viernes, 10 de noviembre de 2017

AMG, a mayor población… más inversión que hace 16 años



Hay éxito en la regionalización que comenzó en Jalisco en 1995, pero el objetivo principal, desconcentrar el AMG, sigue lejano.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La creciente concentración poblacional de Jalisco en el área metropolitana de Guadalajara no es obra de la casualidad; en 1990, vivían en el AMG alrededor de 56.7 por ciento de los habitantes de la entidad, en 2000 ya la habitaban el 58.3 por ciento de los jaliscienses, y en 2017, creció a 61.4 por ciento pese a los planes y discursos descentralizadores.

Parte de la explicación se debe a que el mismo proceso se vivió en el tema de la inversión estatal en obras; la región Centro recibió 51.2 por ciento del presupuesto en 2000, y 16 años después, el último reporte fue de 60.5 por ciento.

Comparando los anexos del tema que ofrece el VI informe de gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez que fue presentado en febrero de 2001, con los que ofrece el IV informe de gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz en febrero de 2017, en ambos casos se ofrece una relación de obras por región, justamente en aras de mostrar los datos duros de la aplicación por regiones del gasto en obras. Esto deja patente que el proceso de regionalización, que arrancó en 1995 y se consolidó en 1998, ha visibilizado las demarcaciones geográficas de Jalisco que fueron, durante más de medio siglo, totalmente opacadas por la capital.

Sin embargo, apostar a transformar el imaginario no fue evidentemente suficiente; podría argumentarse que sin esos esquemas regionales, el resultado sería peor. Lo cierto es que la gran apuesta por descentralizar la capital de Jalisco y generar polos de desarrollo en ciudades medias sólo se logró a medias. La estadística dice, hoy, que la notoria desigualdad ha crecido.

En 2014, el gobierno estatal revisó el tema. Primero, recordó los factores que movieron a la autoridad en los años 90 a diseñar un cambio en el modelo de desarrollo por regiones. El problema que justificó la intervención fue ‘la concentración de la población y de las principales actividades económicas y sociales en la zona metropolitana de la ciudad de Guadalajara […] proceso que había inducido disparidades en las diversas regiones del Estado’. Entre las causas, se encontraba la expulsión de la Población Económicamente Activa (PEA), principalmente debido a la falta de fuentes de empleo en varios municipios, el esquema centralizado de toma de decisiones en el ámbito político y la concentración de las actividades económicas” (ver Estudio de la regionalización 2014 en http://www.utzmg.edu.mx/transparencia/fraccion_III/Estudio_regionalizacion_Jal_2014.pdf.).

Dos de los aspectos más exitosos de la regionalización en casi 20 años, fue la relativa descentralización administrativa en las Unirse (Unidades regionales de servicios del estado), y sobre todo, la creación de centros regionales de educación superior por la UdeG.

Entre los logros del programa de 1998 estuvo el proporcionar visibilidad a los problemas en las regiones. La estrategia provocó políticas públicas e iniciativas sociales exitosas, destacando el caso de la educación superior y media superior, la salud y la desconcentración administrativa, así como avances en materia económica.

Algunas ciudades medias como Puerto Vallarta, Lagos de Moreno, Tepatitlán de Morelos, Ciudad Guzmán y Ocotlán, adquirieron mayor dinamismo y relevancia en la diversificación productiva, económica y social. Además, se agregaron a esta lista de ciudades medias San Juan de los Lagos, Arandas y Autlán de Navarro, debido a la consolidación de dinámicas productivas con impacto regional. No obstante, académicos detectaban las insuficiencias del modelo. “La estrategia de regionalización en Jalisco se ha centrado en ofrecer oportunidades de desarrollo a las cabeceras municipales, pero se ha olvidado de las pequeñas comunidades que son, precisamente, las que viven en condiciones más precarias”, dijo Alejandro Macías Macías, académico del Centro Universitario del Sur (CUSur-UdeG) durante el foro de “Planeación democrática para la dignidad humana. Mínimo vital y desarrollo regional. Propuestas desde el consenso social para el desarrollo sostenible en Jalisco”, organizado por el Congreso del estado, el 20 de octubre de 2016.

De los 125 municipios, algunos como Zapopan, Guadalajara o Zapotlán el Grande, tienen habitantes con  ingresos per cápita de 20 mil dólares anuales, y otros, como Santa María del Oro, Mezquitic, Chimaltitán o Jilotlán de los Dolores, no superan los 5 mil dólares anuales […]

Se puede hablar de un fracaso de la política de regionalización del estado. Esta desigualdad en el crecimiento está presente no sólo en la Región Norte, en la que Mezquitic es el municipio con el índice de salud más bajo de México, sino también en la región Sureste, algunas zonas de la Costa y de Los Altos, pese a que esta última es un polo importante de producción agropecuaria”, señala en un comunicado emitido ese día por la UdeG.

Si hay pobreza, hay migración. Si el área metropolitana ofrece acceso a servicios básicos y vivienda de calidad irregular, pero asequible; como ocurrió en Guadalajara entre 2000 y 2012, el resultado es que los más pobres migran, como ha sucedido prácticamente a lo largo de 120 años en el país.

“Al comparar la actividad social y económica de las regiones con la región Centro, se observa una amplia diferencia; de tal forma que, en términos generales, las motivaciones que provocaron el Programa de Regionalización de Jalisco en la década de los 90 continúan vigentes.

A poco más de quince años, la concentración poblacional en torno a la ciudad de Guadalajara y su área metropolitana, la centralización de la administración pública, y la amplia desigualdad social y económica entre las regiones siguen presentes, reconoce el texto de 2014, elaborado por encargo de la Subsecretaría de planeación del estado, y los datos fríos le dan la razón. Con importantes logros en educación, salud y administración pública, lo cierto es que la omnipresencia de Guadalajara y su área conurbada es mayor que en 1995, cuando arrancó el proceso.

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Claves

Inversión de obras estatales por regiones, 2000 y 2016.

Región Norte: En 2000, 1.51% de presupuesto regional, 2.47% en 2016.

Región Los Altos Norte: 6.35% en 2000, 4.5% en 2016.

Región Los Altos Sur: 7.47% en 2000, 5.53% en 2016.

Región Ciénega: 7.91% en 2000, 5.73% en 2016.

Región Sureste: 3.10% en 2000, 3.12% en 2016.

Región Sur: 5.08% en 2000, 3.38% en 2016.

Región Sierra de Amula: 1.86% en 2000, 1.71% en 2016.

Región Costa Sur: 3.52% en 2000, 3.54% en 2016.

Región Costa Norte: 4.18% en 2000, 4.53% en 2016.

Región Sierra Occidental: 1.52% en 2000, 1.74% en 2016.

Región Valles: 6.31% en 2000, 3.3% en 2016.

Región Centro: 51.2% en 2000, 60.5% en 2017.

Fuente: Informes de gobierno correspondientes a la gestión de los años 2000 y 2016,  Gobierno de Jalisco.

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