios, la temperatura promedio en Jalisco aumentará de manera general al menos 3 grados y en el peor 6 grados […] en el mismo sentido, las disminuciones de humedad se consideran entre el 10 y 15% con un incremento en la intensidad de las precipitaciones en los primeros años y descenso alarmante de las mismas en el resto del periodo conjuntamente con el aumento de temperatura…

” De este modo, se esperan “problemas de seguridad del agua tales como: estrés hídrico y aumento de la demanda de agua; esto, como resultado de la reducción de precipitaciones y del aumento de la evaporación. Afectará adversamente a los medios de subsistencia y exacerbará los problemas relacionados con el agua. Se predice que los cambios en las pautas de las precipitaciones afecten significativamente a la disponibilidad de agua para consumo humano, las actividades primarias (agricultura y la ganadería), actividades secundarias (industria) y actividades terciarias (servicios, turismo)”

Como consecuencia, “una disminución de la producción de la agricultura y la silvicultura debido al aumento de los incendios y sequías; junto con esto, se pondría en peligro la producción agrícola, el acceso a los alimentos, la disminución de las áreas cultivables, la duración de las estaciones de crecimiento vegetativo y del potencial productivo afectando la seguridad alimentaria y exacerbando la malnutrición”

En algunas regiones, “podría reducirse el rendimiento de la agricultura de seca no en un porcentaje importante. En las zonas más secas se espera que el cambio climático provoque la salinización y desertifcación de la tierra agrícola. Se prevé la disminución de la productividad de algunos cultivos y ganadería con consecuencias adversas para la seguridad alimentaria”

La disminución y desaparición “de zonas ganaderas (Región Altos) producto del estrés térmico, falta de disponibilidad de agua y alimentos para el ganado, la sustitución de especies por otras más resistentes con el consecuente descenso de la productividad. Esto implicará que el estado pierda su supremacía en la producción de productos lácteos y de carne para consumo humano”

Riesgos de inundación en zonas bajas “debido a que se espera que el nivel del mar aumente. Se prevé que el aumento de la temperatura marina en superficie tenga efectos adversos en los manglares, arrecifes de coral y cambie la ubicación de los bancos de peces, con consecuencias adicionales para las pesquerías y el turismo. Asimismo, se prevé que la disminución de los recursos pesqueros debido al aumento de las temperaturas del agua, así como el exceso de pesca puede empeorar esta situación. Hacia finales del siglo XXI, el aumento del nivel del mar previsto afectará a las zonas costeras bajas con grandes asentamientos poblacionales como los son las zonas turísticas de Vallarta, Costa Alegre y Riviera Nayarit”

El deterioro de las condiciones costeras “como consecuencia de la erosión de las playas se espera afecte a los recursos locales reduciendo el valor de esos destinos turísticos. Se espera que el aumento en el nivel del mar agrave las inundaciones, las mareas de tempestad, la erosión y otros riesgos costeros, amenazando las principales infraestructuras, los asentamientos y las instalaciones que sostienen los medios de subsistencia de las comunidades costeras”

En salud, “un aumento de la morbilidad endémica y la mortalidad debido a enfermedades diarreicas asociadas a inundaciones. El aumento de las temperaturas de las aguas costeras podría exacerbar la presencia de algunas enfermedades como dengue, influenza, cólera, entre otras. Asimismo, se espera el resurgimiento de otras enfermedades consideradas erradicadas hasta hace algunos años, además de la presencia de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, de epidermis, las transmitidas por vectores, por aguas contaminadas, entre otras; aunado a ello, la malnutrición afectaría principalmente las zonas marginales, de las diferentes regiones del estado y de la zona Metropolitana de Guadalajara”

Esto conllevaría “un incremento muy importante en el gasto de salud, el cual si no se toma en cuenta en el presupuesto del estado, puede tener como consecuencia el aumento de la mortalidad en amplios sectores de la población”

Fuente: Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático (PEACC) del Estado de Jalisco, proyecto fnanciado por el Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del Estado de Jalisco FOMIX, clave: 2010-04-143992

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