sábado, 11 de octubre de 2014

Jaguares, cuando la muerte tiene un permiso en la costa



El superdepredador de las selvas secas y los encinares de la costa del Pacífico, de Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit, enfrenta tiempos críticos

Agustín del Castillo / Cabo Corrientes. MILENIO JALISCO.

La muerte sigue llegando antes de tiempo para los pocos jaguares que sobreviven en la sitiada región costera que va de Michoacán a Nayarit, por todo el litoral de Jalisco, de la mano de carreteras y caminos de nueva apertura, deforestaciones para ganadería, tala clandestina de maderas duras o minería ilegal, desarrollos turísticos incipientes, y cazadores conscientes del “permiso” creciente que tiene la impunidad.

“Detuvimos un grupo de personas que se internaron en la selva armados, para cazar; fue en flagrancia, fuimos al Ministerio Público Federal en Autlán, y el responsable de plano nos dijo: ¿quiere que los consigne? Vea esa fila de personas, son casos de robo, de homicidio, de despojos… ¿usted cree que procesar por cazar animalitos es más importante?”

Como el funcionario definió flagrancia en su aspecto más drástico –“parece que pedía que los detuviéramos apretando el gatillo y de frente a la víctima”-, la derrota de la causa justiciera se hizo inevitable. En su testimonio, este defensor de un área natural protegida agrega con desazón: “Al día siguiente, estábamos en las oficinas de la reserva, y pasaron en camioneta los detenidos, libres de nuevo, y nos gritaron, burlándose: ‘regresamos pronto señores, queremos seguir cazando…”.

Rodrigo Núñez Pérez, experto en felinos y presidente del subcomité de protección al jaguar en México, lamenta que la efervescencia que tuvo la protección a la especie cinco años atrás –con un monitoreo que arrojó la probable existencia de cien ejemplares en la costa jalisciense de quince mil kilómetros cuadrados-, no haya derivado en mejores condiciones para el mítico tecuani (del náhuatl, “fiera”)de los pueblos nahuas; cacique, numen poderoso, vida sagrada para quienes habitaban la región antes de la conquista europea.“La información que se ha generado no ha significado ningún cambio, no se ha iniciado nada; se tienen datos científicos, pero no acciones de gobierno […] a lo mejor a nivel federal se han implementado algunas acciones, pero como conjunto de datos, para todo el país, no para esta región, no hay manera de que se pueda decir que gracias a la información de Sierra de Vallejo y de Cuixmala se ha hecho algo”.

- ¿Sigue como especie amenazada en la zona?

- Aparentemente, la deforestación no ha aumentado gran cosa, sin embargo, algo que no me esperaba es que están matando muchos gatos, hace poco alguien me dijo: ‘biólogo, usted no conoce nada; usted cree que la gente respeta a los gatos en Jalisco, y si va aquí y allá va a encontrar piel de jaguar; los están cazando si tienen oportunidad’ ;medio mintieron, pero me dieron datos de una hembra aquí, de un macho acá, y me dieron nombres de gente que los ha matado. Es para preocuparse…

RIGOR MORTIS
No se conocen los datos de una mayoría de ejemplares abatidos antes y después de 2005, año en que el gobierno federal decidió llevar más lejos la prohibición de cazar a la Panthera onca, desde la norma oficial mexicana NOM 059de Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), por la vía del conocimiento y de los proyectos de conservación in situ.



Del cuaderno de apuntes de Rodrigo Núñez surgen datos para una investigación criminal. Casos que se acumulan de panteras muertas por costeños que cuando solicitan apoyos económicos del gobierno, protestan su amor por la vida salvaje. Si bien, están lejos de ser exhaustivos –la cacería de animales en peligro de extinción suele ser cobijada por el silencio- lo interesante es que revela patrones.

Jaguar uno. “Un jaguar hembra con radio collar cazado en Chamela, municipio de La Huerta a finales de los años 90. Un cazador escondió el collar. Se presume que el área fue visitada en ese entonces ex profeso para realizar la cacería”.

Jaguar dos. “Jaguar cazado en el municipio de Tomatlán de manera accidental, según testimonio. Fecha aproximada: a finales del año 2000. Un cazador inexperto lo mató sin saber que era un jaguar. Aportó información del hecho”.

Jaguares tres y cuatro. “Cazados en municipio de Cabo Corrientes por depredar ganado. Se pagó a un cazador por las acciones”. Ocurrieron aproximadamente a mediados de los 2000”, esto es, 2005 o 2006.Jaguar cinco. “Cazado en las sierras de Tomatlán por ‘prevención’ [sic] de ataques a ganado. Nota: es un cazador con fuerte oposición a la conservación del jaguar y que ha cazado varios ejemplares”. A finales de la primera década del siglo en marcha.

Jaguar seis. “Atropellado por un autobús de pasajeros cerca de El Tuito, cabecera de Cabo Corrientes, en el año 2012. Se lo llevó el chofer, según testimonios”.

Jaguar siete. “Cazado en el área de San Blas, Nayarit. El cazador visitó el área con ese fin, presumiblemente un hombre influyente de Tepic”. A finales de la primera década.

Jaguar ocho. “Cazado en Marismas Nacionales de Nayarit, año 2009.Sin mayores detalles”.

Jaguar nueve. “Cazado en Cabo Corrientes sin contar con mayor información a mediados de los 2000. El poseedor de las fotos mostró un puma y un jaguar a los que estaba quitándoles la piel”.

Jaguar diez. “Ejemplar presumiblemente hembra cazado en Villa Purificación en año 2013.No hay mayores detalles”.

Jaguar once. “Cazado en el municipio de Compostela, Nayarit, a finales del os 2000”. Jaguar doce. “Ejemplar con radio-collar presumiblemente cazado en Tomatlán, a finales de los2000. Este era un jaguar en proceso en dispersión” monitoreado por el propio investigador.

Jaguar trece. “Cazado en el municipio de Ixtlahuacán, Colima, cerca de la frontera con Michoacán. No hay mayores detalles”.

Jaguar catorce. “Ejemplar cazado en la costa de Michoacán, municipio de Aquila, por depredar un asno”, data de mediados de la primera década. Añade Núñez Pérez: “existe notros casos sin confirmar si el ejemplar fue muerto, pero se presume que así fue […] del año1996, cuando inicié los estudios del jaguar en Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán, tenemos certeza de al menos 18 jaguares cazados, pero posiblemente sean más del doble”.



CASUS BELLI
Cómo luchar contra estos patrones culturales y económicos hostiles a la vida silvestre, ha sido el desafío planteado por expertos y conservacionistas.

Con el gobierno de Jalisco y posteriormente el de Michoacán, se sacó adelante un monitoreo a mediados del año 2011, pero no se tradujo en políticas públicas favorables al felino. También se midió la presencia de la pantera en la Sierra de Vallejo y las Marismas Nacionales nayaritas.

 En el ámbito federal, la Dirección de Especies Prioritarias para la Conservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, incluidas las reservas regionales (Manantlán, Chamela-Cuixmala, Vallejo y Marismas Nacionales), y otras dependencias como la Sagarpa (Secretaría de Agricultura y Ganadería federal) se planteó la atención a conflictos por depredación de ganado con talleres de capacitación y foros en los cuatro estados.

Actualmente “se impulsa el corredor biológico para el jaguar desde el sur de Michoacán hasta el norte de Nayarit pasando por todas las áreas protegidas donde está esta especie”, lo cual incluye la creación y consolidación de una decena de comités de vigilancia ambiental participativa, es decir, la protección de los moradores de las regiones de tránsito, caza y reproducción de la especie.

Los casos más notables para Jalisco son las unidades de manejo ambiental y vida silvestre (Uma) de Santa Cruz del Tuito, de comuneros nahuas, donde habitan una famosa hembra jaguar –La Pecas- y un macho joven recuperado –El Lucky, “suerte”-; y la Uma llamada Potrero de Mulas, que ganó el Premio al Mérito forestal en 2013, donde vive el joven felino moteado, de nombre Selva, y el puma Pancho.

“En esta región, el jaguar no tiene enemigos naturales, pero vive entre humanos, que son su principal riesgo, con todo y su infraestructura: las carreteras cortan los hábitats, los corredores biológicos, y eso puede generar que los animales se pierdan, más allá del impacto en la ganadería y los accidentes”, comenta en las montañas de San Sebastián el biólogo Juan Pablo Silva, responsable de ese proyecto.

Pero la muerte tiene permiso desde que destruir vida animal se ve con indiferencia por los agentes del MP, preocupados por “hombres que son lobos del hombre” (Homo homini lupus, dijo el latino Plauto), y se hacen la guerra en las selvas urbanas y las soledades rurales.

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CLAVES

La danza de extinciones

Jalisco ha sido teatro privilegiado del drama de las extinciones que vive actualmente la biosfera terrestre. Aquí los casos más notables

Animales extintos

*Lobo mexicano (Canis lupus baileyi). Era una subespecie del lobo gris de América del Norte que se extendía desde la frontera con Estados Unidos hasta el eje Neovolcánico. Jalisco era espacio privilegiado de su distribución. Un programa binacional entre los dos países, con armas de fuego y veneno, lo exterminó de la vida salvaje. Ahora se hacen esfuerzos por salvar la especie, con resultados aún inciertos

*Pájaro carpintero imperial (Campephilus imperialis). El mayor de los carpinteros del mundo, de casi medio metro de longitud, desapareció cuando los madereros destruyeron los bosques de viejo crecimiento de las sierras madres Occidental y del Sur, hace medio siglo.

Animales en alto riesgo

*Oso negro (Ursus americanus). Habitaba el norte de Jalisco, pero la invasión de talamontes y cazadores los hizo retroceder más allá de la frontera con Zacatecas y Durango, hace 30 años

*Águila real (Aquila chrysaetos). Uno de sus sitios de anidación más importantes permanece en los municipios de Mezquitic, Jalisco, y Monte Escobedo, Zacatecas, pero hay una tendencia a la desaparición provocada por envenenamiento de sus presas y electrocución en instalación de la CFE, que han puesto focos rojos sobre la especie.


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