Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 7 de marzo de 2011
A 31 años de su decreto protector, el bosque La Primavera sigue inmerso en la inanidad presupuestal al no contar, igual que hace un año, con un gasto fijo para atender sus necesidades más apremiantes.
Si bien, los legisladores locales tenían el compromiso de establecer un presupuesto anual de 25 millones de pesos para el área natural protegida más importante de la región conurbada en torno a Guadalajara, el veto del gobernador del estado, Emilio González, frustró esa intención, pues ha ocasionado que nuevamente se aplique el presupuesto de 2010, que originalmente no le dotó un solo peso al bosque.
“En la Secretaría de Desarrollo Rural [Seder] se han comprometido a mantener por lo menos los siete millones de pesos que nos otorgaron el año anterior”, señala el director del área de protección de flora y fauna, José Luis Gámez Valdivia.
El problema es que la Administración de Emilio González sólo ha apoyado de palabra y con un presupuesto raquítico los esfuerzos de conservación, pues no mejoró el gasto que dejó su predecesor, Francisco Ramírez Acuña, y apenas ha entregado algún equipo contra incendios en los cuatro años de gestión. Por su parte, el Ayuntamiento de Zapopan ha manifestado más interés en proveer de recursos al área protegida, y el año pasado otorgó una partida de cuatro millones de pesos, más la promesa de que en 2011 y 2012 otorgará ocho millones cada año, para fortalecer el trabajo de protección, según compromiso del alcalde Héctor Vielma Ordoñez.
El Ayuntamiento de Guadalajara, que pese a no tener un solo metro cuadrado del área protegida, se beneficia de los servicios ambientales que presta el bosque a la ciudad, intentó otorgar recursos de su presupuesto para contribuir a la salud de la floresta, pero han sido intentos frustrados. Se citó al director a comparecer ante los regidores. Se prometió entregar 1.5 millones de pesos, pero a decir de los integrantes de la comisión edilicia, fue el propio líder de la fracción del Partido Revolucionario Institucional (en el poder) Javier Galván, el que bloqueó el apoyo. Recientemente, regidores han externado la idea de respaldar un planteamiento de decreto expropiatorio para las zonas que se quemaron en 2005 (más de once mil hectáreas), pero la tentativa no ha prosperado y se desconoce de dónde se podría obtener dinero para tal extensión de tierras.
Así, La Primavera alcanza 31 años como víctima de la demagogia de la mayoría de los políticos y del compromiso real de los menos. Por si fuera poco, las presiones extraordinarias a que es sometida su frontera, por proyectos privados y públicos avalados por la secretaría estatal del ramo (Semades) y la federal (Semarnat), hace aciago su futuro: la demarcación protegida está rodeada de carreteras de cuatro a ocho carriles, y los fraccionamientos se han metido ya a la zona boscosa. Los procesos de extinción parecen haber comenzado (Público Milenio, 6 de enero de 2011).
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