lunes, 20 de noviembre de 2017
Los Altos no pierden “si se hace bien El Zapotillo”
Franciso Mayorga Castañeda, ex secretario de dos gabinetes presidenciales y hoy en el Consejo Consultivo del Agua en Jalisco, destaca que con un manejo adecuado, ese proyecto no daña a la región.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Francisco Mayorga Castañeda, ex secretario de agricultura en dos amplios segmentos de las administraciones de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, destaca que Jalisco, su estado natal, es una muestra de toma de decisiones entrampada y donde los diferentes actores –incluso el gobierno- son incapaces de llevar a buen puerto y legitimar los proyectos.
“Tenemos una tradición en Jalisco desde hace veintitantos años, con el famoso crédito japonés, que es cuestionar, pero no llegar a nada […] cualquier cosa que se ponga, el crédito japonés, Arcediano, El Zapotillo, El Purgatorio, lo que pongas en la mesa inmediatamente hay alguien que se opone y que no contraoferta, que no propone, porque lo lógico es que si yo descalifico, aquí pongo mis argumentos de lo que creo que puede funcionar; nos habríamos de preguntar por qué hay grupos que sistemáticamente torpedean todo, sobre todo en el agua”, explica en entrevista con MILENIO JALISCO bajo su carácter de presidente del Capítulo Jalisco del Consejo Consultivo del Agua (CCA).
“Otra cosa es que hemos complicado todo con un lenguaje técnico que la mayoría de la gente no entiende; tenemos que hablar con un lenguaje que un ama de casa o un hombre de la calle pueda entender; creo que la autoridad en el tema, no solo en El Zapotillo sino en otros temas, no dice: aquí estoy. Si la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no te da la cara, no sabes cuál es el interlocutor válido…”.
El ex funcionario también del estado, donde encabezó la cartera de Desarrollo Rural durante los seis años de gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez (1995-2001), advierte que no se puede ya sustentar ningún modelo sin la inclusión del tema del cambio climático. “Hay críticas que son válidas, hay que tomarlas y trabajar en ellas, pero no pueden nomás descalificar y minimizar, todas las observaciones tienen que tomarse, enlistarse y combinarse, porque no hay una solución que sea como una varita mágica”.
No obstante, ni la Conagua ni el gobierno del estado “han generado la confianza; estamos en una situación en que ya nadie quiere nada y automáticamente descalifica al otro; a mí me gustaría que el consejo [CCA] ayudara a generar confianza, el conocimiento mutuo, una visión altruista para encontrar la mejor solución […] además, tenemos otras instituciones muy valiosas, como el Tec de Monterrey, que da asesoría en países de Centro y Sudamérica, y no los invitamos a ser parte de los comentarios; la misma institución tiene portales que son considerados de los mejores del mundo, soluciones de bajo costo para comunidades marginadas, en temas de captación de agua de lluvia, con poco gasto, tratamiento de aguas del hogar, a través de humedales; la Universidad de Querétaro tiene una maestría en el manejo de cuencas; en Oaxaca la Fundación Harp, que en una semana te ponen con la mezcla, la cuchara, el alambrón, para hacer aljibes, cisternas, muchas cosas que gente de pocos recursos con organización puede hacer o gestionar […] necesitamos abrir más este debate y con más seriedad”.
Mayorga Castañeda pone como ejemplo el caso Monterrey: cuando la Conagua quiso imponer el acueducto Monterrey 6, se abrió una discusión entre los actores de la ciudad, y se pasó de un proyecto de casi 30 mil millones de pesos a uno de tres mil millones. Mucho ayuda que en la capital de Nuevo León no se satanice la participación privada y los mismos empresarios sean actores sociales relevantes, a diferencia de los de Jalisco, admite el ex titular de la Sagarpa.
No le extraña entonces lo que se ve entre los habitantes de Temacapulín. “Están dolidos, el manejo institucional no ha sido el adecuado […] han recibido muchas señales contradictorias, de muchos actores, gobierno federal, gobierno estatal, universidades, ONG, y se han hecho tercos, empecinados, a que por ningún motivo o sobre mi cadáver pasan […] creo que dándole la vuelta a las cosas, ese dolor y esa heridas podemos convertirlas en algo positivo, que mucha de esa gente que fue herida, pisoteada, nos ayudara a construir, con sus críticas válidas, a favor del medio ambiente, y como ellos dicen, agua para todos y para siempre, es un lema fabuloso mientras lo podamos traducir en acciones positivas; pero si hay rechazo y actitud negativa, es una bandera, pero eso no se va a traducir en obras, en la movilización social de la magnitud que se requiere”.
A los alteños les preocupa que la falta de agua les haga perder competencia económica y empleos.
Los Altos es importante en huevo a nivel nacional, 57 por ciento del huevo se genera ahí; es importante en leche, 15 por ciento de la producción nacional; es importante en el cerdo, y algo en la engorda de ganado bovino, pero ya en más pequeño; pero no pueden usar agua superficial: una granja avícola, un corral de engorda, no puede proveer ganado con el agua del arroyo, del río o de un bordo, por razones sanitarias, así que a fuerzas requieren agua potable, que la abastecen de pozos; la leche tiene una gama de calidades; una es la que se le surte a Danone, a Lala, a Alpura, cuyos estándares de calidad son muy elevados, pero hay otro tipo de mercados. Mucha de la lechería alteña, de pequeños productores, familiares, todavía pueden arreglarse con bordos, y si hay 12 millones de m3 reservados en la cuenca para uso pecuario en los decretos del río Verde, esto es mucha agua, bien utilizada, y para que tengamos una idea gráfica, 12 millones de m3 es un millón de pipas de 12 mil litros por año, es muchísima agua, y nunca se ha planteado cómo se va a distribuir esa agua, da para mantener 500 mil cabezas de ganado, es una concesión que se debe trabajar con precisión, porque si no, el más gandalla o el que esté con el líder correcto, se va a llevar la parte preciosa, y el que no tiene bordos o pozos se van a quedar viéndolos pasar.
Es decir, operar el decreto implica “ver en qué municipios se pueden construir los bordos necesarios, para tratar esta agua y llevarla al uso de abrevadero; es algo que está por hacerse, nunca se había hecho, entonces esta actividad intensiva puede seguir adelante, en la medida que haya mantos freáticos disponibles”.
También asegura que el agua del subsuelo de 14 poblaciones de la región quedaría “liberada” al recibir su parte del acueducto, entonces “pueden trasmutar su agua del uso urbano, y con todos esos derechos pueden formar un banco, para que esa agua la vayan comprando los que tengan mayor necesidad de ella; por ejemplo, un productor de huevo fuerte que quiera poner nuevas granjas, que necesita forzosamente perforar pero el acuífero está en veda, que vaya con el municipio y le compre el volumen que ha quedado liberado. Así empiezan a surgir una serie de oportunidades, porque hay un caudal nuevo, a mí se me hace interesante porque El Zapotillo no le está quitando agua a nadie, sino que es una agua nueva, que viene a sumarse a todo lo que se necesita”.
Los opositores a la obra dicen que son cuentas alegres de la Conagua, y que la situación del agua que escurre en la cuenca cambió desde los años 90, cuando se hicieron los decretos.
Sí, pero lo que sí está actualizado es que la cantidad de agua que cae es suficiente para tener la presa a 105 metros […] a la larga toda esa agua va a ser para Jalisco, de El Zapotillo se manda a León, pero ellos lo regresan a Chapala y Guadalajara; yo no veo un trasvase en el sentido estricto de la palabra, porque si tomas el agua del río Verde, donde se junta con el Santiago, en el momento que regrese a Chapala y salga por el Santiago, va a haber más agua… yo digo que a nadie se le está quitando.
Regresa a Jalisco pero no al río Verde. En ese sentido sí es trasvase.
El caudal del Verde se disminuye, pero en este punto donde ya se juntó con el Santiago, es caudal del Santiago, y lo que aquí se resta por aquí se suma por allá […] no está tan mal la solución, en el sentido ambiental, porque es un caudal nuevo, no se le quita agua a nadie, de acuerdo a los decretos, son doce millones de m3, y lo que se libere de pozos en 14 poblaciones puede entrar a la oferta del mejor uso: la industria como un parque automotriz, o para riego…
El aspirante más fuerte al gobierno de Jalisco se ha opuesto formalmente al trasvase.
Sí, pero como te digo, ¿cuáles son los argumentos para detenerlo?
¿Qué situación se han encontrado en la zona receptora del trasvase: León, Guanajuato?
Fuimos como CCA a esa ciudad, con ese objetivo, ver qué está pasando en términos de disponibilidad de agua, de eficiencia en el uso del agua, y en la capacidad de tratamiento, para asegurar que nos van a devolver el mismo volumen y de la misma calidad; en una de las pláticas que tuvimos con el gobernador [Miguel Márquez], totalmente informal, yo sugería la posibilidad de que una entidad independiente estuviera certificando que el agua que van a estar regresando a Chapala sea del mismo volumen y de la misma calidad; el problema del agua que tiene León es que ellos están sin nada, si no se puede hacer El Zapotillo van a tener que empezar a comprar derechos a los agricultores con sus pozos, como hizo Hermosillo, que es una solución factible pero que más cara; y ahí sí le pegas a la producción agropecuaria, un pozo que cambias a uso urbano, lo cancelas para fresa o de lechuga; la gran desventaja de El Bajío es que tiene sus siembras agrícolas, que se pueden perder.
O sea, dependen más del agua superficial que Los Altos.
Por supuesto, y por su suelo, en Los Altos es un lomerío, que es suave pero muy extendido, y el tipo del suelo de El Bajío es muy pobre; no olvidemos que hay dos Los Altos, los del norte del río San Juan, con menor precipitación de milímetros, y ahí el temporal se vuelve muy errático, pero del río San Juan para abajo es de muy buen temporal, se dan unas cosechas fuertes, pero en el resto no es así. Por eso es una región ganadera e industrial; yo comparo a los alteños con los menonitas, los menonitas son agricultores, es la siembra, la cosecha, y son metalurgistas el resto del año; en Los Altos hay una industria mecánica muy fuerte, y abastecen sus fábricas, sus propios equipos, todo lo hacen, están preparados para vivir del temporal y de la metalurgia; yo no creo que les afecte para nada en su producción agropecuaria por todo esto que le digo, no pueden usar el agua superficial para estas explotaciones ganaderas, no pueden.
¿No cree que ha faltado generar desde que comenzaron estos proyectos, una iniciativa de desarrollo para Los Altos? No les queda muy claro que los pueda beneficiar
Sí, tengo en la computadora algo que le pedí al CCA, que me dijeran cómo están Los Altos en tratamiento de aguas; y la verdad, no están bien, así que dentro de las metas en este complejo problema, podríamos hacer que Los Altos sea la región de Jalisco con mejor tratamiento de aguas, no solo desde las granjas, que avientan un mugrero impresionante; las industria productoras de leche, las fábricas de queso. Hay que tener la voluntad de trabajar juntos, con soluciones constructivas, que no afecten la parte ambiental y que no se engañe a nadie.
GPE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario