domingo, 7 de agosto de 2011
Chicxulub: la extinción de los dinosaurios
Al norte de la península de Yucatán existe un enorme cráter de un meteorito de 65 millones de años que desató extinciones masivas; dos pueblos están ligados a un hallazgo científico de dimensiones cósmicas. En la foto, un domingo muy activo de pescadores y aves marinas en el litoral de la localidad de Chicxulub, con Progreso al fondo
Chicxulub, Yucatán. Agustín del Castillo, enviado. MILENIO-JALISCO. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS
El vocablo maya Chicxulub significa “la pulga del diablo”, y da su nombre a una cabecera municipal enclavada a menos de 20 kilómetros hacia el norte de Mérida, y a una delegación del municipio de Progreso, otros quince kilómetros arriba, sobre el litoral del Caribe.
La mayor parte de sus habitantes han oído que la zona es el centro del impacto de un meteorito de más de diez kilómetros de diámetro que tuvo efectos devastadores sobre la vida del planeta mucho antes de la aparición del hombre, 65 millones de años atrás: fue la causa de la extinción de los dinosaurios. Nada menos.
En el caso del poblado continental, sus autoridades tratan de destacarlo, y ya integraron a su escudo de armas el hecho fortuito que insospechadamente liga al modesto caserío de casas sobrias y calles espaciosas a la corriente cósmica, según el Bando de policía y buen gobierno del ayuntamiento (Diario Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, edición del 18 de mayo de 2009), en el cual se plantea la reforma del escudo: “Su historia se representaría por medio de un cuartel [en heráldica: “Cada una de las divisiones o subdivisiones de un escudo”, RAE] alusivo a los más recientes estudios científicos, llevados a cabo por los antropólogos, astrónomos, físicos y geólogos, en donde se aclaró la posible causa de la desaparición de los dinosaurios de la faz de la tierra, como consecuencia de la caída de un meteorito en la zona de lo que hoy es el municipio de Chicxulub” (artículo 12).
Dicho segmento incluye un dragón de oro, emblema de los dinosaurios, y una estrella luminosa que representa el asteroide mortal.
No obstante, el cráter de Chicxulub, cuyo centro de impacto se asume que fue en el puerto homónimo, que ni siquiera figura en la reseñas municipales de Progreso, abarca buena parte del oeste de Yucatán, incluida la capital, y penetra en el mar, en una circunferencia con al menos 180 kilómetros de diámetro que está claramente marcada por un perímetro de cenotes, en la zona continental.
En el tiempo del impacto, la península se ubicaba dentro del mar. Este descubrimiento data de más de cuarenta años, y su paternidad pertenece al científico yucateco Antonio Camargo y al estadounidense Glen Penfield, ligados a Pemex en la búsqueda de petróleo en la zona, a la postre frustrada, dice en su artículo “El cráter de la muerte”, Tom Dieusaert, (disponible en www.comoves.unam.mx).
El cráter yucateco “cobró fama gracias al debate de la extinción K-T, que si bien no fue la más grande en la historia de la Tierra, es posible que sea la que más captura nuestra atención por la desaparición de los dinosaurios, los cuales habían logrado dominar el planeta por cientos de millones de años”. La polémica sobre el impacto del objeto no ha terminado, pero nadie discute la realidad del evento.
Las exploraciones y mediciones no han cesado. Y la fama súbita en el mundo científico no perturba la vida apacible de dos pueblos de nombre apenas siniestro, donde no hay venta de licores después de las 5 de la tarde, y muchos confiados moradores de la capital poseen fincas de descanso, pues pareciera que nunca pasó nada allí.
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Dos datos
•180 km de diámetro tiene el cráter Chicxulub, por un meteorito de 10 km de diámetro que cayó en Yucatán hace 65 millones de años.
•Con 16 km de profundidad, es como si el Monte Everest cayera del cielo a una velocidad de entre 20 y 40 km por segundo
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