sábado, 18 de noviembre de 2017

Peatón, en los hechos, a la cola de las prioridades



Muertes por accidente, asaltos, falta den infraestructura, falta de cultura vial, parte del “cóctel” que enfrenta el individuo a pie en la ciudad

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El viandante o peatón, al constituir el ciudadano específico y además, ser la condición más frágil en la movilidad, en la que en algún momento convergen todos los usuarios de otros sistemas mecanizados o motorizados, debe ser el eje de cualquier política en la materia. Pero no es así, y es además la primera víctima, por la calidad del aire a la baja, de los constantes congestionamientos.

Apenas en agosto pasado, la académica de UdeG, Ana Esther Rentería Mejía, especialista en urbanística por el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), destacaba el alto costo que implica andar a pie en esta ciudad: “por atropellamiento, 429 personas fallecieron en Jalisco en un año (del 16 de agosto de 2016 al mismo día de 2017), según la base de datos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. De esta cifra, 120 autopsias corresponden al municipio de Guadalajara, seguido por Zapopan con 50 y Tlajomulco de Zúñiga con 33”, informaba en una nota divulgada por medio de la casa de estudios, a propósito del Día Mundial del Peatón.

Otro dato referido: entre agosto de 2016 y julio de 2017 “se registraron 973 heridos y 39 muertos por accidentes viales en los que participaron unidades del transporte público”, según informes de la Secretaría de Movilidad de Jalisco.

No hay consensos sobre qué tan importante es andar a pie como opción de movilidad principal en el área metropolitana de Guadalajara. Mientras en el documento para implementación de corredores DOT (Desarrollo Orientado al Transporte), publicado en 2016, se cita la Encuesta Intercensal INEGI 2015 para elaborar un gráfico donde el peatón es la modalidad de traslado a la escuela en 47 por ciento de los viajes, y al trabajo en 14 por ciento, en el caso de la cuidad. Contrasta con la escuela de Jalisco cómo vamos, la última encuesta publicada sobre percepción ciudadana, de noviembre de 2016, sólo levantó respuesta de 5 por ciento de la población que se traslada a pie, mientras el transporte público cubría 58 por ciento de las necesidades.

El transporte público se usa por 26 por ciento de los usuarios para ir a la escuela, y 42 por ciento para ir al trabajo, según la encuesta del INEGI citada arriba.

Más allá de las dudas (lógicas hasta cierto punto porque el planteamiento de ambas encuestas es distinto y fue con un año de diferencia), la encuesta de Jalisco cómo vamos expone problemas reales de los que viven a pie: en cuanto a la población de los municipios, la satisfacción con calles y pavimentación en ningún caso alcanza el 6 mínimo aprobatorio salvo Guadalajara, con 6.1, mientras Tonalá se queda en 3.8. La falta de espacios para personas con discapacidad va de 38 por ciento en Guadalajara a 79 por ciento en Tonalá; la población sin banquetas es de apenas 3 por ciento en Guadalajara a 29 por ciento en Tonalá. Y no hace falta señalar los niveles de inseguridad, pues evidentemente es el peatón la principal víctima de esos estropicios: 60 por ciento de los habitantes metropolitanos “cree que vivir en la ciudad es inseguro”. Habrá que ver los resultados de la encuesta 2017, que se difundirán en el primer trimestre de 2018.

“Hay un rezago en la infraestructura para la movilidad peatonal, aunada a la falta de cultura vial”, señalaba la investigadora del CUAAD. “Nos falta mucho. En la pirámide de movilidad el peatón es el más importante, y desafortunadamente esta ciudad está motorizada y no tenemos ese respeto para las personas que no van en un automóvil”, porque si bien, las políticas públicas “sí han volteado a ver las necesidades de los transeúntes, el desarrollo urbano está enfocado al vehículo motorizado (…) se ha olvidado que el principal ente del desarrollo urbano es el habitante de la ciudad. Las soluciones para agilizar la circulación de los vehículos motorizados están afectando la vida cotidiana en muchos lugares. El Periférico es un borde que no permite la comunicación de colonias que están a 20 metros de distancia”.

Y está en caso de la Línea 3 del Tren Ligero, “no hay una socialización plena sobre cómo será la infraestructura peatonal en los alrededores de las estaciones; si no se actúa pronto se perderá la oportunidad de poder crear zonas de transferencia con las paradas de autobuses”. Cita el riesgo del uso de celulares, por la violencia callejera, pero además, la incultura del automovilista. “En lugares donde hay vuelta continua los autos nunca se detienen y las personas pueden durar horas esperando. En cuestiones técnicas, después de 30 segundos esa situación se vuelve un tiempo de riesgo o alerta porque el peatón se desespera y se arriesga a cruzar”.

MC

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