Más vigilancia y menor tiempo de respuesta, las claves; se han ordenado los usos dentro del bosque, subraya Gámez Valdivia, pero hace falta alcanzar metas porque los usos podrían hacerse más agresivos
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
Una de las mejores cuentas que entrega la administración del bosque La Primavera en el último año es un drástico descenso en superficie afectada por incendios, de casi 75 por ciento. La clave es la mayor vigilancia y más eficiente combate de los conatos, advirtió el director ejecutivo del área natural protegida, José Luis Gámez Valdivia.
Esto es parte de lo que informó en su primer año al frente del área de protección de flora y fauna; el funcionario destacó que cada año se buscará estar más cerca de lo deseable en el manejo de este bosque, “ya que de no ser así, conforme avanza el tiempo, la posibilidad de aprovechar el bosque como área protegida para un desarrollo natural, será cada vez más remota, apareciendo esquemas de explotación más complejos y agresivos hacia el mismo, causando un impacto en muchas ocasiones irreversible”, apunta en el documento de nueve páginas, del cual Público posee una copia.
De lo más notable a informar: la vigilancia al interior del bosque ya es las 24 horas, se han restringido accesos libres y se han instalado casetas seguras para los accesos de Mariano Otero, Río Caliente, Río Salado, ejido La Primavera y Villa Felicidad. Las zonas de uso público están reguladas. Existen dos rutas aprobadas para el ciclismo de montaña, y a cambio se han cancelado los usos del bosque para motocicleta y areneros, algo de lo más agresivo.
El equipo de personal técnico se ha consolidado con 42 personas, añade el texto.
En el tema de prevención y combate a incendios forestales, reconoció la buena coordinación con la Comisión Nacional Forestal, la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) la Unidad Estatal de Protección Civil, y los municipios de Zapopan, Guadalajara y Tlajomulco, “este equipo de trabajo ha generado un medio propicio para que los incendios no hayan impactado como en otros años […]la historia cambió en la operación y ha rendido mejores resultados, ya que la presencia de los guardabosques en el campo y su participación ahorra tiempo en atender un incendio y muchos de éstos son apagados por ellos mismos, evitando el traslados de las demás brigadas y en especial el tiempo valioso que se pierde por circular por el Periférico o en las carreteras a Nogales o a Manzanillo”.
Al cierre de la temporada 2008, se contabilizaron 2,380.82 hectáreas afectadas por siniestros; el cierre parcial del año 2009 apenas reporta alrededor de 630 ha. Los tiempos de llegada a combate el año anterior promediaron 21 minutos con 33 segundos; este año, totalizaron 15 minutos con 32 segundos.
La reparación de caminos fue esencial para lograr esos rápidos desplazamientos. Se creó además la dirección de inspección y vigilancia, que mantuvo a raya los delitos ambientales y las malas prácticas de los visitantes.
En el tema de restauración de ecosistemas tras los incendios forestales, “se dio prioridad a las obras de conservación de suelos, realizándose 2,754 presas filtrantes y 10,500 terrazas; también se realizaron reforestaciones con 332,539 árboles”, que seguro sobrevivirán mejor porque no fueron masivas, sino aplicadas por técnicos capacitados.
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